Anda circulando un artículo titulado Peñalosa convertirá a Petro en Presidente, escrito por un tipo llamado Iván Gallo, el mismo que escribió la columna Ramiro Suárez, el rey de un peladero llamado Cúcuta, que como si no fuera suficiente con ese título, con su lenguaje básico, cierra el texto refiriéndose a la capital nortesantandereana como: “pueblo miserable, ignorante, cínico y corroncho”. Suficiente para no volverlo a leer.
Sin embargo, revisando el texto en el que critica a Peñalosa y que alborotó a varios que repiten cualquier cosa, le respondo:
En escasos 34 días de gobierno resulta imposible para cualquier ser humano, poner en orden la desparramada Bogotá que dejó Petro; ni los habitantes de Bogotá ni los vecinos del pueblo más pequeño de Colombia, pueden señalar a sus nuevos gobernantes porque no ven aún los resultados de su administración, estén o no de acuerdo con su elección.
Al Sr. Gallo le cuento que los vendedores formales, los que pagan impuestos, cumplen la ley y respetan el espacio público, evitando así el desorden y la inseguridad y están siendo justamente beneficiados. Pero además le cuento que los vendedores informales no serán aniquilados sino reubicados por el IPES. (Ojalá esta vez sí les guste la propuesta).
Por otro lado, la Reserva Forestal Van Der Hammen sólo tiene el 7,78% de foresta, o sea, de 1.400 Hectáreas solo 109 son de conservación. En el resto del terreno ya hay un cementerio, una iglesia, una cancha de fútbol, un colegio y hasta una escombrera. Además tiene una estación de gasolina, una bodega y una zona residencial habitada y con vías pavimentadas. ¿Muy mal si se aprovecha el resto del terreno utilizable para que vivan 150.000 personas que hoy viven en suburbios o que ni siquiera tienen casa?
En lo que toca al tema del metro, dice el Sr. Gallo que Peñalosa dijo mentiras; pero debo recordarle que estando en campaña, pese a que no fue una medida popular, se atrevió a proponer que el metro se hiciera elevado con el ánimo de que estuviera listo en menos tiempo, invirtiendo menos recursos y beneficiando a más ciudadanos, en lo cual se mantiene. ¿Cuál es la mentira detrás de esto?
El Sr “Columnista” al que le estoy respondiendo, hace referencia a la reducción de un 40% el sector salud. Sin embargo, debería contarle a los lectores que la administración Peñalosa pidió ejecutar su propio plan de desarrollo dentro del marco de la eficiencia y la racionalidad del gasto público por respeto al erario, pero también porque en el 2016 el presupuesto es 620 mil millones de pesos menor al presupuesto del año anterior y de lo que queda, una parte está amarrada a la terminación de obras de Bogotá humana.
No venga entonces Sr. Gallo con el cuento de que Peñalosa quiere tumbar la Bogotá humanizada que dejó Petro porque precisamente lo que pasó especialmente en estos dos últimos periodos con la izquierda en el poder, fue que Bogotá dejó de ser humana, y no para los ricos, si no para los pobres; vaya a ver quiénes son los que más utilizan el paupérrimo servicio de transporte público en la capital, o quiénes son los que más están expuestos a la inseguridad.
Por último, no le eche el agua sucia a Peñalosa diciendo que él sería el responsable de que Petro sea presidenciable. Sin lugar a dudas, para muchos, el segundo periodo de Santos es visto como una oportunidad para la transición en la forma de gobernar y de priorizar las necesidades de los colombianos, y aunque la presencia de Petro enriquecería el debate en la carrera presidencial, a su salida del Palacio de Liévano dejó claro que en muchos sentidos hace parte de lo que tanto critica.
@solanojorge
