Las redes sociales y algunos medios locales han sido los únicos espacios donde los fusagasugueños comparten la angustia que sienten por las fuertes lluvias y las posibles emergencias que se pueden presentar en la ciudad. Sin embargo, parece que nadie escuchara los llamados.
Para los fusagasugueños la preocupación es constante cuando ven que las lluvias de las últimas semanas ya empiezan a producir estragos. La emergencia del 30 de octubre del 2014 dejó recuerdos del centro de la ciudad cubierto de barro y escombros, así como imágenes de los barrios en la parte alta del municipio con matices de destrucción.
Foto 1: Día después de la avalancha en Fusagasugá. La avalancha dejó escombros en el parque principal. Foto tomada de: Semana.
En los últimos días, las fuertes lluvias han formado ríos en las calles de Fusagasugá y han creado pequeños pozos por la abundancia de huecos que hay en la malla vial. Las piedras sobre las vías como en La Panamericana son un peligro para los conductores y las inundaciones registradas en varias zonas de la ciudad como en Ebenezer afectan las actividades diarias y la tranquilidad de los pobladores.
Foto 2: Vía Panamericana ha sido afectada por los aguaceros de los últimos días. Foto tomada: Sin censura Fusagasugá.
Hasta hace pocos días se está sacando a luz pública la importancia del asunto ambiental. De hecho, se habló el pasado 19 de abril en control político del Concejo de Fusagasugá y se han hecho varias conferencias por parte de la universidad de Cundinamarca. Sin embargo, pareciera que los representantes no han tenido tiempo de contarnos acerca de los planes que se tienen pensados para la solución de los riesgos de deslizamiento en el cerro de Fusacatán.
Los estudios desarrollados por la CAR, después de la emergencia del 2014, los cuales podrán ser la “solución” de los riesgos en dicho cerro ya están hechos, pero se necesitan mil ochocientos millones de pesos para ejecutarlos. El monto se tiene que conseguir lo más pronto posible porque como dijo el ingeniero geotecnista, Cristián Gutiérrez, de la CAR, en el control político del pasado 19 de abril: si hay negligencia en el desarrollo de las obras, se fracasará. Es decir, se perdería la plata de los estudios y el peligro seguiría vigente.
Es increíble, según datos aportados por los concejales, se estima que hay 98 factores de riesgo en Fusagasugá y aunque el alcalde de la ciudad, Luis Cifuentes, dice que se han hecho trabajos para la prevención de desastres, en definitiva no es suficiente y ni siquiera está instalado el sistema de alarmas tempranas en el Cerro del Fusacatán. Aun sabiendo esto, los bomberos de Fusagasugá afirman que solo habría cinco minutos para reaccionar ante una catástrofe proporcionado por dicho cerro.
Además, académicos de la Universidad de Cundinamarca con su semillero de investigación han aportado diferentes pruebas de los suelos inestables del Cerro de Fusacatán, de los derrumbes cerca de la quebrada La Parroquia, de la deforestación, del mal uso del suelo por la ganadería y de la falta de demarcación de los predios de reserva los cuales deberían ser protegidos.
Foto 3: Derrumbe cerca a la quebrada La Parroquia, la misma que se desbordó en el 2014. Foto tomada de: Fuscatán somos todos.
Mientras el debate sigue y se intentan mitigar los peligros de la naturaleza desde el concejo, con la alcaldía, La CAR y los llamamientos de los investigadores de la Universidad de Cundinamarca, se necesita ¡ya! información, capacitaciones y varios simulacros.
Un plan de evacuación es necesario para que los fusagasugueños sepan qué hacer ante una emergencia porque es absurdo esperar que lo peor suceda para actuar y decir – ¡esto fue una tragedia anunciada!- como pasó en Armero, el Valle de Aburrá, Mocoa, Manizales y otros lugares en la historia del país.
Se percibe que los organismos de socorro no se han tomado la tarea de advertir y de enseñar cómo se debería actuar ante una emergencia. Además, informar cuáles son los planes de evacuación y adónde se debe acudir si el agua o la tierra se le viene encima a la comunidad.
Por esas razones, la alcaldía, los bomberos, la Cruz Roja y la Defensa Civil deben actuar, deben guiar a los pobladores y los pobladores debemos exigirlo.
En este momento que nadie sea indiferente. Los fusagasugueños también tienen mucha responsabilidad frente a las problemáticas y la gente debe entender que no todo las dificultades se le puede atribuir a Dios. Los esfuerzos físicos de los humanos son los que tienen que reflejar que en realidad se quiere evitar tragedias y se desea cuidar el municipio.
Los ciudadanos no hemos querido concienciarnos de que las cosas que están pasando no son culpa de la lluvia, ni de Dios, ni exclusivamente del alcalde, sino de nuestra falta de cultura y de sensibilidad ambiental porque las calles, los andenes, los antejardines de las casas, las quebradas y muchos otros espacios públicos siguen llenos de basuras, de colchones, cajas y bolsas las cuales están taponando el alcantarillado.
Conciencia, cultura y participación de los ciudadanos es lo que haría de nuestro municipio, una ciudad más desarrollada y un pueblo menos ignorante. Por lo tanto los invito a ver al menos un fragmento del debate de control político del 19 de abril y estar pendientes de las próximas presentaciones sobre los resultados de investigación de la UDEC.
Debemos pensar en cómo vamos a evitar nuestra tragedia y cómo le vamos a exigir a los funcionarios y las instituciones competentes que nos planteen y nos hagan un plan de contingencia para tener en cuenta frente a un desastre que nunca más quiero volver a ver en mi Fusagasugá.