Desde julio de 2015, cuando cumplió 75 años, Monseñor Héctor Epalza Quintero tenía que haberse retirado. El Papa Francisco le pidió quedarse un año más en Buenaventura, el puerto del Pacífico a donde llegó en el 2002 para enfrentarse a los violentos que han azotado desde hace décadas el municipio. Después de ser una de las cabezas visibles del paro de mayo en donde Buenaventura se levantó con sus 500 mil habitantes para exigirle al gobierno que la sacara del olvido, apareció por fin su reemplazo avalado por el propio papa Francisco: se trata del sacerdote Rubén Darío Jaramillo Montoya.
El nuevo obispo tomará posesión el próximo 12 de agosto en la Catedral de San Buenaventura.