Con el concejal por el movimiento Independientes Luis Bernardo Vélez, el concejal más votado de su movimiento y un nombre conocido en la política local. Vélez fue el primer dirigente con trayectoria en la ciudad que apoyó a Quintero (declinando por segunda vez su aspiración a la alcaldía) y con su llegada a Independiente se sumó su trayectoria en la social y la articulación con un equipo que lo ha acompañado en cerca de 4 campañas. Tras una alianza electoral que se caracterizó por la cordialidad; la distancia entre el alcalde y su antiguo “escudero” se percibe más amplia y desde algunos sectores ya se habla de una ruptura. ¿Qué pasó? Trataré de explicarlo en el siguiente análisis.
Vélez, el “hombre más social de Antioquia” que no cumplió las expectativas
Al declinar por segunda vez a su aspiración por La Alpujarra (ya lo había intentado en 2015, pero terminó apoyando a Fico Gutiérrez) Vélez vio en Quintero el candidato más sólido para derrotar al uribismo y al continuismo de Fico. Su llegada al movimiento Independientes fue importante para sumar experiencia a un equipo muy joven y a un candidato que “venía de Bogotá”. En términos de campaña la alianza fue cordial y en tarima Quintero destacaba a Vélez por su vocación social y le restó importancia a su carácter camaleónico, pues pasó por el fajardismo y terminó coordinando el componente social de la alcaldía de Fico. La alianza se pensó como un proyecto de largo aliento con dos momentos iniciales: la llegada de Quintero a la alcaldía y de Vélez como el concejal más votado en la historia de Medellín. El compromiso a mediano plazo: el sucesor de Quintero sería Vélez.
Ni el más votado y con equipos “diferentes”
El único récord que se rompió el 27 de octubre de 2019 vino por cuenta de Quintero que se convirtió en el alcalde más votado en la historia de Medellín. Derrotó al uribismo en su casa natal y sin duda lo favoreció una inédita división en la derecha que a la postre permitió que un antiuribista se alzara con la victoria en una ciudad todavía muy uribista; sin embargo, el Centro Democrático barrió en las Juntas Administradoras Locales y su lista al Concejo fue la más votada con 168.716 votos. Aunque la meta de Vélez era arrasar con su votación al Concejo (venía de ser secretario de integración social), fue otra Vélez la que superó el récord que por más una década ostentó Fico Gutiérrez (quien en su último periodo como concejal sacó 14.000 votos), se trata de Nataly Vélez, uribista que logró 20.002 votos. Luis Bernardo alcanzó 10.835 votos y fue superado por otros siete concejales. No dio el golpe de opinión esperado y dejó en el aire la siguiente pregunta: ¿esa era la fortaleza del equipo de Vélez?
El apoyo de Luis Bernardo fue importante para dinamiza la plataforma social del equipo de Quintero y dotar su programa de un enfoque más territorial. El alcalde agradeció ese respaldo y le dio carta blanca para que diseñara el componente de “recuperemos lo social” del plan de desarrollo Medellín Futuro, es decir, Vélez asumió con Quintero el mismo rol que tuvo con Fico. En la movida burocrática la Secretaría de Inclusión Social es de su cuerda (otra vez) y tiene incidencia en otras dependencias. Es claro que el incentivo ideal de Vélez será retomar su tercera y última aspiración a la alcaldía en 2023 bajo la sombrilla de la política social de la cual ha participado por dos décadas. Para ello, tiene un equipo de fieles y seguidores que se sumaron en bloque a Quintero (como lo hicieron con Fico), pero que en la práctica integran un grupo alterno a Independiente. Juntos, pero no revueltos.
El equipo de Quintero sí es Independientes y apenas está cobrando forma. En principio, se compone por sus más leales como Juan Pablo Ramírez y Esteban Ramírez; antiguos líderes de movimientos sociales como el concejal Álex Flórez; políticos tradicionales como Oscar Hurtado y jóvenes que provienen de la movida social y académica de la ciudad. Quintero llegó a la alcaldía con un equipo pequeño que ha ido creciendo conforme la burocracia de la administración lo permite y resulta curioso que hasta se encuentra integrado por perfiles que no le hicieron campaña de frente. Es un equipo con proyección más allá de la alcaldía, es decir, busca trascender de lo local a lo nacional y en el largo plazo ser la plataforma presidencial de Quintero (muy diferente al movimiento Creemos que desapreció cuando Fico salió de la alcaldía). El de Luis Bernardo es un equipo más concentrado y que solo tiene en mente llegar a la alcaldía. Ese fue el acuerdo, Quintero en 2019 y Luis Bernardo en el 2023. ¿Se respetará ese acuerdo?
Una distancia estratégica
A este punto, es evidente que Luis Bernardo no demostró mayor fortaleza electoral en 2019, tal vez su apoyo resultó siendo más importante en lo programático. La diferencia entre Quintero y Ramos fue de casi 10 puntos y no se podría afirmar que la votación de Vélez fue determinante para impulsar la victoria de Quintero. A diferencia de la elección de 2015 donde Fico le sacó 1 punto a Juan Carlos Vélez (ahí sí se podría decir que su apoyo resultó siendo determinante). Sus resultados en su cuarta campaña al Concejo también evidencian el desgaste de su capital político. Panorama que reduce su equipo a convertirse en un mero apéndice de Independientes y ceder ante liderazgos más cercanos a Quintero que busquen sucederlo en La Alpujarra.
Esa distancia también viene dada por algunas decisiones del alcalde y la falta de consulta a quien en campaña presentó como un “aliado estratégico”. El impresionante pragmatismo de Quintero choca con la forma de hacer política de Luis Bernardo que resulta menos disruptiva. Son diferencias de forma, método y estilo. Sin duda, es una ecuación donde Vélez sale perdiendo por todos lados. Si sigue en mente su aspiración por la alcaldía, no tendrá más alternativa que romper con un alcalde que poco lo escucha y volver a caminar por una candidatura, sería la tercera, al menos, resultaría más independiente de los “Independientes”.