Los sábados Bogotá a veces se vuelve más hosca que de costumbre. Al caerse el pico y placa todos salen en masa a llenar las vías de polución, pitos y trancones. Uno de los pocos consuelos son los restaurantes. En Bogotá, ya por respirar, te cobran una millonada, sin embargo hay algunos de los mejores restaurantes de lujo para comer en Bogotá el fin de semana que se pueden acomodar al bolsillo.
80 Sillas
Ubicado en Usaquén, con la luz más sencilla y confortable para una cita, los platos no alcanzan en su mayoría los 100 mil pesos. Un arroz caldoso de camarones llega a costar 60 mil pesos. Con una buena botella de vino la cuenta, para dos personas, no sobrepasará los 300 mil pesos. Una buena opción en Usaquén, uno de los lugares más bellos de Bogotá.
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Storia D' Amore
En plena zona rosa está una experiencia maravillosa. El gran problema de este lugar, cuyo rango de precios está entre los 50 y los 100 mil pesos, es la afluencia de público: todos quieren experimentarlo, disfrutarlo. Su especialidad, por supuesto, es la comida italiana. Una maravilla que todos deberían conocer y que se acomoda a los restaurantes de lujo para comer en Bogotá el fin de semana
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Zazerak
Este restaurantes de lujo para comer en Bogotá el fin de semana, está inspirado en la comida cajún de Nueva Orleans, con ambiente de jazz y blues que hace recordar la atmósfera del Misisipi, este lugar, ubicado en plena Quinta Camacho, es uno de los secretos mejor guardados de Bogotá. Los jueves, viernes y sábado hay jazz en vivo. El rango de precios alcanza entre los 50 mil y los 120 mil pesos a lo sumo y la especialidad son las costillas y, por supuesto, el coctel que le da el nombre al lugar, uno de los mejores tragos de Estados Unidos con la sofisticación que sólo da la absenta, el hada verde de los franceses.
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Inkanto peruvian cuisine
Recomendado de El Tiempo este lugar ubicado en la avenida Boyacá n.° 17A–09 en el centro comercial Multiplaza, una delicia realmente muy económica ya que se ofrecen platos tan baratos como que cuesten 25 mil pesos. Ojo, Bogotá a veces puede ser hostil, pero tiene momentos y lugares tan gratos como estos.
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