La Universidad Distrital Francisco José de Caldas y la emisora LAUD 90.4 se guían por una línea de acción libérrima en el campo de las ideas y las opiniones. Como medio de comunicación, expresión de la autonomía universitaria, da muestras cada día de abordar los temas de la academia, del mundo cultural o de la actualidad política, bajo la perspectiva doble del pluralismo y de la comprensión integral de las situaciones sociales.
Es precisamente, la autonomía universitaria un derecho consagrado constitucionalmente que le transfiere a la dirección del alma mater la facultad de procurarse sus propias normas y de orientar sus instancias administrativas, culturales y académicas. Esto significa que dicha autonomía le transmite a los órganos de dirección la facultad potestativa de encaminar la programación de la emisora, lo que se traduce en la estructuración cada año de la parrilla; todo ello, con criterios de objetividad periodística, de calidad académica y de perspectiva crítica, algo que significa una autonomía en el universo de las comunicaciones; contraria, obviamente, a los vicios que distorsionan el debate, tales como la manipulación de la verdad, los prejuicios o los dogmatismos en sus distintas variantes.
Así las cosas, la autonomía se convierte en potestad en el orden comunicativo que ningún poder externo o grupo interno de presión podrá lesionar. Sucedería si uno de estos se apropiara de un espacio en la programación del medio radiofónico institucional. Si fuera permitido, se daría paso al corporativismo, quizá a la privatización, en la esfera de lo público.
No habrá quien pueda, al amparo bullicioso de sus gritos contra la censura, hacer disimular sus ataques a la autonomía universitaria.