El día 16 de octubre, de manera virtual y como invitado estuve en el Primer Congreso Internacional de Administración Policial: “Aportes desde la profesión a la gestión para resultados de la convivencia y la seguridad ciudadana en el territorio”, organizado por el Colegio Profesional de Administradores Policiales (COLPAP) y desarrollado en el centro cultural de la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander.
Las ponencias fueron siete (7) tituladas: 1. Génesis y Desarrollo de la Administración Policial en Colombia, 2. La Ciencia de Policía y el Administrador Policial, 3. Administración Pública y Administración Policial, Articulación para Maximizar la Gestión de la Convivencia y la Seguridad Local; 4. Retos, Avances y Desafíos de los Procesos de Reforma Policial en América Latina y el Caribe, 5. La Administración Policial y su Aplicabilidad en el Contexto de la Seguridad Pública en el Ecuador, 6. Sistema Integrado de Gestión para la Convivencia Ciudadana (SIGEC). Modelo innovador en la Gestión para Resultados en las Entidades Territoriales, 7. Administración policial. Su estudio desde la óptica de España.
A manera de síntesis, lo que se escucho fue la historia de la Policía de Colombia y su evolución, la relación entre ciencia y policía, la relación entre la administración pública y la administración policial, la reforma o la modernización de la policía, la administración policial y su efectividad en la aplicación de esta. Todos estos temas enfocados a que la convivencia, la seguridad, se direccionen a mejorar el entorno social, que se debe reflejar con la anulación o por lo menos la reducción de los índices de inseguridad, conflictos sociales y hechos delincuenciales o criminales.
Pero no debemos olvidar que la convivencia y la seguridad es una responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, en el sentido, que somos parte de organizaciones como el Estado y las demás clasificaciones de estas, dadas como: políticas, empresariales, familiares, educativas, fuerzas armadas, sanitarias, deportivas, cívicas, no gubernamentales, etc.; en donde sus contextos se deben destacar por su ética, moral, responsabilidad, respeto, empatía, verdadera meritocracia, inexistencia de la corrupción, trabajo y crecimiento en equipo; factores que permiten dar credibilidad a la función social de cada una de estas organizaciones. Es poner por encima de los resultados los procedimientos.
Para adentrarnos a la ciencia policial, primero debemos concebir el concepto de ciencia, entendido como la obtención de una serie de conocimientos sistemáticos, alcanzados a través de la observación, experimentación y el razonamiento, sobre los fenómenos sociales, naturales, físicos y artificiales.
Todos estos elementos permiten explicar la estructura, composición, funcionamiento, relación y la asociación entre los elementos existentes en el objeto de estudio; y que, a su vez, le permita identificar su evidencia (objetividad - realidad). En otras palabras, son hechos comprobables experimentalmente.
Estos conocimientos teóricos, como prácticos, permiten construir modelos, teorías, para las diferentes disciplinas científicas. Es importante no olvidar el papel clave que juega la evidencia racional en estos conocimientos.
En consecuencia, es bueno enriquecer el concepto, dando a conocer que la experiencia objetiva, debe tener una coherencia subjetiva, estructurando una verdadera unidad de pensamiento. No como lo hacen los medios de comunicación, donde a lo comprendido le dan otra explicación. Ejemplo sería, hay tantos carros viejos y obsoletos en un medio de comunicación, lo que significa que a sus empleados les pagan muy mal.
Resumiendo, se diría, como se identifica en la “filosofía del no” de Bachelard Gaston, “el empirismo necesita ser comprendido y el racionalismo necesita ser aplicado” (dialéctica).
En este orden de ideas a la Policía Nacional de Colombia se le debe elaborar una reforma, entendida como la de rectificar la razón o entendimiento del entorno funcional y operativo de la Institución. Respecto de la modernización es incorporar nuevas tecnologías, con el fin de mejorar los sistemas de acción sociocomunitaria.
Se podría afirmar que el accionar policial debe pasar de ser pasivo o reactivo a proactivo o prospectivo.
