En la carrera por la Gobernación de Antioquia los candidatos más opcionados se caracterizan por no ser antiuribistas o no encarnar el coco castrochavista. Entre Aníbal Gaviria, Andrés Guerra y Mauricio Tobón se encuentra el próximo gobernador y los tres tienen en común que comparten ciertos principios programáticos, cercanía política o relaciones personales con el senador y expresidente. Sin embargo, hay un candidato que desde que inició la contienda ha permanecido sin sobresaltos en la cola de las encuestas (le gana constantemente el margen de error), que arrancó presentándose como el primer “profesor gobernador” (apelativo que utilizó Fajardo), que se encuentra avalado por un partido que dice ser independiente (cuyo único senador es un uribista radical) y que en las últimas semanas dio un giro en su discurso al autodenominarse como el "profesor de mano firme”. Sí, la mano firme que recuerda el leitmotiv del uribismo más purasangre y que el aspirante Rodolfo Correa asumió como eslogan de su campaña a la par que buscaba establecer cercanías con Alfredo Ramos, sumar viejos uribistas a sus filas y cooptar el espacio natural del candidato del Centro Democrático a la Gobernación, Andrés Guerra.
La estrategia de Rodolfo Correa desde un principio de la campaña consistió en proyectar su imagen como el único candidato de extrema derecha capaz de encarnar los intereses e ideales del uribismo más radical. Con ese movimiento el profesor se lograría posicionar en términos de opinión sobre el aspirante del uribismo, mover algunas de las bases del Centro Democrático a su propuesta y hasta contar con un posible “guiño” del mismo Uribe al graduarse como el uribista más uribista. Para lograrlo, Correa llenó sus redes sociales de vídeos cortos donde alaba a Uribe (para él es un prócer de la patria) y presentó su visión de la JEP, la fuga de Santrich, los derechos de las minorías sexuales, etc., dejando claro que su pasado liberal es historia y que ahora solo es un aspirante de extrema derecha. También se montó en un reality show por el canal Cosmovisión donde se le otorgaba el aval en tiempo real a los participantes (programa con muy baja sinfonía); y, tal vez su propuesta más “avanzada” consistió en buscar firmas para promover una intervención militar en Venezuela. ¿Estaría él en la primera línea de fuego?
A pesar de todo el esfuerzo que Correa le invirtió a su campaña en su intención de ganarse el corazón del uribismo más radical, todo parece indicar que no fue efectiva ya que en las encuestas siempre aparece en último lugar y sus listas a la Asamblea y al Concejo de Medellín se dan por quemadas. El "profesor de la mano firme” no logró conectar con los antioqueños así promueva su campaña como la única independiente y alejada de las maquinarias. En los debates, a pesar de desempeñarse con cierta soltura, Correa es el único que realiza ataques personales directos a los demás candidatos (con especial énfasis a Aníbal Gaviria), su tono de voz más de profesor universitario parece la de un capellán autoritario e incuestionable y tengo la impresión que es una persona poco abierta al diálogo o la crítica. Afortunadamente, su aspiración no despegó y el próximo 27 quedará rezagado en los escrutinios y convertido en la copia del uribismo más radical. Su perfil personal, forma de hacer campaña y temperamento irascible no me dan tranquilidad como antioqueño si llega a la Gobernación. Hasta en la tierra natal del uribismo se deben tener unos mínimos de respeto y tolerancia para gobernar, por el momento el "profesor de mano firme" no los posee.
