Sr. César Augusto Patiño Trujillo, ha pasado un año desde la réplica grosera que usted hizo a mi artículo en contra de Gustavo Petro cuando era candidato a la presidencia; tiempo suficiente para redactar una respuesta razonada y sin apasionamientos por los calificativos descorteses que usó para referirse a mí sin conocerme personalmente. No se preocupe que no le voy a vituperar ni es mi intención lesionarlo con mi opinión. Sus expresiones para conmigo, que están disponibles en la red, se basaron únicamente en un artículo de 600 palabras que escribí, lo que puede significar dos cosas: usted es un genio en perfilación psicológica o es un traidor de la opinión pública. Como le mostraré a continuación, creo que es lo segundo, porque si comparamos sus columnas con las mías, se va a dar cuenta que me gana por mucho en desafueros, desinformación e imprecisiones en los medios escritos.
Empiezo por lo menos importante que es la forma como usted se refiere a mí en su columna, para luego hablar de los argumentos de fondo que me critica a la luz de la realidad del país y del gobierno que está haciendo el presidente Petro. Ahí es donde los lectores se van a dar cuenta quién es el sofista entre usted y yo. Veamos pues, me ha llamado:
Opinador que dispara arsenal de balas con la pluma, 'habilidoso' y mendaz, peligroso sofista, periodista limitado intelectualmente, deliberadamente mordaz y deshumanizador, 'sabio de Sion', poco astuto, vituperador profesional, peligroso y desbordado columnista, papagayo, sin autoridad moral, sobrado, desajustado psicológicamente, soberbio, bárbaro, insensato, desesperado, representante del ad-hominem, necio de alto quilate, azuzador de la moral, demonizador, promovedor de la violencia y alevoso, ocaso del buen gusto periodístico, desinformador, bombardero de la democracia y la paz, sembrador de odio, prejuicioso y columnista que pone en peligro la vida de Gustavo Petro.
No es corta la lista Sr. Patiño, y no sé los medios de comunicación cómo le permiten decir tanto sin miedo al desprestigio, pero solo haría falta volver a leer sus improperios para desnudar su contradicción crítica. Me ha maltratado pero es normal que la violencia sea el recurso de la infamia, menos mal su columna no trascendió en ningún aspecto destacado; sin importar la idea que usted tenga de mí, sepa que deja mucho que desear con los entramados léxicos que usa para resaltar la causa política de izquierda a la que está adscrito, cuando su opinión se vale de un ánimo acalorado y un vómito negro contra alguien que hoy más que nunca tiene razones para sostener los señalamientos contra el presidente de Colombia. A usted no le voy a insultar porque su labor escritural no tiene valor para mí, pero le respondo por sus agravios a nombre propio; aprendí desde niño que: —para verdades… el tiemp—- así que fíjese bien, los meses han pasado y no es correcto desinformar a la gente ni defender causas perdidas, la labor de un columnista no es la de ser un cortesano del presidente.
En su citada columna en época preelectoral, las siguientes fueron sus expresiones para Gustavo Petro:
Las ciudadanías libres le aclaman mientras que las masas ignaras vituperan irracionalmente contra él; su locuacidad logra despejar cualquier posible duda sobre el personaje; la brillante inteligencia de Petro; brillante estadista; puedo asegurar que no es Petro el peligroso; el señor Petro tiene tanto carisma o más que el mismo Chávez posiblemente con mayor talante intelectual; la popularidad de Petro reside en esas brillantes ideas que él mismo propone; la dimensión intelectual astronómica de Petro; el líder de la Colombia Humana renace entre cenizas, le ha tocado revivir ante sus gratuitos enemigos, desde siempre.
No hay necesidad de preguntarse si al Sr. Patiño Trujillo le pagan para magnificar la imagen del actual presidente y si no encuentra un adjetivo más valioso para describirle que "brillante", pero sí cabe el cuestionamiento: ¿no muestra la realidad actual del país, que mi columna en el diario La Patria mostró correctamente las desventajas de un mandatario con visibles debilidades de carácter?
Usted dirá que no, pero no por eso tiene razón; me remito ahora a sus críticas a mi columna de cara a lo vivido hasta ahora. Preguntó: ¿a que me refería con que el dr. Petro es hermético? R/. a la forma como combinó sus alfiles políticos en secreto para degradar la imagen de sus contendores sin escrúpulos y con ayuda de las bodegas y los bots que hasta hoy siguen desinformando en las redes. Me refiero Sr. Patiño a las negociaciones encubiertas con los presos, a la forma como este gobierno se guarda la información de las reformas para que se aprueben sobre la marcha y sin tiempo suficiente para discutirlas. A eso me refiero, y en ese mismo párrafo en cuanto a la locuacidad que usted tanto le aplaude al mandatario, tampoco yo la entiendo porque el presidente con frecuencia siembra la incertidumbre institucional con sus decisiones que generan un manto de improvisación económico y social en el país.
