Que un individuo como Rodolfo Hernández esté como candidato presidencial y a un paso de llegar a la presidencia demuestra que Colombia ha tocado fondo.
Hernández no solo está acusado de corrupción, sino que su ignorancia sobre Colombia, su matoneo constante a sus subordinados para que rompan la ley porque el se "limpia el c** lo" con la misma, todo esto y más ya debería descalificarlo para ocupar cualquier cargo público.
El hombre con su matoneo y su grosería no solo es una vergüenza ambulante, sino que además sus negocios turbios con los que se ha enriquecido, han dejado a miles de personas en la miseria con las viviendas mal construidas que él ha vendido.
Cerró su compañía constructora a propósito para no responder por ninguno de los daños que había causado.
Colombia está enferma y Rodolfo Hernández es uno de los síntomas de su enfermedad.
La corrupción rampante que tiene al país arruinado y condenado al subdesarrollo, no la va a resolver un hombre que precisamente ha usado la corrupción como arma política y de negocios.
Cuando fue alcalde fue demandado por insultar a los bomberos, sus exabruptos se extendieron también a insultar a las mujeres venezolanas y según El Tiempo, el "Consejo Seccional de la Judicatura de Santander le impuso una sanción por no garantizar agua potable en un asentamiento de Bucaramanga".
Circulan cientos de videos y grabaciones donde se ve la actuación pública del individuo, donde aparece agrediendo verbal y físicamente a sus subordinados para que ignoren la ley y hagan actos de corrupción para hacer las acciones ilegales que él mismo ordena.
Cualquiera de estos videos debería servir para que el hombre fuera acusado inmediatamente de los delitos en los cuales incurre, sin embargo, los entes acusadores le han dado vía libre en estos casos.
A pesar de eso, será juzgado por prácticas indebidas en la asignación de contratos el próximo 21 de julio.
Para ello hay muchas pruebas y testigos, que si se juzga de acuerdo a la ley, el hombre debería pasar de candidato a preso inmediatamente.
Sin embargo, para esa fecha, Hernández ya podría ser presidente y trataría por todos los medios de evadir la ley, ya que tendría que ser juzgado por el Congreso, donde podría recurrir a cualquier tipo de manipulaciones para evitar que sea condenado.
La pregunta que deben hacerse todos los colombianos es si se deben votar por un hombre que sin ser presidente ya ha demostrado cómo actuaría de presidente, evadiendo la ley, mintiendo, intimidando y sobre todo, dejando rampante la corrupción que consume a este país.
Rodolfo Hernández encarna además del politiquero que miente para conseguir votos al hombre de negocios turbios, sin preceptos morales que lo contengan, que utiliza la política para enriquecerse aún más, a costa de la desgracia de sus víctimas (prometió entregar 20 mil casas en Bucaramanga a quienes votaran por él, entregándoles un papel donde se comprometía a ello, pero no llegó ni a entregar un lote).
Si Colombia elige a Hernández como presidente, se aproximan cuatro años de violencia, confrontación social, huelgas, paros e inestabilidad institucional, ya que su programa de gobierno representa una vuelta al pasado y un robo a las reivindicaciones laborales obtenidas por los trabajadores tras décadas de lucha.
Rodolfo Hernández colocará a Colombia a las puertas del abismo social, económico y moral, con resultados impredecibles y seguramente negativos para el país.