Uno de los más recientes pedidos a la fábrica de Miguel Caballero lo hizo una princesa de Tailandia. Ella quería un kimono blindado fabricado con la misma seda fina con la que siempre se ha vestido. El kimono de la princesa llegó a la fábrica de Miguel Caballero que se llama MC Armor. El dueño de la empresa recibió personalmente la prenda, la cual salió de la planta discretamente blindada. Lo querían para proteger la vida de la princesa en sus eventos de calle.
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Los reyes de Qatar, donde hoy se juega el Mundial de fútbol, también son clientes de Miguel Caballero. Los monarcas contactaron la empresa colombiana para que les hicieran sus túnicas blancas para protegerse de cualquier atentado dentro y fuera del país. Por cada una de estas prendas pagaron alrededor de cinco mil dólares. Actores como Will Smith también son parte de su clientela VIP, y muchos poderosos más de los que ni siquiera pueden hablar debido a contratos de confidencialidad firmados por miles de millones de dólares.
Miguel Caballero empezó con su exitoso negocio por casualidad. Se le prendió la chispa hablando con los escoltas de una compañera suya de la Universidad de Los Andes, donde hace tres décadas estudió Administración de empresas que mantenían sus chalecos antibalas dentro del carro porque eran incómodos y pesados. Se imaginó una chaqueta de cuero blindada y aquella idea fue su tesis de grado. Terminó la universidad y con 10 mil pesos de la época, unos $100 mil al cambio de hoy, un escritorio y una silla prestadas empezó su empresa de ropa blindada en una pequeña oficina que arrendó en el centro de Bogotá.
La primera chaqueta de cuero que mandó a hacer con láminas de blindaje, la cual pesó alrededor de siete kilos, terminó vendiéndosela al papá de su primera esposa, un empresario adinerado al que le interesó el concepto de moda, elegancia y seguridad. A partir de ese 1992 Miguel Caballero no ha parado de confeccionar ropa blindada. Ya lleva 30 años en el negocio y aunque le ha salido competencia, él es el líder del mercado del mundo.
Hoy en día Mc Armor vende en 53 países de los cinco continentes. Hace cuatro años abrió tienda en Estados Unidos, a donde hoy llega el 18% de su producción toda hecha en Colombia. Tienen también tienda en Chile, que es la más reciente, y en México, que fue el primer país en el que pusieron un píe fuera de Colombia, en 2016, que se convirtió en una de sus mejores plazas, por la creciente ola de inseguridad que azota al país centroamericano.
Aunque la empresa de Miguel Caballero lleva 30 años produciendo ropa blindada en Colombia y recorriendo el mundo con sus 139 distribuidores, hasta hace solo cuatro entró de lleno al mercado norteamericano, al poner una tienda física, que ellos llaman centro de experiencia, en Miami, la cual se suma a sus otras tiendas en México, Medellín, Bogotá y Chile.
Después de tres décadas, Mc Armor sigue siendo líder en la fabricación de ropa blindada en Colombia y en el mundo. Los grandes empresarios y políticos le piden citas y lo buscan con regularidad, dice Carolina Ballesteros, gracias a una publicidad que principalmente se ha hecho voz a voz respaldada por un trabajo hecho en las tres plantas puestas en Cota, al norte de Bogotá, por 302 empleados, quienes muchos de ellos son desplazados por la violencia y un 30% de mujeres cabezas de familia.
La calidad de la protección de las prendas que llevan la firma Miguel Caballero, es una historia que se ha contado en las cenas más refinadas de palacios y restaurantes que los poderosos se van contando unos a otros la finura y exclusividad de sus ropas blindadas, así como en los pasillos, garajes y cocinas donde en medio de las conversaciones más sencillas los escoltas hablan de sus cómodos chalecos blindados, a los que no les entran ni las más modernas balas, mientras sus jefes a manteles deciden los rumbos de sus países.
