La debacle electoral de los Char se hizo sentir en Riohacha (capital de La Guajira), Sincelejo (capital de Sucre) y Cartagena (capital de Bolívar); sucursales del poderoso clan barranquillero, que avalaron candidatos a gobernación, alcaldías, concejos y asambleas sin tener en cuenta ninguna recomendación de los organismos de control ni de ningún medio investigador.
Capitales de departamento en interinidad casi que permanente, que provocan desgobierno, le pasan factura en las urnas al clan que vio este domingo cómo el excandidato Gustavo Petro le aguaba la fiesta. Las capitales costeñas quedaron en la mira electoral de la coalición de izquierda. De hecho, Petro aseguró en su discurso que llevarán candidatos y él será su dirigente.
La permanente presencia de Alex char en las capitales costeñas, donde dicta conferencias, asiste a foros y fiestas, y no ahorra momento para interactuar con la clase política de la región, esta vez no sirvió. Aunque Char es una vedette en la costa —además su 98% de aceptación en Barranquilla le da credencial para pisar con autoridad en cualquier terreno—, en esta ocasión las urnas lo traicionaron y desde el domingo tiene una realidad política: Gustavo Petro, quien se refirió a cada una de las ciudades costeñas con nombre propio y con la promesa de estar en el frente de batalla para poner alcaldes. Los Char pasaron de ser los electores de la costa al segundo lugar, cosa que fue afirmada en primera vuelta y reafirmada en la segunda.
El discurso popular es el mismo en tiempos donde se capturan a diario a responsables de colapsos de edificios, ¿por qué no pasa nada con la tragedia de Campo Alegre en Barranquilla? A Arturo Char le comienzan a pasar factura los guajiros que nunca fueron defendidos por él, jamás se le escuchó hablar de la tragedia wayúu en el Congreso, ni tampoco se le ha visto activo con la interinidad en Riohacha ni en Cartagena. Así mismo, a ninguno de los Char se le escucha hablando sobre la problemática de La Mojana sucreña.
Las capitales costeñas reeligieron a Santos y hoy dejaron consignado que si se siguen acolitando decisiones contrarias a los intereses populares lo más seguro es que en 4 años celebren otros. Hoy Petro es, como dicen en la costa, el papá de todos, porque les ganó a todos en las dos vueltas. Eso habla muy bien de la izquierda y muy mal de los clanes y grupos políticos cuestionados y señalados de manejar como fincas las ciudades. Estamos ante un nuevo país político y el presidente Duque lo sabe; aunque ganó el domingo, tiene consecuencias, muy serias, si se equivoca en las regionales.
Se viene la lucha contra la concentración de poder, contra la concentración contractual y el manejo feudal, que son prácticas enquistadas en la costa, especialmente, pero que hay que erradicar. Si el mandatario elegido no lo hace con determinación, el descontento popular será más que evidente.
Por ahora, en la costa, el terreno ganado por la izquierda en las principales capitales de departamentos es sencillamente histórico e innegable. El expresidente Uribe muy a menudo le decía a Barranquilla “mi novia esquiva”, hoy Riohacha, Barranquilla, Sincelejo y Cartagena tienen nuevo novio y se llama Gustavo Petro.