Un hombre que fue drogado con escopolamina y despertó en la bañera de una residencia repleta de agua y hielo. Tenía dos heridas en la parte baja del estómago. Al lado suyo había una nota que decía, “Gracias por el riñón, vaya al hospital apenas despierte”. Le habían robado uno de sus los riñones que al parecer fue vendido en el mercado negro. La información anterior es totalmente falsa. Es un mito urbano. No ha pasado nada similar en Colombia pero el tráfico de órganos sí existe.
La serie Palpito, protagonizada por Michael Brown, Sebastián Martínez, y las bellas Ana Lucía Domínguez y Margarita Muñoz, relata un drama de suspenso que rueda en medio del tráfico de órganos y el crimen. El corazón de una deportista es la opción ilegal para que una fotógrafa siga viviendo. Un rollazo que tiene pegados a los colombianos en la plataforma de Netflix, en la que se emite desde el pasado 22 de abril.
Una de las preguntas que se hacen los televidentes frente al tema que maneja la serie es si situaciones parecidas, como se relata en Pálpito, sobre el tráfico de órganos, pueden ocurrir en Colombia. La respuesta es no. Medicina Legal ni las autoridades tienen este tipo de denuncias. A nadie le han robado los órganos de esta manera.
Según expertos en el tema como la criminóloga española Alicia Verdú, según una nota del portal de la BBC, al menos el 10% de los trasplantes de órganos se realiza de manera ilegal y la mayoría de ellos ocurren en América Latina, debidos a sus altos niveles de pobreza, inequidad y corrupción. El tráfico de órganos en el mundo se ve en dos casos: la compra del puesto en la lista de pacientes que esperan un órgano donado y la venta consiente de un órgano como el riñón.
La organización Organs Watch, dice el artículo, ha detectado que anualmente se venden unos 20.000 riñones en todo el mundo. Hay países donde la venta de los órganos es una práctica abierta, como Bélgica, Suecia, Dinamarca, Japón, Canadá, Nueva Zelanda. Y otros donde dicen que existe con conocimiento, pero no lo reconocen, como Pakistán, India, China y Países Bajos.
En lo que todos coinciden es que tráfico si hay, pero lo que no existe ni en Colombia ni en el mundo es el robo de órganos. La trama de Pálpito solo es un tema al que muchos le temen, pero que solo está presente en la mente de los libretistas.
