Es común ver a diario noticias sobre extorción, robos y hackeos de nuestros conocidos en sus redes sociales. Creemos que tenemos un blindaje adicional y que este tipo de eventualidades nunca nos van a suceder a nosotros. Sin embargo, mi pesadilla comenzó el 24 de diciembre cuando la empresa de telefonía Claro Móvil vendió dos equipos celulares con línea pospago a mi nombre.
En enero, como es normal con el proceso de estas líneas, llegó la facturación a la casa. Se me hizo muy extraño, pues hace más de un año había cancelado la telefonía móvil que tenía con esta empresa. Así que enseguida fui al centro de Claro ubicado en Suba (Plaza Imperial), en donde me indicaron que no podía bloquear las líneas (323205464 y 3205778033) porque efectivamente en su sistema aparecía un registro de mi supuesta adquisición.
Puse una queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio de Bogotá. También me dirigí a la Fiscalía General de la Nación, a la Policía y a la Sifin para poner alertas de fraude. Después de un día de pasear por una entidad y otra, solo logré poner una denuncia. Además, la respuesta que obtuve de una señora que se encuentra en la entrada de la Fiscalía dando información fue: “Eso les pasa por botar los papeles”. Entonces entendí que para estas entidades la culpa de que los ladrones anden por ahí suplantando identidades es de los ciudadanos por dejarnos robar y no por la falta de seguridad que golpea el país.
Adicionalmente, ocho meses después, más precisamente el día 22 de octubre (a las 7:30 a.m.), recibí un mensaje en mi WhatsApp del número 3133744820, que decía: “Hola Buen Dia, Guarda mi nuevo numero, Elimina el anterior, es Natalye J”. Me llamó la atención por dos cosas. Uno, es evidente que a esta persona no le importa la falta de tildes y la gramática en el texto, cosa que a mi sí. Dos, él o ella estaban hablando con la verdadera Natalye.
Enseguida puse en alerta a muchos de mis contactos de WhatsApp y escribí un anuncio en Facebook, pero al tratar de ingresar a mi cuenta de Instagram (en la que aparecía como @natik182) me salía que debía reestablecer mi contraseña y me daban las siguientes opciones (un e-mail t******[email protected] o un número de celular terminado en 09). Claramente me encontraba frente a un hackeo de mis cuentas.
Pasaban los minutos y esta persona puso un estado en mi cuenta de Instagram que decía: “En Venta Mil $ Dolares Solo Conocidos al privado” .Uno de mis contactos le siguió el juego, en donde evidenciamos que estaban vendiendo los dólares a $ 3.000 pesos, ¿oferta bastante llamativa, verdad? El caso, pedían consignar el valor de la compra a una cuenta de ahorros de Bancolombia (#68631370806).
Acto seguido, muchas de las personas con las que había perdido contacto por distintas razones me escribieron para asegurarse del cambio de número. A ellos les llamó la atención los mensajes que estaba enviando, pues me decían que había amanecido bastante amorosa para ser yo. Desde las 8:00 a.m. estuve llamando de manera insistente a poner el denuncio sin obtener respuesta. Finalmente, a las 5:00 p.m., conseguí poner la denuncia ante la Fiscalía, pude reportar la cuenta ante Bancolombia y poner la alerta del número ante la empresa de Claro Móvil.
Afortunadamente, y por ahora, ninguno de mis contactos hizo transacciones a esta cuenta. Para tratar de amenizar un poco ese trago amargo del día, escribí a mis cuatro grandes amigos un mensaje que decía: “Con lo que no contaba el ladrón es que hackeó a la persona que tiene la red social de gente más pobre del país”.
Me queda un gran sinsabor en todo esto y es la falta de respuesta oportuna que un ciudadano obtiene ante una situación como esta, y más después de la respuesta que al inicio del año me brindó la señorita de la Fiscalía. Por suerte, cuento con un beneficio y es que tengo una flexibilidad laboral que me permite atender mis cosas personales dentro de la jornada.
Para finalizar, espero que Claro Móvil y Bancolombia hayan realizado algún tipo de bloqueo a estos productos, pues soy consciente de que esto debe ser una gran red de vandalismo y no es la única cuenta que tendrán para realizar este tipo de estafas. Siento que cumplí con mi deber de ciudadana, el resto del proceso va por cuenta de estas entidades.