Cuando se deje de sembrar coca y se persiga de verdad a los corruptos habrá paz. El narcotráfico y la corrupción han sido el combustible de muchos de nuestros males.
Y no se trata solo del gobierno o de la oposición. ¡Se trata de todos! De nada sirve un gobierno que quiera erradicar cultivos, si hay una oposición que justifica a quienes cultivan. De nada sirve un Ejército que combata a las bandas criminales, mientras haya quien cuestione y satanice todo lo que hace el Ejército.
De nada sirve que las Farc diga que el gobierno está haciendo trizas los acuerdos de paz, si las mismas Farc no le han cumplido a las víctimas ni al país, siguen escondiendo su fortuna y guardan silencio ante unas disidencias que están traficando y asesinando colombianos.
Hay quienes tildan al presidente Duque de ser débil a la hora de tomar decisiones, pero cuando lo hace salen a tildarlo de tirano, de oligarca y en fin... Aquí se nos volvió costumbre irrespetar a los gobernantes y endiosar a bandidos.
Si las Farc como partido político tuvieran verdadera voluntad de cumplir lo pactado, no habrían permitido que Márquez y Santrich volvieran a la clandestinidad y estarían de acuerdo con acabar la siembra de la planta maldita; pero no. Al contrario, siguen aplaudiendo a los campesinos que obligados por las disidencias siguen talando bosques naturales para la siembra y la minería ilegal.
Líderes como Gustavo Petro, la mismísima Claudia López (de quien ya los bogotanos comienzan a notar su ineptitud) y otros tantos que deberían mostrar grandeza ante el difícil momento que vive el país, solo atacan al gobierno, incitan cada día más odio de clases y hasta hablan de un gran pacto nacional para tumbar al gobierno, pero no de un pacto para reconstruir país desde sus bases.
Hoy el fin de la izquierda es ver preso a Uribe, pero nada proponen, nada construyen, y al contrario, se están cagando en lo público, si no me creen miren lo que está haciendo el alcalde Quintero con la EPM; la otrora empresa orgullo de los antioqueños tiene preocupados a sus inversores que ya se están retirando y la van a llevar a la inviabilidad.
No hay quien proteja a esta empresa, ya comenzaron por hacer renunciar a la junta directiva, para poner en esos cargos a personas cuyo paso por el sector público es bastante cuestionable, al menos en experiencia, pero como son amigos de la izquierda, ni modos. EPM maneja, entre otras, a Hidroituango, proyecto cuya inversión total es $11,5 billones, de los cuales ya se han invertido cerca de $9 billones, y que se supone generará el 17% de energía del país... Así comenzó Chávez con Pedevesa, hasta que sus súbditos la desangraron por completo.
¿En serio la gente cree que vamos bien abriendo las puertas al comunismo? ¿Es tan difícil entender que esta debacle no es coyuntural sino parte de un plan muy estructurado por quienes se quieren cagar en el país?
Los corruptos de derecha y de izquierda tienen que ir a la cárcel, caiga quien caiga... La coca tiene que erradicarse afecte a quien afecte. Aquí no se trata de derechas ni de izquierdas; se trata de acabar el mal de raíz. Se trata de un país que está en peligro de caer en la anarquía y la inviabilidad...
Sucesos nefastos y dolorosos como las masacres, los asesinatos de líderes sociales, el aumento de cultivos ilícitos y otros males solo le convienen a los que quieren generar descontento para capitalizar votos. "Divide y reinarás".
¿A quién le puede pasar por la cabeza que una masacre como la de Samaniego no nos duele? ¿A quién se le ocurre que Iván Duque y su ministro de Defensa quieren levantarse cada día a informarse de masacres y asesinatos? ¿A quién se le ocurre que el ministro de Salud, con todo el enorme trabajo que viene adelantando, quiere levantarse cada día a enterarse del aumento de muertes por COVID? Ah, pero es a ellos a quienes culpa la opinión pública, hoy tan manipulada por quienes quieren desestabilizar al país. Todas esas son preguntas que tenemos que hacernos.
Ojo, señores... O rodeamos al gobierno o perdemos el país. Aquí el problema no es Uribe, al contrario, él ha venido alertando la debacle, pero sus enemigos sembraron en la opinión un ambiente de tanto odio que nos está desviando de lo fundamental. Aquí lo que está en juego es el país. Y ojalá no sea muy tarde el día que lo entendamos.