Muchos mitos se tejen en torno a Manuel Marulanda Vélez, ‘Tirofijo’, el legendario fundador de las Farc, quien falleció en 2008, de muerte natural, tras más de 50 años de guerra contra el Estado. Uno de los mayores misterios en relación a Tirofijo es su descendencia. Se dice que tuvo toda una serie de mujeres y cerca de una decena de hijos, pero nadie precisa mucho respecto a sus compañeras y estirpe.
En la época de los diálogos del Caguán algunos comandantes guerrilleros trataron de desmitificar la prolijidad de su máximo jefe, contándole off the record a los periodistas que Marulanda habría tenido sólo cinco hijos dentro de la guerrilla, y que varios de esos descendientes combatieron junto a su padre en las selvas del sur del país, sin que nadie supiera más de estos.
Apenas en 2009 se supo algo en concreto sobre un hijo del fundador de las Farc. Y la revelación fue además impactante porque resultó ser que Tirofijo tenía un hijo de talla baja llamado Rigo. La historia, sacada de las entrañas de las Farc, la trajo Zeneida Rueda, una experimentada guerrillera que luego de 18 años en las filas desertó y logró salir de la jungla huyendo con un secuestrado. Zeneida escribió un libro editado por Planeta, titulado: “Confesiones de una guerrillera: los secretos de Tirofijo, Jojoy y las Farc revelados por primera vez”. El texto ciertamente documenta varios episodios sobre los máximos comandantes de la guerrilla, la cotidianidad de la vida insurgente y la propia experiencia de Zeneida dentro de la organización, de la que desertó decepcionada. Pero el capítulo más revelador es aquel en que narra la desconocida historia de Rigo, el singular guerrillero, hijo de Manuel Marulanta que ahora aparece en La Habana, como parte del equipo de prensa de las Farc.
En este documental el Mono Jojoy, presenta a Rigo, uno de los hijos de Marulanda. Ver minuto 7.
Este es el extracto del libro en el que se cuenta quién es Rigo y de un encuentro de este con su padre, Manuel Marulanda, Tirofijo:
«Rigo era muy inteligente, hablaba perfectamente inglés. Lo aprendió con la holandesa del escándalo, Tanja, la que aparecía en los diarios que encontraron en el campamento de Carlos Antonio Lozada. A Rigo le habían encomendado la misión de monitorear las conversaciones de los pilotos de los aviones bombarderos y de los aviones fantasmas. La tripulación de esos aparatos sólo se comunicaba en inglés«.
«Un día Yair nos advirtió que si llegaban los helicópteros o nos atacaban por tierra, a lo primero que había que echarle mano era al enano. Por nada del mundo lo podíamos dejarlo ahí. Primero debíamos perder la cabeza antes que perderlo a él».
«Con Rigo tuve una gran empatía. Al principio estaba aterrada de verlo. Nunca en mi vida había visto un enano. Rigo tenía su camuflado y botas de caucho. Le habían hecho un chaleco pequeñito y cargaba un morral con hamaca, sábana, dos mudas de ropa y una pistolita Pietro Beretta, aunque nunca lo vi disparar. Caminaba todo torcido, las piernas eran chuecas y el trasero grandísimo. Yo le decía que tenía puro culo de tonta y él se enojaba«.
«Le cargaban los radios, la comida, la munición y otros aparatos para el monitoreo. Sólo llevaba a la espalda el morralito«.
«Todos sabían que si aparecía una roca o un árbol caído en medio del camino, que le diera a la altura del pecho, él no podría pasar. Nadie lo cargaba, a pesar de las advertencias; pero ¿quién lo iba a cargar con ese reguero de guerrilleros huyendo de la selva?«.
«Le gustaban las mujeres monas, altas. Y las conseguía. Como era el hijo de Marulanda, las guerrilleras se le arrimaban. También le gustaba el trago y el baile y así la mujer fuera grande«.
«Esa misma semana íbamos para un campamento cuando, de camino, nos encontramos con Marulanda. La caravana paró y el viejo bajó el vidrio. Recuerdo que la piel de la cara y de las manos era como de la un recién nacido, delgaditica y suave. Nos paramos al pie del carro con respeto«.
— Buenos días, camarada —lo saludé.
— Buenos días, mija —respondió con esa voz profunda que tenía.
El enano se acercó al carro y Marulanda abrió la puerta cuando lo vio venir.
— Quiubo, papá —lo saludó Rigo.
— Quiubo, mijo —le respondió Marulanda. Ese fue todo el diálogo entre ellos».
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— Diálogos Paz FARC (@FARC_EPaz) May 3, 2016
Rigo, en Cuba, hace parte del equipo de prensa de las Farc
Tras la muerte de Marulanda, el periodista Jorge Enrique Botero, logró insertarse en la selva para documentar la vida de las Farc tras la desaparición de su líder fundador. El resultado es el documental “Antes de la tormenta” y en este aparece una de las últimas imágenes de otro líder emblemático de esa guerrilla: Jorge Briceño, más conocido como Mono Jojoy (quien fue abatido por el Ejército en 2010). Botero registra una intervención de Jojoy frente a las tropas en las que resalta el legado de Marulanda y cuenta sobre los hijos de este. Dice que los primeros descendientes de Tirofijo fueron enviados a la Unión Soviética para que se formaron con el objetivo de que luego regresaran a la guerrilla. Pero –explica Jojoy en tono de lamento: “Se quedaron y no fue posible hacer de ellos unos revolucionarios. Total que no basta con ser hijo de un dirigente para ser un luchador”.
Acto seguido, Jojoy –que habla desde una tarima, frente a centenares sus combatientes– presenta a tres jóvenes guerrilleros, hijos de Manuel Marulanda, con una decisión de vida distinta: “Los tres, más Pablito (…), nacieron y crecieron en la guerrilla, y se hicieron adultos. Al más pequeño le decimos cariñosamente ‘el enano’ se insubordinó a estudiar, y nos vimos obligados a traerlo y acá está con nosotros. A Rigo lo armé de una pistola y me gané una crítica porque me tomé atribuciones que no me correspondían. Sin embargo ahí la tiene. Un aplauso para ellos”. El documental enseña la única imagen conocida de estos hijos de Marulanda, destacando a Rigo, que, como los otros dos, luce camuflado y sonríe cuando Jojoy lo presenta ante la tropa.
Rigo ahora hace parte del equipo de prensa de las Farc en La Habana, que produce el informativo “Nueva Colombia Noticias”. Su llegada se dio en los últimos días, cuando también arribó a Cuba alias ‘El Paisa’ generando gran controversia. En La Habana ya han hecho presencia los seis integrantes del Secretariado de las Farc, es decir, la máxima dirigencia de esta guerrilla. También hizo parte de la delegación negociadora, Sandra Ramírez, la mujer de Tirofijo y quien compartió con él sus últimos 15 años de vida hasta su muerte. La presencia de Rigo, si bien no dice mucho al público en general, es una fuerte señal al interior de las bases guerrilleras donde la figura de Manuel Marulanda se venera y sigue por sobre todo.