Después de que la Unión de Colegios Internacionales privados UNCOLI que reúne a 27 instituciones educativas en Bogotá decidiera implementar una restricción a "dispositivos móviles, incluidos celulares, relojes inteligentes y otros aparatos de uso personal" en sus aulas de clase, las narrativas a favor y en contra se han hecho sentir en el espectro del debate educativo nacional.
El primer acercamiento a la decisión tomada por UNCOLI reinstala el debate, sobre el impacto disruptivo que los avances tecnológicos, a lo largo de la existencia humana, han provocado, provocan y provocarán, en su diario vivir y coexistir de los sujetos y la sociedad en general. En la dimensión del vivir, surge el interrogante, ¿Cuál habría sido la evolución de los primeros humanos de haber restringido el uso del fuego, las herramientas de piedra y el cuchillo como descubrimientos técnicos y tecnológicos para apropiar alimentos, conservarlos, cazar, defenderse, construir humanidad y el progreso del hombre?
En el caso del fuego, el uso sistemático de este descubrimiento proporcionó un medio para cocinar alimentos, lo que a su vez mejoró la digestión y la absorción de nutrientes. Estudios como los de (Boehm, 2010) sugieren que este cambio en la dieta pudo haber contribuido al desarrollo del cerebro humano, sentando las bases para la cognición compleja; desarrollando la creatividad, la memoria a corto y largo plazo, la concentración y la comunicación con los demás.
Además de su función práctica, el fuego se convirtió en un elemento central de la cultura y la cohesión social. Alrededor de la fogata, los primeros humanos compartían historias, cimentaban lazos y transmitían conocimientos de generación en generación; instaurando el fuego como un símbolo de protección, comunidad y progreso.
El uso de herramientas de piedra permitió a los homínidos obtener acceso a nuevos recursos, como carne y médula ósea, que antes eran inaccesibles, esto al igual que el uso del fuego mejoró su nutrición y su capacidad de supervivencia, impulsando el crecimiento y desarrollo del cerebro estimulando la destreza manual, la coordinación ojo-mano y la capacidad de planificación, habilidades esenciales para el desarrollo cognitivo como afirma Richard Sennett en el texto “El artesano” (Sennett, 2008).
Por su lado, la invención del cuchillo, que se remonta a hace 400.000 años según investigaciones de (Wyn, 2002), marcó un nuevo hito en la evolución humana. Esta herramienta multifuncional permitió procesar alimentos con mayor precisión y eficiencia, facilitando la masticación y la digestión; al tiempo que también se convirtió en un instrumento para la elaboración de ropa, la construcción de herramientas más complejas y la defensa personal. Su uso estimuló la creatividad, la innovación y la capacidad de resolver problemas, habilidades cognitivas fundamentales para el progreso humano.
El desarrollo tecnológico ha sido un motor fundamental del cambio a lo largo de la historia, impactando profundamente en todos los aspectos de la sociedad, desde lo económico y social hasta lo político y cultural. A medida que surgen nuevas tecnologías, estas dan forma a nuevos paradigmas y cómo estos, a su vez, influyen en nuestra forma de pensar, actuar y relacionarnos con el espacio-tiempo en esta esfera azul y en sus confines. Además, la tecnología ha revolucionado la forma en que nos comunicamos, desde la invención de la imprenta hasta el auge de las redes sociales, esto ha permitido una mayor interconexión global, facilitando el intercambio de información, ideas y culturas. Sin embargo, también ha planteado desafíos como la desinformación, noticias falsas, la polarización y la brecha digital.
El segundo acercamiento ante el direccionamiento de UNCOLI, se refiere al acto pedagógico como escenario dinámico de interacción entre docentes y estudiantes bajo un contexto determinado de infraestructura física, léase, el aula de clase. En relación con la categoría pedagógica, el siglo XXI es testigo y a la vez umbral entre el modelo conductista y constructivista; donde el primero se obstina a ponderar el protagonismo del docente “sabelotodo” como expresión, autoridad y, símbolo de una sociedad normativa, disciplinaria y punitiva; mientras que el segundo, es la apuesta a la construcción colectiva de saberes socialmente productivos, donde los discentes sean el eje de la experiencia erótica del proceso de aprendizaje y orientación docente.
El conductismo como modelo pedagógico es réplica de los fundamentos profundos del capitalismo rabioso sin sentimientos, el cual estandariza, vigila, normatiza, controla, castiga, discrimina y alimenta la exclusión y desigualdad mediante adjetivos calificativos bipolares tales como ganó- perdió, buenos - malos, productivo – improductivo, honestos – deshonestos, Objetivo – subjetivo, inteligentes – brutos, disciplinado – indisciplinado, educado – mal educado, racional – irracional, blancos – negros, normal – anormal, rápido – lento, masculino – femenino, entre muchos.
