Mientras la ministra del Ambiente, Susana Muhamad y su equipo revisan los comentarios de ciudadanos preocupados al proyecto de borrador del Decreto reglamentario, cientos de pequeños empresarios están en jaque y grandes empresarios como Isaac Gilinski, dueño de Rimax; Albert Douer, CEO de Ajover y Amalia Loewy, de Sempertex se alistan para cumplir con lo que manda la Ley de los plásticos de un solo uso.
Por otro lado, en esta compleja coyuntura que implica que se dejen de producir y consumir productos como vasos plásticos y pitillos, por ejemplo, Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos y Laura Flórez, directora del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho buscan alternativas para acompañar a las empresas afectadas.
Empresas grandes, medianas, pequeñas e informales están corriendo para ver cómo logran seguir existiendo después del próximo 7 de junio cuando no podrán producir ni vender vasos, platos, bolsas plásticas para las lavanderías, soportes para las bombas de inflar o copitos de algodón.
Todo este corre, corre es por cuenta de la Ley 2232 del 2022 que impuso una prohibición gradual a 14 productos. De ellos, 8 deben desaparecer del mercado en unas semanas y la gran mayoría de las empresas no están listas para este golpe, pese a que el tema no es nuevo.
Qué están haciendo las grandes con los plásticos de un solo uso
Entre las empresas grandes del sector de plásticos que tienen ingresos operacionales cercanos a los 4 billones de pesos aparecen Esenttia, empresa del Grupo Ecopetrol; seguida de Mexichem Resinas del orden de los 3 billones u otras como Dow Química, Taghleef Latin America o Plastiquímica. Estas empresas son reconocidas como productoras de plásticos primarios que son los utilizados principalmente para fabricar envases que están en contacto directo con el producto comercializado por la industria como ocurre, por ejemplo, con la farmacéutica y la producción de medicamentos.
Esenttia, con una inversión aproximada de 21 millones de dólares, acaba de inaugurar su primera planta de resinas plásticas recicladas, ubicada en el municipio de Tocancipá (Cundinamarca) al norte de Bogotá con capacidad para recuperar más de 12 mil toneladas de residuos plásticos y su operación beneficiará a más de 10 mil recicladores y recuperadores.
Otras compañías como Sempertex de Colombia, fabricante de globos de látex para fiestas, decoración y entretenimiento, fundada en Barranquilla en 1938 por Emil Loewy, liderada por Amalia Loewy y Leonidas Oyaga como CEO y la Eterna figuran entre las más grandes del sector de productos de caucho. Ajover, la de las tejas y de los herederos de los Douer, por ejemplo, Plastipack, Ecobolsas Caribe o Plásticos Rimax fundada por Isaac Gilinski, son algunas de las empresas más grandes fabricantes de productos de plástico.
Por su tamaño, a todas las empresas mencionadas se les facilita un poco más cambiar sus procesos productivos, utilizar plástico reciclado como materia prima y apostarle a la economía circular, pero no todas pueden contar la misma historia.
Para todos, empresas grandes y pequeñas, es urgente desarrollar la industria de consumo de plástico reciclado, pues solo pocas empresas, de las que el Gobierno no tiene un censo, han logrado cambiar el plástico por otros materiales como pulpa de caña y otras están tratando de incorporar material reciclado y plástico de posconsumo a sus procesos con el fin de quedar exentos de cumplir la prohibición con la que Colombia debe cumplir compromisos internacionales para disminuir su producción y consumo.
Lo cierto es que desde que se inventó en el siglo XIX, otros materiales como el vidrio y el metal utilizados en los envases fueron desplazados por diferentes tipos de plástico que han aparecido según el uso y facilidad de reciclaje. Se estima que Colombia produce anualmente más de un millón de toneladas de plásticos.
Empresas micro, familiares e informales no están muy alertas
Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos y Laura Flórez, directora del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho han identificado que microempresas familiares no están alertas frente a lo que está pasando pese a que la Ley entró en vigencia hace dos años.
Esto se debe en parte también al hecho de que las alternativas ofrecidas por el Gobierno a las empresas que tienen que suspender su producción como análisis de ciclo de vida e incorporación de reciclado de posconsumo, no están reglamentadas, no hay apoyo técnico ni acompañamiento en la sustitución y una certificación de que la empresa está utilizando plástico reciclado puede costar hasta 25 millones de pesos.
En esas condiciones, las empresas terminan en la ilegalidad y la informalidad por la falta de reglas claras en materia de exenciones como un camino que les permita sobrevivir y migrar hacia el uso del plástico reciclado y la economía circular del plástico para aprender a coexistir con este material que está poniendo en riesgo la fauna y flora de los océanos por los plásticos y microplásticos.
Coexistir con el plástico de manera saludable, identificar proveedores de plástico reciclado para hacer un cierre del ciclo real es una de las posibilidades que tienen las empresas del sector para continuar existiendo y no terminar en 40 años con un problema peor que la enfermedad, pues hasta ahora, no hay material alternativo mejor para garantizar la inocuidad de los productos y evitar epidemias como el cólera, por ejemplo. El plástico también lo utiliza la industria farmacéutica, las cadenas de suministro y falta resolver cuanto antes qué hacer con el residuo y cómo darle valor.
Los ecobot y 25 centavos de euro por una botella en Alemania
En Colombia, algunos centros comerciales ya tienen una especie de cajeros en donde las personas pueden depositar botellas de pet y recibir puntos para canjear por servicios y productos en establecimientos comerciales.
Esta iniciativa sigue en parte el ejemplo de Alemania, donde por cada botella de plástico depositada, el usuario recibe 25 centavos de euro y ya alcanzan niveles de reciclaje superior al 99 % específicamente en este producto para no verlo como basura sino disponerlo de manera adecuada.
También le puede interesar: Adiós a las botellas de plástico en los Parques Nacionales Naturales, drástica medida de Petro
