Vuelve y juega: el subcampeón del Tour de Francia ganó hoy la carrera más antigua del ciclismo. Con autoridad y dando clases de cómo pedalear se quedó con el título de la Milán-Torino. Además, retuvo el título para Colombia, pues Superman López ya la había ganado el año pasado. Esta ha sido una de las mejores temporadas del paisa, en contraste con el desastroso año que tuvo Nairo Quintana.
Quintana fue segundo en el Giro de Italia, once en el Tour de Francia y cuarto en esta carrera. Nada despreciable para un corredor promedio, pero Nairo es de otro planeta y sus ambiciones lo llevaron a descalabrarse en el 2017. Todavía le queda la clásica de Lombardía, carrera que ya ganó el año pasado y título que pretende defender, pero con el nivel que ha mostrado en los últimos meses la cosa es bastante complicada.
Urán es un monstruo y Nairo vio cómo su compatriota contraatacó el intento de Fabio Aru. Nada pudo hacer, el paisa subió como pocos y llegó a la meta con la cara implacable. Mikel Landa, quien se supone llegará al Movistar para reemplazar al ciclista boyacense, ni siquiera apareció, no dio de que hablar y decepcionó como era de esperarse.
Si Rigoberto mantiene este nivel tendría que volver a correr el Giro para sacarse la espina con la carrera italiana. Urán, quien pensó en retirarse luego de unos años malos, está de vuelta y sabe que tiene todo para quedarse con una de las tres grandes.