El campus requerido para el propósito de la bipolaridad es el aula de clase convencional tipo “fabrica”, con la primera autoridad vertical encarnada en el profesor “dictador de clase que consigna todo su saber en las mentes vacías de sus estudiantes”, educación bancaria (Freire, 2001), que permita la cooptación de las lógicas del capital, en detrimento del espacio-tiempo sagrado para la creación de conocimiento y desarrollo humano; a favor de la acumulación individual.
La disrupción planteada por los "dispositivos móviles, incluidos celulares, relojes inteligentes y otros aparatos de uso personal" en las aulas, son válvulas de escape para trasgredir las fuentes y orígenes del conocimiento más allá del dominio absoluto de la educación bancaria, y del “crimen intramural” que a lo largo de la historia educativa se ha cometido al tener “encerrados” y cautivos a unos “espíritus libres”, como es el alma del ser humano entre cuatro paredes, a merced del panóptico en su orden el profesor, coordinador y la rectoría del establecimiento educativo.
El tercer acercamiento nos lleva a analizar que, en lugar del verbo “Restringir”, el cual es la respuesta a una AMENAZA, según los adictos a la matriz ¡DOFA! …, que implica reacciones emocionales negativas en lugar de racionales, choques, posturas antagónicas, huir ante el peligro y la potencial pérdida del estado de confort; se impone el objetivo de un RETO para los profesores, en el contexto de la matriz FLOR, la cual implica acciones propositivas y racionales para construir y no huir, trabajo en equipo, investigar, estudiar y analizar los factores externos e internos para el aprendizaje mutuo que como lo afirma la RAE, un reto es “un objetivo o empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta”.
Siguiendo las huellas epistemológicas, la RAE nos dice que el verbo “Restringir es sinónimo de Coartar y, jurídicamente implica limitación de facultades o derechos”, por tanto, el proyecto UNCOLI, o proyectos en esa dirección, estarían violando el artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidades que estipula “El Derecho a tus Propias Posesiones. Todo el mundo tiene derecho a tener sus propias cosas o a compartirlas” (jovenesporlosderechoshumanos, 2001).
El cuarto acercamiento que genera la posición de UNCOLI es que la escuela como institución educativa inmersa en un mundo digital, irrigado de inteligencia artificial, se plantee el proyecto de inmediato y corto plazo para crear estrategias didácticas que permitan incorporar el uso de dispositivos tecnológicos personales al proceso constructivista de saberes socialmente productivos que desmonopolicen la fuente única y exclusiva de conocimiento en manos del docente, como reza el modelo pedagógico conductista y, así, migre a otras fuentes extramurales del aula convencional de clases, instaurada desde la paidea romana, permitiendo el giro copernicano de las relaciones de poder en el ejercicio pedagógico, en procura del conocimiento desde y hacia los territorios, en función de la diversidad de trayectorias de sus actores.
El problema de la distracción por parte de los estudiantes en clase no es ni nuevo y, mucho menos, exclusivo del uso de los dispositivos tecnológicos personales, es algo secular y multifactorial que en la sociedad actual se matiza en la generación liquida (Bauman, 2018) con raíces en relaciones de pareja disfuncionales que deviene en patologías actitudinales y emocionales como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad TDAH. En correlato, el restringir el uso de los celulares y demás dispositivos tecnológicos personales está lejos de aportar a la solución del déficit de atención, por el contrario, aumenta la ansiedad para hacer de dichas herramientas auténticos adminículos para ampliar el panorama de fuentes de consulta en la era de la IA y el multiverso.
Por eso y, a propósito del día del educador de la infancia y la juventud, en honor a Juan Bautista de la Salle, este 15 de mayo, la reflexión y análisis debería gravitar alrededor del vector que anuncia la ruptura entre la tenencia absoluta de conocimientos por parte del profesor y, la apertura para acceder a un amplio portafolio de fuentes de conocimientos que faciliten el aprendizaje significativo de los estudiantes bajo el acompañamiento del guía natural, el docente del siglo XXI, inmerso en las neopedagogías y sus didácticas, como respuesta al tsunami digital, que articulen los intereses de todos los actores sociales desde la escuela hacia una educación liberadora que potencie el desarrollo y el crecimiento con justicia social en Colombia.
Para cerrar estas líneas, y articularnos al espectro del debate en el país, recordemos como la apropiación y no la restricción del uso del fuego, las herramientas de piedras y el cuchillo, aunque aparentemente simples, han tenido un impacto profundo en la evolución de la especie humana. Estas herramientas no solo mejoraron nuestra supervivencia y bienestar físico, sino que también estimularon el desarrollo cognitivo, la creatividad y la capacidad de resolución de problemas; ¿acaso la apropiación desde la motivación racional al usar "dispositivos móviles, incluidos celulares, relojes inteligentes y otros aparatos de uso personal" en las aulas de clase, potencien el modelo constructivista en espíritus libres en la nueva realidad del acto pedagógico en el siglo XXI, en contexto del poder de la innovación y la colaboración para transformar nuestro entorno y construir un futuro con justicia y equidad multidimensional?
@apostolfin