La inteligencia que usted le desea resaltar yo la tengo en entredicho, porque un mandatario inteligente no conformaría una coalición tradicional y clientelista para hacer de Colombia la capital mundial de la vida. Tampoco trataría de amedrentar a los medios de comunicación a través de twitter cada que estos le hacen seguimiento a sus acciones; no defendería a Pedro Castillo ante la difícil situación política peruana y menos que eso, no osaría poner a los ministros Iréne Velez, Iván Velásquez y Carolina Corcho a que jueguen todo el tiempo el papel de la contradicción. De tal manera que si ha usted le parece muy inteligente el presidente, a mi me parece astuto en sus intentos por ganar las discusiones a punta de especulaciones y datos imprecisos.
Usted miente cuando dice que yo acusé a Petro de delincuente, nada de eso, comparé su actitud fría y calculadora con la de un delincuente que premedita sus hechos; se necesita poco escrúpulo para dañar la imagen de un político y luego recibirlo tres veces en el despacho para hacer acuerdos y trabajar en agendas compartidas. ¿No era la lógica de la izquierda estigmatizar la imagen moral del líder del Centro Democrático y señalarlo como político anacrónico?, ¿no votaron muchos creyendo que esta era la oportunidad de acabar con ese caudillo? Bueno, el Dr. Petro ya es presidente y orgullosamente puedo decir que no ganó en mi departamento, con él al mando, la delincuencia no ha terminado, en muchas partes parece estar robustecida y estamos lejos de su noción de paz mercantilizada, la inseguridad sumada a los problemas económicos mundiales y a la inflación, están mostrando una situación distinta a la esperada por muchos colombianos. Usted ahora lo sabe, sigue el reclutamiento forzoso, muchas de las personas que votaron por el cambio y el progresismo se están arrepintiendo de su voto por el presidente ahora que la vida está costosa por varias razones, entre ellas, por la especulación en casa de Nariño.
Si para usted Roy Barreras tiene autoridad moral y es un demócrata, ¡adivino que maneja una ética de mínimos! imagino que pensará lo mismo de la ausente senadora Piedad Córdoba; no hace falta redargüir su argumento, porque la falta de escrúpulos es tan evidente en las muertes morales que han causado en este país estas personas, que no sería extraño que usted salga a defender la gran labor diplomática de Armando Benedetti. No creo que sea sobresaliente debilitar el Ecopetrol, ni incumplir las promesas en campaña como el metro del puerto hasta Barranquilla, ni tampoco abogar por la absolución de jóvenes que cometieron delitos durante el estallido social. No, eso no puede ser admirable. Si usted juzga que estos no son argumentos y que me equivoco al contrastar la falta de expresividad facial del presidente con la del personaje del «silencio de los inocentes», le recomiendo que revise las imágenes cuidadosamente, verá que en ambas expresiones hay más similitudes de las que usted percibe.
Ahora que el Dr. Petro es presidente y es el blanco de la crítica, las cosas cambian, sabe usted que fueron los más jóvenes los que le dieron su confianza electoral motivados por la necesidad de vivir en un país mejor, en un país con oportunidades, en un país de fábulas, realitys y series ficticias que impunemente movilizan conciencias y manipulan vidas. Votaron por él, por las promesas que hasta hoy no ha cumplido; y este, Sr. Patiño, no es un país mejor desde el año pasado, ni cambia mi lectura personal de un presidente que inflama, que habla de cese al fuego inexistente, que se aprovecha de las situaciones y no deja ver su valía personal.
No se equivoque, yo no propongo la violencia contra ningún jefe de estado, y antes de terminar, le replico a su invitación textual:
Sebastián, desármese. No utilice los medios para desinformar y sembrar más y más odio contra un compatriota suyo así no sea de su agrado. No le siga matando, no le siga disparando, tampoco tiene que comulgar con sus ideas, pero afine los argumentos, no convierta en verdades absolutas y reveladas sus prejuicios llenos de rabia y violencia. Renuncie al ad-hominem y reciba su cédula de ciudadanía madurando con sus argumentos.
R/. No soy yo, señor columnista, el que debe aprender a hacer una crítica sin faltar al respeto; las personas agresivas que se armaron para debilitar las instituciones en el pasado representan un sistema de valores incompatible con el mío, yo creo en la palabra y en el debate; mis consideraciones tal y como han sido expuestas no desinforman, al parecer, fueron una clara advertencia de la persona que no puede ser gran estadista; no es odio decir que un candidato es oportunista, mal intencionado y ante todo, mal administrador. No confunda su servilismo al progresismo con objetividad, ni pretenda defender lo indefendible, porque ahora que usted hace parte de los ciudadanos que respaldan al gobierno elegido, no puede escapar del infortunio que nos acompaña en la redacción petroriana del presente.
De manera que si recibir mi cédula de ciudadanía implica moverme en la misma inquietud áulica que usted ofrenda al presidente del país, prefiero envejecer indocumentado con la conciencia de no saber las falacias que usted dice saber.