Con marcas que van desde Almay hasta Elizabeth Arden, Revlon ha sido un pilar en las estanterías mundiales de cosméticos durante décadas. Pero eso no la eximió de las abultadas deudas que la llevaron a acogerse a la ley de quiebras de Estados Unidos.
La firma con sede en Nueva York, fundada en 1932 por Charles Lachman y los hermanos Charles y Joseph Revson, solicitó la protección por bancarrota del Capítulo 11, abrumada por las interrupciones de la cadena de suministro global y el crecimiento de sus rivales.
La compañía de 90 años de existencia considera que la escasez de materias primas fue un factor importante que la llevó a la bancarrota y los analistas han dicho que es poco probable que sus problemas se resuelvan en el corto plazo.
Sus problemas solo se intensificaron con la pandemia cuando las ventas de lápiz labial cayeron drásticamente, a medida que eran reemplazadas por las mascarillas de moda durante la crisis sanitaria.
Las celebridades, entre sus lastres
Como la belleza, la fama de Revlon ha sido efímera y con los años ha venido perdido espacio en los estantes frente a nuevas empresas respaldadas por celebridades como Kylie Cosmetics de Kylie Jenner y Rihanna's Fenty Beauty.
Durante su apogeo en el siglo XX, Revlon solo estaba detrás de Avon en ventas. Ahora ocupa el puesto 22 entre los fabricantes de cosméticos, según una clasificación reciente de la revista especializada en moda 'WWD'.
Uno de sus competidores directos y propietario de CoverGirl, Coty, por el contrario, ha ganado participación de mercado al invertir fuertemente para mejorar los suministros y satisfacer la cambiante demanda.
Revlon's road to bankruptcy https://t.co/0I8vi63HxX pic.twitter.com/NhlZhdBEwo
— Reuters (@Reuters) June 16, 2022
Conocida por sus esmaltes de uñas y lápices labiales, Revlon fue vendida a sus actuales dueños MacAndrews & Forbes en 1985 y se hizo pública 11 años después. En 2016, compró Elizabeth Arden en una apuesta por el cuidado de la piel y hoy alberga marcas como Britney Spears Fragrances y Christina Aguilera Fragrances.
Pero las ventas de la compañía, presente en 150 países y empleadora de unas 6.000 personas, se rezagaron a lo largo de los años y en 2021 cayeron un 22% con respecto a los niveles que tenía en 2017.
Revlon aclaró que ninguna de sus unidades internacionales, excepto Canadá y el Reino Unido, son parte de los procedimientos de bancarrota del Capítulo 11, que no implican una liquidación, sino un reacomodamiento de sus deudas.
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