1.
Una persona a quien quieres te regala un libro. Es un libro grande. Es un libro hermoso. Es un libro oscuro. Es un libro para niños.
Los padres de Elvis son muy pobres; pero un día, para su cumpleaños, su padre le regala una guitarra. Así comienza esta historia. La historia de un viaje. Un día, antes de irse, Elvis descubrió a su madre llorando en silencio en su habitación. Entonces sacó su guitarra y le cantó una canción. Entonces Elvis pensó que la música era algo bueno. Entonces el blues se le clavó en el alma. Y muchos lo escucharon. Y hablaron de él. Y el amor llegó como llega siempre. Raro. Poderoso. Se llamaba Priscilla y tenía una flor en el pelo. Y es por ella por quién decide escribir la canción de amor más hermosa jamás escrita. Elvis emprende entonces un viaje hacia lo más profundo de sí. Y uno arranca con él, por esa suerte que la lectura ofrece. Por ese sortilegio.Es un viaje espiritual. Una viaje por momentos triste. Por momentos es un libro triste. Un libro que habla de las ganas de dejarlo todo para nacer de nuevo. De partir. Elvis toma su guitarra y va en busca de su sueño. Pero a veces los sueños no son lo que uno espera. A veces los sueños son un continente en llamas en donde la soledad lo invade todo. La soledad es un Cadillac rosado que se estrella a toda velocidad contra las paredes del corazón. La soledad son dos Cadillac rosados que se estrellan a toda velocidad contra las paredes del corazón.
Cuentan que en el camino Elvis tuvo tres encuentros importantes:
1. El primero ocurre en un cementerio de autos. Elvis se cruza con un indio que le enseña el universo desde su pipa. Desde el humo de su pipa.
2. En el desierto Elvis se encuentra con un hombre. Los coyotes cantan baladas oscuras en la distancia y Elvis siente el deseo de acompañarlos con su guitarra. Se dirigen a Las Vegas. Al final del camino, bajo una farola, hay una mujer.
Entonces ocurre su tercer y último encuentro.
3. Tiene un vestido blanco que se enreda con la brisa entre sus piernas. Como una serpiente. Su cabellera rubia y sus ojos de luciérnaga. Allí comienza el camino al infierno.
A veces la vida te lleva por caminos oscuros. Encontrarte con un libro que pareciera, por momentos, hablar de tu vida, es una sensación extraña. Como si los libros te buscaran. Como si los libros te encontraran. Como si leer fuera un viaje al interior de uno mismo. Quizá lo sea. Quizá no. Lo cierto es que Elvis llegó a la ciudad. Dicen que en Las Vegas la gente nunca duerme. Que no necesitan soñar porque la ciudad es un maldito sueño. Que cada quien encuentra su propio sueño allí. Elvis no tardó en encontrar el suyo. Le bastó con sacar la guitarra. Y la ciudad enloqueció. Desde aquel día todo se hundió como es necesario que se hundan las cosas que alguna vez importan. Allí conoció la fama y la fortuna y olvidó su origen.
Por momentos, la vida y sus caprichos nos llevan a olvidar lo que somos. Lo que en el fondo nunca dejaremos de ser. Cuentan que se convirtió en un rey. Pero probablemente no sean más que leyendas. Nadie sabe cuánto tiempo Elvis se quedó en Las Vegas. Elvis y su tigre blanco. Elvis sin el medallón que le regaló su madre al partir. Elvis en una espiral de soledad. La soledad es un cuchillo de piñata clavado en el corazón. La soledad son dos cuchillos de piñata clavados en el alma. Una mañana cuando la ciudad por fin dormía Elvis subió a su Cadillac rosa y partió sigilosamente. Nadie pudo alcanzarlo. Llegó al mar. Uno siempre llega al mar. Cuentan que Elvis se quedó escuchando el sonido de las olas por largo tiempo. Que acabó convirtiéndose en arena y fundiéndose con la playa. Que caminó hacia el agua y desapareció para siempre. Se cuentan tantas cosas. La verdad fue que Elvis regresó a casa. Que escribió la canción más hermosa del mundo. Que ahora toca la guitarra para las personas que ama. Que el blues se convirtió en su sangre. Que toca para Priscilla y su flor roja en el pelo. Que los libros saben cosas.
Que el amor siempre gana la partida.
2.
Elvis es un libro escrito por Taï-Marc Le Thanh e ilustrado, poderosamente, por su esposa Rébecca Dautremer. Y aunque la historia es maravillosa, las ilustraciones aportan una atmósfera extraña. Como si cada imagen fuera una revelación. Un poema. Una melancólica revelación. Rébecca Dautremer es una ilustradora francesa. Tal vez, una de las mejores ilustradoras del mundo. Autora de varios libros infantiles y colaboradora en otros tantos, su reconocimiento mundial le llegó en 2004 con Princesas olvidadas o desconocidas, publicado en España por Edelvives. Dautremer es, sin duda, una de esas artistas que se te meten en la vida y la detienen, la colorean, la retratan desde la nostalgia y la imaginación. Sus trabajos, que comprenden también publicidad y cine, constituyen un referente obligado para quienes amamos los libros para niños. Libros que son un espejo. Libros que son objetos cargados de profundas reflexiones y de maravillosas experiencias. Libros que son el mar y la arena y otra ciudad. Un viaje. Las imágenes de Dautremer ocupan las páginas de cada historia, el color es triste. Aunque sus obras están enfocadas al público infantil, cada una de sus ilustraciones encierra una complejidad desbordante. Es una de las características que configuran su obra. Rébecca y sus estructuras y sus textos cargados de una nostalgia un tanto infantil. Un tanto fuertes. Un tanto de cada átomo que configura eso que somos y que nos representa como recuerdos de una época mejor. Cada imagen de Dautremer es, en definitiva, una experiencia cercana al dolor, a la soledad, pero también al amor y al descubrimiento. Eso que los libros para niños encierran en el fondo. Detrás de los colores y de esa aparente facilidad. Eso que los buenos libros y las buenas historias y las buenas canciones nos regalan. Así, sin más. Como la vida.
3.
Rébecca Dautremer estará en Bogotá. Además de participar en el Congreso Internacional de lustración, Dautremer dará algunas conferencias, firmará libros e inaugurará la exposición Rebecca Dautremer en el tiempo: Retrospectiva de ilustraciones originales e impresiones, la cual estará abierta al público desde el 22 de abril hasta el 22 de mayo en la Alianza Francesa. La oportunidad para admirar un universo cargado de colores y sensaciones que se nos meten por la boca y nos perforan el corazón. La oportunidad para contemplar la obra de una mujer que hace libros para niños. Que no son niños. Que nos hace detenernos y preguntarnos eso que fue de nosotros cuando decidimos partir hacia quién sabe dónde.
