¿Robledo no va más?, ¿el Polo no va a superar el umbral?

¿Robledo no va más?, ¿el Polo no va a superar el umbral?

La situación del partido es delicada y sus líderes tienen muy presente que en las próximas elecciones legislativas también se define el futuro de la colectividad

Por: Fredy Alexánder Chaverra Colorado
marzo 08, 2018
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¿Robledo no va más?, ¿el Polo no va a superar el umbral?
Foto: Twitter @SergioFerG

El próximo 11 de marzo la historia del Polo como fuerza partidista podría terminar. Si uno de los ejes de la Coalición Colombia no logra superar un umbral mínimo de votación perderá su personería jurídica y de paso quemará su listado sumándole indirectamente escaños a los partidos más grandes. La situación del Polo es delicada y sus líderes tienen muy presente que en las próximas elecciones legislativas también se define el futuro de la colectividad que ha enarbolado las banderas de la izquierda democrática durante los últimos 12 años. Si el Polo se hunde esto podría afectar profundamente la campaña presidencial por la orilla de la centroizquierda y fortalecer las aspiraciones de la derecha. Hasta el momento no hay un consenso entre los analistas sobre la posible votación del Polo o si lo que pueda sacar el 11 será suficiente para que Robledo y compañía sigan en pie. Personalmente, considero que Robledo y el Polo van a bajar su votación y que el Partido no va a superar el umbral que podría oscilar entre los 400 o 450 mil votos. Si lo supera será con “pelos en el alambre” y evidenciando que el Polo en cada elección va disminuyendo su capacidad electoral.

En 2014 la votación válida para el Congreso fue de 11,7 millones y el umbral se estableció en 350.000 votos (3% de la votación válida). El Polo sacó 541.145 votos al Senado equivalente al 3,78% de la votación. Con esa votación ingresaron cinco senadores: Robledo, Iván Cepeda, Alexander López, Alberto Castilla y Segundo Niño. Aunque el Polo superó el umbral en 191.145 votos ese es su margen más estrecho desde que lo enfrentó por primera vez en 2006 (en ese año y hasta 2010 era sobre el 2% de la votación válida). Con la votación más alta del país para un senador, con un total de 191.910 votos, Robledo le permitió al Polo superar sin mucho drama el umbral. Por eso, cuando anunció su candidatura presidencial muchos dieron por muerto al Partido, pues su voto duro de opinión (concentrado en estudiantes universitarios, movimientos agrarios, sindicatos y el Moir) no resulta fácil de endosar y no se vislumbra en el Polo (posiblemente Iván Cepeda) un aspirante que llegue a ese nivel de respaldo. Inclusive al sumar la votación de los otros cuatro senadores ni siquiera se acerca al resultado de Robledo; entre Cepeda, López, Castilla y Senen Niño sumaron 157.253 votos. Ahora más que nunca el Polo depende de ese impresionante reconocimiento electoral de Robledo para no desaparecer del mapa.

Considero que las actuales condiciones políticas y sociales no le son favorables a Robledo y al Polo para mantenerse o superar la votación alcanzada en 2014. Tal vez el punto más débil tiene que ver con su candidato presidencial, Sergio Fajardo. En el entendido que las elecciones al Congreso son una suerte de “primarias” se piensa que un presidenciable fuerte es fundamental para imprimirle fortaleza electoral a los listados de Cámara y Senado. Sin embargo, a Fajardo poco le interesa el Congreso al que considera un “lugar hostil” y nada le puede sumar a los aspirantes del Polo o al Polo como partido. Antes parece que esa alianza le ha costado al mismo Partido ya que algunas de sus bases se han deslizado hacia Petro al que sí ven como un presidenciable más cercano a ese Polo de otros tiempos. Si ese deslizamiento hacia Petro se replica a favor de los Decentes (un listado que muchos también damos por quemado) el Polo se podría ver en serios aprietos. Asimismo, en las elecciones locales del 2015 el Polo no logró alcaldías o gobernaciones importantes, una variable que permite medir o mapear la eventual fortaleza de los partidos en elecciones legislativas. Tampoco se puede pasar por alto que la salida de Clara López (se llevó sus fichas para Decentes) y la presentación oficial de la Farc en la arena electoral también le puede restar voticos.

La responsabilidad que recae sobre los hombros de Robledo y los otros cuatro senadores que buscan reelegirse es enorme porque de ellos depende evitar el deshielo total del Polo. A falta de un candidato presidencial propio (no es lo mismo uno propio que uno en coalición), sin presencia regional importante en alcaldías o gobernaciones, en medio de una campaña presidencial polarizada y favorable a un antiguo militante ya convertido en un “fenómeno” que entusiasma a los polistas nostálgicos, el Partido seguramente se enfrentará a su elección más difícil y determinante. Si el Polo se quema no solo se acabaría la historia de la fuerza de izquierda más importante en los últimos años; el coletazo también se sentiría con fuerza en la Coalición Colombia y en el resto de la campaña de la izquierda ad portas de la primera vuelta. Lo peor sería que el Senado se quedaría sin “el mejor senador” y dadas las dinámicas de nuestro sistema electoral el fracaso del Polo le sumaría escaños al Centro Democrático y a Cambio Radical. No hay que alarmase, “el día de la quema se ve el humo” reza un viejo refrán.

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