¿Restringir a los parrilleros hombres no es discriminación de género?

¿Restringir a los parrilleros hombres no es discriminación de género?

"¿Qué habría pasado si esto se hiciera contra las usuarias mujeres? Sin duda se habría acabado el mundo, pero es contra los hombres, entonces está bien"

Por: jorge cortes
enero 25, 2018
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
¿Restringir a los parrilleros hombres no es discriminación de género?
Foto: Portafolio

Colombia es una fiesta de absurdos, nos hemos acostumbrado a que las medidas temporales lleguen para quedarse. Permitimos que los alcaldes tomen decisiones inconstitucionales en favor de supuestos beneficios para todos, cuando al final eso no ocurre, pues eso termina convirtiéndose en la ventaja rentable de alguien.

Bastó la presión del barrio Rosales de Bogotá para que toda la ciudad pagara las consecuencias de los actos de unos bandidos que hace ya muchos años se tomaron la capital. Claro, jamás va a ser igual cuando la delincuencia o la barbarie tocan a la puerta de los adinerados del país para que la sociedad entera tenga que lamentarlo. Si esa barbarie toca a alguien fuera de esa élite simplemente es porque quién los mandó nacer pobres o a vivir donde viven, y en ese caso que nos arreglemos como podamos.

Ahora tenemos un gran problema sin solución en Colombia, en donde la delincuencia no es culpa de los delincuentes, ni de los hogares disfuncionales, ni de las malas decisiones tomadas en la vida personal, tampoco de la corrupción ni el hambre o falta de oportunidades. No, el problema de los robos y el sicariato, según nuestros legisladores alcaldes y demás sabios que nos dirigen, está en las motos.

Sí, esos vehículos infernales; esos cuya importación y venta fueron restringidos en los 80 si eran de alto cilindraje. De hecho, por eso en esa época conseguir motos de más de 125 CC no era sino para los adinerados que podían importar o comprar una; aunque paradojicamente, esa restricción impulsó el robo y asesinato de los propietarios, lo que aumentó la criminalidad y las victimas derivadas.

Ya sabemos que esa medida no solo no sirvió de nada para evitar delitos, porque si algo distingue a los delincuentes es que les importa un pito las leyes y decretos y se las ingenian para hacer de las suyas, esa prohibición también permitió pasar a la terrible modalidad de los carros bomba que tantas víctimas dejó en nuestro golpeado país. Claro, las motos estaban en la lupa, los carros no, y si eran bomba pues tampoco, ya que antes de los años 80 en el país no se había usado esa terrible arma.

Ahora, volviendo al presente, con la restricción del parrillero hombre, quiero decirles: para los ingenuos que piensan que las mujeres no son también criminales, el año pasado según Medicina Legal, los asesinatos por violencia interpersonal pasaron de 44,49 por ciento a 67,85, en el caso de los hombres, y de 24,71 por ciento a 40,37 en el de las mujeres. Como por cada dos mujeres asesinadas mueren ocho hombres, el promedio general de muertes por riñas supera el 60 por ciento, lo que demuestra que restringir a los hombres como acompañantes en motocicletas no va a bajar las cifras de delincuencia, más bien subirán las estadísticas de mujeres que matan o mueren en actos delictivos.

Simplemente los bandidos se harán acompañar de delincuentes femeninas o por qué no por las ahora reconocidas legalmente mujeres transgenero. Ya sabemos que las mujeres delincuentes son tan peligrosas como los delincuentes masculinos, con la ventaja de que ellas no obtienen condenas tan largas y más a menudo ganan beneficios de casa por cárcel si son madres  “cabeza de familia” y si les agregamos que son menores de edad, pues felicitaciones. Acaban de abrir una industria macabra que nos machaca a todos y da lugar a más mujeres delincuentes. ¿Solucionan estas medidas la delincuencia en motos?

De otro lado, ¿qué pasará entonces con las familias, a menudo de bajos recursos económicos, que deben transportar en moto, su único vehículo familiar,  a hombres con problemas reales de salud? En algunos casos cuando hay alguna discapacidad física o psicológica lo hacen en trasporte público, el cual no es amable para nadie ni económico de utilizar; en otros, lo hacían con moto, lo cual era más cómodo.

De verdad, este no es un tema menor. Por ejemplo, hace unos años cuando implantaron esta medida en Medellín, una mujer casi adulta mayor, con un esposo mayor que ella, a quien debía llevar a sus controles médicos semanales, puesto que él tenía tantos quebrantos que le era imposible movilizarse por sus propios medios, solo contaba con una motocicleta. Al prohibirse el parrillero hombre, ella ya no podía movilizarlo a sus controles médicos y no tenía dinero para hacerlo de otra manera, ya que vivían en un área alejada que les hacía muy costosos los desplazamientos. ¿Tendría que morir el señor para cumplir una ley injusta? De ese caso no se sabe nada, pero no es difícil saber que no debió terminar bien.

Ahora veamos, quién podría beneficiarse de estas medidas. El año pasado la venta de motos bajó, en parte, debido a la reforma tributaria y al aumento de los seguros de tránsito. Con una medida como esta simplemente se impulsará una mayor compra de motos, lo que seguramente beneficiará a esa industria y a la de seguros. Sin embargo, eso, a largo plazo, causa una mayor congestión en las ciudades, lo que deriva en mayores medidas de restricción vehicular. ¿Será esto la primera parte de un pico y placa de motos? No olvidemos que las motos han bajado el número de usuarios de los sistemas masivos y en eso tienen la mira los “empresarios” monopolistas colombianos desde hace unos año. ¿Será este un paso más de los empresarios para eliminar la competencia a costa de nuestra libertad?

Ver: Los colombianos se bajan del bus para subirse a la moto y La mala hora del transporte masivo en Colombia

Con eso en mente, vale la pena preguntarse: ¿qué habría pasado si esto se hiciera contra las usuarias mujeres? Sin duda se habría acabado el mundo, pero es contra los hombres, entonces está bien, la sociedad lo acepta y no le importa el mensaje que da. Da la impresión que para la sociedad todos los hombres somos calificados de potenciales delincuentes, borrachos, violadores, asesinos y viciosos. Por eso, merecemos lo peor.

Todo esto, sin ponerse a pensar que la industria del transporte y la logística se mueve en gran parte por el trabajo obrero mal pago e irónicamente cada vez más calificado de los hombres, ese trabajo que ninguna feminista lucha por hacer, así como el de seguridad, alimentos etc. Colombia debe atacar la delincuencia como lo hacen los países de verdad, tomar estas medidas segregacionistas e injustas nos muestran como un país de improvisaciones que da risa.

Posdata: Soy conductor de carro.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Caricatura: Atentado contra Trump

Caricatura: Atentado contra Trump

Nota Ciudadana
La guerra en Colombia: una herida que debe sanar

La guerra en Colombia: una herida que debe sanar

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--