De todos los adjetivos del castellano, hay uno que en definitiva no estaría en el perfil de Ricardo. Pasota, que no es una uva pasa de grandes proporciones, sino una persona indiferente ante las cuestiones que importan o se debaten en la vida social.
Y es que para muchos aplica este calificativo, humanos que ven el mundo girar y cuya determinación no desborda los límites de su propio eje.
Pero Ricardo no, que su espíritu inquieto lo levanta del sillón del espectador, y lo ajusta a la silla del director, del que orquesta, gestiona, dirige, crea, inventa y sueña.
Un líder, lo llaman algunos, una persona cuya vocación innata lo lleva a levantar la voz y orbitar más allá de su autonomía, entonces, su grito se hace grande porque reúne el clamor de otros.
Ricardo, es un líder, un líder de Pasto y de Colombia. Desde los 14 años adoptó su rol, primero en el barrio Julián Bucheli, en la comuna dos de la capital de Nariño, y ahora mirando fuera los márgenes de su departamento. Es uno de los fundadores de la Red de Jóvenes de las Américas, una plataforma que hacen parte lideres juveniles de todo el hemisferio occidental y es integrante de RedAcción de Paz, la Red de jóvenes constructores de paz, un circuito que atraviesa el mapa y conecta 25 municipios con líderes juveniles que representan sus territorios.
La Red nace en la Fundación Mi Sangre, la organización sin ánimo de lucro que creó Juanes hace 11 años, y reconoce los jóvenes de Colombia que no ven pasar los días, sino que se convierten en los protagonistas de cada jornada.
Y Ricardo demostró ser uno de ellos. Empezó liderando el comité de deportes de su barrio, y organizó campeonatos entre barrios y comunas. El ímpetu iba creciendo, y mucho antes de tener cédula de ciudadanía ya hacía parte de un partido político.
Allí aprendió qué es un derecho de petición, y a los 15 años ya reclamaba a la administración por alumbrado público, y por señalizaciones de tránsito.
Cuando ingresó al SENA para estudiar una técnico en administración documental, se lanzó como representante estudiantil, y su propuesta de campaña desbordó las expectativas de todos, incluso las suyas. Encontró que la dotación de bienestarina que recibía la institución no se entregaba a los estudiantes, así que lo hizo público, repasó unas cuantas leyes, y en poco no solo lideró la entrega del suplemento alimenticio, sino que lo institucionalizó.
Para entrar a la Universidad a la carrera de Administración Pública contó con el apoyo de sus amigos, aliados y también entusiastas, que sumaron desde lo poco para que Ricardo emprendiera su profesionalización. Actualmente cursa séptimo semestre, y en su andar están logros tan significativos como asumir la presidencia del Consejo Municipal de Juventud y la Vicepresidencia del Consejo Territorial de Planeación; representar a Nariño en la Cumbre de las Américas (2012 y 2015), un encuentro que convocó a 32 presidentes de nuestro continente. Participar en la construcción de la Política Pública Municipal de Adolescencia y Juventud de Pasto y del departamento; y sumar con su trabajo en la formulación de la Secretaría de Juventud de Ipiales, la segunda del país.
Su energía de cambio crece, es exponencial y contagiosa, el hablar pausado propio de su región, y la bondad atribuida también a su idiosincrasia, lo suman a esa pequeña porción de humanidad en la que depositamos nuestra confianza y seguimos su camino.
Fundación Mi Sangre
RedAcción de Paz, la Red de jóvenes constructores de paz
*líder de comunicaciones Fundación Mi Sangre