Tenía 19 años y estaba a punto de debutar en su primer mundial: el Sub 20 que se jugaba en Colombia. El equipo, encabezado por James y él, se entrenaba en Tunja. Edwin Cardona estaba molesto por los entrenamientos mañana y tarde. Ya había tenido un altercado con el técnico, Eduardo Lara, porque no lo dejó estar en el nacimiento de su primera hija. Cardona tomó la vocería del grupo y le exigió a Lara que le bajara la intensidad a los entrenamientos. Sus compañeros no lo respaldaron y Cardona fue expulsado del Mundial que se jugaría en Colombia.
Cardona después se acostumbró a la indisciplina y los rumores eran absolutos en su paso en Santa Fè y en sus inicios con Atlético Nacional. Decían que rumbeaba mucho, que Después fue contratado por el Monterrey mexicano y aunque hizo goles maravillosos salió mal del equipo y al parecer rompió varias veces la regla de la concentración.
Era la plata que le entraba a raudales que a veces lo enceguecía. La plata, la fama y el aliento de los hinchas. En el 2014, con 22 años parecía resucitar. Con Nacional fue un crack excluyente, en la selección hizo goles decisivos como contra Paraguay en Asunción. Cuando quería era el mejor, pero el peor amigo es su carácter o si no vean el asqueroso gesto racista que protagonizó en Corea
Ahora, con el escándalo en Argentina, Boca Juniors está investigándolo. Si lo encuentra culpable de agredir a tres mujeres en un apartamento en Puerto Madero, Buenos Aires, será expulsado del club. Muy mal para un jugador que creíamos se había recuperado. Cardona tiene que tratarse y urgentemente. No puede ser posible tantas metidas de pata juntas. Una verdadera lástima que un jugador con ese talento en las piernas tenga aserrín en la cabeza.