Duele mucho que a uno le quieran acabar el único valor que puede presentar a la opinión pública: su buen nombre, su reputación. Así lo quiere hacer el señor José Guarnizo en una columna de opinión. Pero aquí estamos listos a responder por lo que hemos hecho y también por lo que no tengo nada que ver. Es una obligación moral que tengo, porque el modus operandi de los enemigos del Presidente Uribe hace que me tenga que desgastar en unos temas que no debería. Muchas personas me recomiendan que no responda, que no crezca a enanos. Pero cuando a uno le enseñan que el honor cuesta, tiene que una y otra vez a dar la cara, sin miedo, con argumentos.
Me atacan por diversos costados: por ser hijo de Luis Alfredo Ramos; por ser un delfín; por hacer parte de la lista al Senado del Presidente Uribe; por no haber hecho antes política; ahora, el señor Guarnizo lo hace por mi pasada experiencia laboral, una verdadera novedad. Ojalá existiera tanta vehemencia con quienes han asesinado miles de colombianos. Vamos, entonces, a los hechos con los que me quieren hacer daño para responderlos uno a uno.
Trabajé en Tronex S.A. desde enero de 2008 y hasta finales de octubre, cuando me retiré para dedicarme completamente a mi campaña a Senado. Tronex S.A. es una empresa de capital 100% colombiano que cuenta con diversas marcas ampliamente posicionadas en el mercado colombiano, que tienen operaciones en más de 15 ciudades colombianas, y que cuenta con unos 500 empleados, de los cuales la mitad trabajan en las áreas de mercadeo y ventas. Gerencié una unidad de negocios denominada Grandes Formatos, encargada de las relaciones de mercadeo y ventas con las grandes cadenas, y que dentro de la compañía se manejaba de manera totalmente independiente: con su propio estado de pérdidas y ganancias, su propio equipo de trabajo, sus propias cuentas internas.
Veamos, pues, las famosas fuentes del escándalo que me quieren hacer mi nuevo enemigo “de gratis”.
Primer supuesto escándalo: Tronex S.A. donó 200 contenedores pequeños a la Gobernación de Antioquia para la recolección de pilas usadas, tras una disposición del Ministerio del Medio Ambiente. Tronex S.A., además, pagó por la logística de envío de los contenedores y paga, aún hoy, la logística de recolección de las pilas. Es una labor altruista, que pretende ayudar a mejorar el medio ambiente en Colombia. Para la Gobernación de Antioquia tuvo un costo absolutamente gratuito, no salió un peso de nuestros impuestos para apoyar esta iniciativa totalmente privada. El señor Guarnizo pretende desincentivar una generosa colaboración al medio ambiente, solamente porque fue hecha por la empresa donde yo trabajaba. Esta acusación es un descaro con el medio ambiente, con la Gobernación de Antioquia, con Tronex S.A. y con mi persona.
Adicionalmente, Tronex es una marca lleva 40 años en el mercado colombiano, con especial presencia en todos los municipios antioqueños. Decir que Tronex se benefició publicitariamente por poner unos pequeños contenedores es desconocer su trayectoria y liderazgo.
Igualmente, el autor critica el hecho de que personal de Tronex S.A. estuviera apoyando la legalidad, pues en su escrito demuestra inconformidad con el hecho de que se estuviera promoviendo la lucha contra el contrabando y la falsificación de productos. La mezquindad del señor Guarnizo parece no tener límites.
Segundo supuesto escándalo: Tronex S.A. ganó un par de licitaciones para una impresión litográfica para la Fábrica de Licores de Antioquia, por un valor de $51 millones. Al respecto es importante decir: como Gerente de unidad de negocios no tuve conocimiento de haber participado en licitación alguna, no era de mi competencia puesto que eran diferentes responsabilidades a las que yo tenía. Lo reitero, yo era un simple empleado con sus propias responsabilidades, bastante arduas por cierto; no era representante legal ni mucho menos propietario de Tronex S.A. Me enteré, tiempo después de haberse ganado la licitación, de la existencia de la misma. Ya nada podría hacer al respecto. Si yo hubiera sido representante legal, jamás hubiera permitido firmar algo así. Nunca daría un papayazo de esos para dañar mi nombre ni el de mi papá. Me queda aún más difícil responder por licitaciones que ganó Codiscos S.A., compañía completamente independiente a la que nunca pertenecí. Aunque sí merece capítulo aparte mirar la crítica que hace el señor Guranizo al proceso abreviado, tendrá que hablar con el Congreso de la República para que lo cambie; aunque posiblemente especulo que puede ser que su desconocimiento del Derecho lo haga criticar temas que ignora.
Adicionalmente, sobre el supuesto beneficio por 51 millones de pesos de la licitación ganada por Tronex S.A. , debo decir que en 4 años de Gobernación, dicha compañía tuvo ventas aproximadas de $100 mil millones. Estas licitaciones significan que esos supuestos beneficios representan menos del 0,1% de las ventas de la compañía durante el gobierno 2008-2011. ¿Será que mi empleo en Tronex S.A. significó un beneficio real para esa compañía en sus relaciones con la Gobernación, tal como el serñor Guarnizo lo quiere hacer saber?
Como estamos haciendo política, y soy uribista, estoy seguro de que si hubiera trabajado en Bancolombia, también se me hubiera venido un escándalo si la Gobernación de Antioquia tuviera una cuenta de ahorros allá. Son los gajes de estar en este ejercicio que queremos cambiar para que la gente decente y preparada pueda llegar al poder.
Para redondear sus penosas acusaciones, el señor Guarnizo deja un anuncio para una próxima ocasión por un supuesto escándalo de la Gobernación de Luis Alfredo Ramos por $18 mil millones en materia de contratación. No veo la hora de responderle las joyas con las que saldrá, pero será en otro escrito para no aburrir a los lectores.
Para terminar esta defensa, el señor Guarnizo y muchos de sus amigos conocen muy bien cómo se hace la tarea de desprestigio: lo único que deben hacer es sembrar la duda para generar desconfianza y estigmatización en la opinión pública. Estoy listo para la lucha política, con argumentos y con ideas. Ya esa camarilla persecutora está retada: solamente tienen que decir día, hora y lugar. No les tengo miedo. Mi honor y mi reputación los defenderé hasta mi último respiro.
P.S. Al señor Guarnizo y a todos los que quieren hacerme escándalos les quiero contar que tengo dos comparendos en Ciudad Bolívar por exceso de velocidad. Estoy intentando pagarlos pero la cuenta de ahorros a la que debo consignar no existe.
Vea aquí la denuncia de José Guarnizo