“Robledo presidente”, anticipa el mayor fracaso para la izquierda colombiana en unas elecciones presidenciales. La votación histórica que sacó Carlos Gaviria en 2006 (2.613.157 votos que representó el 22.02% del total) quedará como un hito en un Polo Democrático que para esos años andaba cohesionado en una multiplicidad de movimientos que por coyunturas en el sistema electoral a raíz de la reforma política de 2003 (con la creación de un umbral del 2% en elecciones legislativas para conservar la personería jurídica) se vieron obligados a unificarse en un frente común. Todo parece indicar que ad portas de otra reforma política el Polo se encuentra en su punto más débil, profundizado en sus divisiones internas y convertido en el partido de bolsillo de un único dirigente, Jorge Robledo.
Con la reciente renuncia de Clara López al Ministerio del Trabajo, la intención de Robledo de unificar otras bases del Polo en torno a su figura fue echada por la borda. Con Clara fuera del Ministerio, con su fuerte respaldo a la implementación del Acuerdo con el antiguo sector Polo Paz y la ventaja de tener un amplio reconocimiento nacional, el panorama es otro. Clara es una dirigente “cotizada” y en su haber cuenta con un fuerte respaldo en entornos urbanos, sociales y estudiantiles. Asimismo, con su papel en el Ministerio renovó su compromiso con los trabajadores y algunos sectores liberales.
Su impulso a proyectos de ley de fuerte impacto social como la ampliación de la licencia de maternidad, el pago de prima de servicios para los trabajadores y trabajadoras domésticas, y la defensa del proyecto de ley que pretendía retornar en dos horas (8:00 p.m. – 10:00 p.m.) el recargo nocturno (proyecto de autoría del congresista liberal Óscar Hurtado y no de su cartera como lo manifestaron algunos medios) solidificó su posición social y política. Si se va por firmas en 2018 fraccionará aún más el voto de las alternativas distantes a Uribe y Vargas Lleras, le restará votación a Robledo y se convertirá en una pieza estratégica para una eventual segunda vuelta. Al salir del Ministerio y embarcarse en su candidatura presidencial Clara si la tuvo muy clara.
Por otro lado, la aspiración de Robledo no despega y se ve en perspectiva de estancamiento. Hay muchas variables para comprender ese estancamiento: falta de carisma, estructura y especialmente que la lógica que subyace a una elección legislativa no es similar a una presidencial. El hecho de ser el senador más votado del país de facto no lo ubica como favorito entre el grueso del electorado. Robledo se sustenta en un voto de opinión duro, concentrado en sectores urbanos y universitarios, sus seguidores son militantes fervorosos con una alta capacidad de organización. Esto es muy ventajoso pero también desventajoso dado el radicalismo de sus posturas.
En cuestión de plataforma, el MOIR ha sido su mayor respaldo electoral e ideológico. Sin embargo, no ha podido trascender más allá y generar consensos con otros movimientos, inclusive dentro del mismo Polo. A pesar de su sensibilidad con temas de alto impacto en el sector agrario (es integrante de la Comisión Quinta del Senado especializada en asuntos agropecuarios) esto no le ha granjeado gran aceptación entre los campesinos y su lucha frontal contra la corrupción (algo que se remonta a sus primeros años como senador) ha sido capitalizada por otras figuras que desde lo mediático han enarbolando las banderas “anti-corrupción” presentándose como políticos “outsiders” distantes a los partidos y cercanos a los jóvenes. Estrategia que le ha funcionado a Claudia López y a Fajardo permitiéndoles posicionarse por encima de Robledo en las últimas encuestas.
Ante la amplitud de candidatos “alternativos” y con el ingreso de Clara a la carrera presidencial el voto de opinión se encuentra más dividido que nunca. Si no se propicia una amplia coalición antes de la primera vuelta que le haga contrapeso a la maquinaria regional de los partidos tradicionales y al radicalizado uribismo, no se llegará a nada. Aunque Robledo y Clara ya no caminen bajo las mismas toldas todo parece indicar que estas circunstancias los obligarán a reencontrarse. Eso los dos si lo tienen muy claro. ¿Qué podría pasar?