La ciencia policial debe tener en cuenta la psicología policial, la psicología comunitaria y la psicología jurídica.
Esta (ciencia policial) la entiendo como el estudio del comportamiento individual como colectivo de los miembros de la Policía Nacional, y la de los ciudadanos, de acuerdo con sus funciones, roles, normas y contexto. Son sus formas, estilos de intervenir en situaciones de crisis, conflictos, desastres, emergencias, relaciones interpersonales violentas, delitos.
En consecuencia, el policía debe ser un terapeuta social, coach social o profesor social, cuyo fin es ayudar a desarrollar las habilidades y comportamientos sociales. Se apunta a mejorar los contextos sociales y la salud mental, de quienes habitan estos espacios o escenarios. Es decir, es un promotor de la transformación y evolución de los espacios sociales, ayudando a resolver situaciones sociales de manera eficaz (efectiva más eficiente). Esto es una fusión del comportamiento y su contexto.
Para finalizar me hago la siguiente pregunta y la trato de explicar: ¿Qué es lo que impide que uno sea uno mismo, que sea auténtico, que sepa convivir, o no se le permita expresarse?
Empecemos exponiendo que las causas de una u otra forma surgen de los productos sociales como: contenidos de la Biblia, exigencias de los grupos sociales (presión) para que modifiquen y adopten los comportamientos por ellos exigidos; las normas sociales (mal hechas o aplicadas), asociadas con el género, raza, clase social, discriminación; la exclusión social, caracterizada por la censura, aislamiento, los antagonismos sociales, la desesperanza aprendida y la mala aplicación de las leyes como el código penal, el código de procedimiento penal, sumémosle a lo anterior, la disfuncionalidad de las organizaciones estatales, la falta de ética, moral, tráfico de influencias, el engaño, corrupción, etc.
Sus consecuencias es tener una sociedad tóxica, insegura, ansiosa, estresante, paranoica, polarizada, con entes del estado que han perdido su legitimad. La conducta social prevaleciente es la del “más vivo”, como voy yo (el CVY), “usted no sabe quién soy yo”, la anomia o el síndrome de “QUECA” (Que Carajo mientras no me vea afectado que los demás se Jodan).
Para finalizar, veo necesario, que en estos congresos inviten a grupos sociales, comunitarios, que en última instancia son los clientes de esta Institución y pueden compartir unas excelentes experiencias y consejos para un brillante servicio policial.
Solo espero que las personas comprometidas en mejorar los servicios policiales, lean y tomen lo pertinente de la visión que tengo sobre una bella institución, donde crecí y evolucioné, para que de esta manera busquen su aplicabilidad, medición, evaluación y mejoramiento. Para ello les recomiendo leer, en las2orillas, los siguientes artículos:
Al final: ¿Quiénes son los dueños de los espacios públicos?
Alerta por robo de apartamentos en propiedad horizontal.
Cómo detendrán la inseguridad de Bogotá los candidatos Oviedo, Bolívar, Galán, Robledo y Molano.
De nuevo la policía y no saber qué hacer con ella.
Del comportamiento policial y la sociedad.
Descubriendo el agua tibia; “La importancia de la salud mental en las sociedades”
De nuevo la Policía y no saber qué hacer con ella.
Del comportamiento policial y la sociedad.
Díganme tombo.
Dios y patria: ¿Por qué el lema de la Policía hay que cambiarlo?
Hablemos en serio: ¿”Bogotá camina segura”?
La volteada del Esmad.
Las instituciones: su imagen, identidad, credibilidad…
Lo que nos enseñan los homicidios.
“Nueva” ley de seguridad: ¿colcha de retazos?
¿Por qué les estamos cascando a los policías?
Restauración de la Policía Nacional (I).
Restauración de la Policía Nacional (II).
¿Son necesarios nuevos uniformas para la Policía Nacional?
¿Todo policía de barrio sabe dónde queda la olla, como dice el presidente Petro?