Estimados lectores, nos gustaría llamar la atención y, si es posible, indicar la existencia de un peligro concreto y, si es oportuno, de deplorar el hecho y expresar una crítica franca y justificada a la actitud pusilánime de las autoridades rusas o Federación Rusa en los asuntos de un Estado americano de la OEA. Creemos que eso es inaceptable y una afrenta al derecho internacional que prohíbe claramente ese tipo de prácticas —la intromisión en el derecho democrático y soberano de otros Estados—, pero también una afrenta a los valores que defendemos y a la democracia. Es un escándalo que merece la máxima condena contraria a su propio principio de no intervención en los asuntos internos de terceros países. Es inaceptable que la Federación Rusa intervenga repetidamente en los asuntos internos de otros países: por ejemplo, tomando como pretexto la cooperación militar bilateral en Venezuela, el gobierno ruso ha demostrado su disposición a dedicarse al oportunismo económico a costa de los valores democráticos. Todos han de entender que esta es una cuestión delicada. Señores de Federación Rusa cualquier intromisión desproporcionada en nuestros asuntos no es bien recibida.
Por lo tanto, rechazamos totalmente que se utilice —mediante maniobras más o menos oscuras— al embajador de la Federación de Rusia y una carta del Consejo de Federación de la Asamblea Federal como pretexto para justificar la intromisión en los asuntos internos de otros Estados y el menoscabo de su soberanía nacional: estamos hablando de una insólita intromisión injustificada de un gobierno en el derecho democrático y soberano, y en las disposiciones constitucionales de Colombia. La carta enviada por esa misión diplomática —Embajada de Rusia en Bogotá— al presidente de la Cámara Baja constituye la intromisión más desvergonzadamente manifiesta en los asuntos internos de Colombia; supone de hecho un menoscabo injustificado de los derechos como órgano legislativo, lo cual es algo que no debemos aceptar. Es evidente que se intenta asustar e intimidar a la población colombiana, con el fin de favorecer sus objetivos políticos, militares y económicos o de otro tipo en Venezuela. Esto supone una auténtica intromisión extranjera en los asuntos internos de otros países.
La situación en que se encuentra la Embajada de Rusia en Bogotá, y especialmente el embajador, es cuando menos ambigua. Por lo demás, presentaremos una pregunta escrita a la Comisión y al Parlamento Europeo en este sentido. Ni los Estados Unidos ni los Estados latinoamericanos deben permitir que autoridades que, como las de Rusia (o China), que abusan de los derechos humanos de manera tan flagrante e ignoran el Estado de derecho se inmiscuyan en los temas internos de terceros países. La intromisión de las autoridades chinas, rusas, turcas y de otros países en los asuntos de un Estado miembro de la OEA y demás maniobras es un escándalo que merece la máxima condena, debemos defender nuestros derechos y por lo tanto los derechos los demás. Quisiéramos darle las gracias expresamente ministro Holmes por su rápida intervención, por ser la voz de los derechos humanos, los principios democráticos y el Estado de derecho y ser la voz encargada de llevar las preocupaciones de la sociedad civil al plano internacional.
Nosotros los ciudadanos estamos molestos por esto: Rusia ha de cambiar su política exterior y no puede comportarse de forma agresiva con Colombia. Colombia siempre ha sido una nación, un país pacífico con un gobierno democrático y con una relativa estabilidad social, política y económica. Por lo tanto, Rusia no nos puede insultar, sacrificar ni humillar hoy. Colombia no lo va a permitir y nos van a llevar a unos extremos que la Federación Rusa ahora no necesita ver. Estimados lectores, la historia nos enseña que nunca debemos olvidar: “Para la mayor parte de Europa Occidental, la victoria de los aliados antifascistas y, entre ellos, la victoria de la Unión Soviética representó una liberación inequívoca, mientras que en Europa Central y en los Estados bálticos la liberación del nazismo trajo consigo una prolongada ocupación soviética, la dictadura y, en determinados casos, significó el inicio de represalias en masa”.
Debemos dejar clara nuestra desvinculación respecto a la actuación Rusa y hacer constar nuestro apoyo a la iniciativa del presidente encargado Guaidó y los parlamentarios que están tratando ahora mismo, valientemente, con altibajos, volver a la libertad y construir una democracia, así como devolverle un poco de esperanza a este pueblo y ganar el respaldo de un público desilusionado.
Creemos que los países de la OEA no pueden mirar para otro lado. El pueblo de la Venezuela está siendo reprimido y miles de personas huyen cada año corriendo un gran riesgo. Estamos hablando de un régimen, Maduro y sus secuaces, que, sistemáticamente, burla el Derecho internacional, los derechos humanos y la aplicación de los derechos democráticos, cuestiona la credibilidad de la ONU y provoca a la Unión Europea, sino que además el régimen se burla de la comunidad internacional violando los principios internacionales y envenena las perspectivas de una solución final del conflicto. Nos gustaría destacar el papel positivo e insustituible que desempeña la Presidencia de la República en este terreno.
Muchas gracias.
Comité de Voluntarios Residentes, Italia - Unión Europea
European Center for Transitional Justice