Hasta hace unas semanas María Emma Mejía era una de las favoritas para asumir la jefatura de la Oficina de la ONU para las Drogas (UNODC). Tenía el apoyo del presidente Iván Duque y Colombia era un ejemplo exitoso del Plan de Sustitución de Cultivos Ilícitos. Incluso su experiencia como canciller y embajadora ante la ONU, donde impulsó la instalación de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en el país. Pero el reciente cambiazo del gobierno Duque sobre qué organización debe garantizar la sustitución, dejó sin piso su futuro nombramiento.
El presidente Iván Duque y el canciller Carlos Holmes Trujillo decidieron que la ONU ya no acompañaría la sustitución, como lo venía haciendo desde la firma del acuerdo de paz, en su reemplazo estará la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), que hace parte de la Organización de Estados Americanos (OEA). El principal argumento del gobierno son los altos costos de operación de la UNODC en el país, así como los trámites burocráticos, según la Línea del Medio. No es la primera vez que se trabaja con la Fupad, durante la presidencia de Álvaro Uribe verificó la desmovilización de los paramilitares.