Tradicionalmente, la gente de la Región Caribe colombiana, gente amable, generosa, alegre, bullanguera, dicharachera y extrovertida, ha vivido en paz y en armonía con su bellísimo entorno natural y entre ellos mismos y ha soportado con genuino estoicismo y tradicional resiliencia, tantos los adversos efectos del clima como de los gobiernos centralistas de Colombia, que desde los tiempos de la colonia, vienen sucediéndose ininterrumpidamente, mientras todos los costeños miramos indolentes como transcurre nuestra historia sin vislumbrar siquiera un paliativo que contribuya a la solución a los múltiples y añejos problemas regionales del Caribe colombiano. Basta ya.
Las multinacionales mediante contratos de concesión, firmados por el gobierno centralista, se llevan del país nuestros recursos naturales, algunos de los cuales no son renovables, y a cambio, nos dejan la contaminación ambiental y unos pocos pesos que llamamos regalías; es decir, que nos “regalan” un dinero para que nosotros guardemos silencio y pacíficamente asumamos conductas permisivas, mientras tanto ellas proceden a sus anchas para explotar y saquear tanto al pueblo costeño como a los recursos naturales que constituyen nuestro patrimonio. Basta ya.
Cada año, la inversión social para la región Caribe se reduce proporcionalmente a como aumenta la inversión en el sostenimiento de una anacrónica, legendaria e inútil guerra interna, que a todos debería avergonzarnos; una guerra que no es costeña, que no es nuestra, porque la violencia no nació aquí, nos la han importado a la brava y nosotros los costeños vivimos y sufrimos sus nefastas consecuencias. Basta ya.
El lamentable estado actual de las vías intermunicipales, como por ejemplo en el departamento del Magdalena, permanecen como trochas, esperando por un pavimento que no parece llegar nunca, aun cuando Colombia es un país exportador de petróleo; el problema es patético y endémico en casi todos los departamentos costeños. Basta ya.
La mayoría de las poblaciones de todos los departamentos costeños, en donde no parece trascurrir el tiempo, con calles sin pavimentos, casas en tan mal estado que amenazan ruina, pésimos servicios públicos, gente desesperada por las altas tasas de desempleo, alto índice de delincuencia juvenil, niños malnutridos, escasas instituciones educativas, alta contaminación ambiental por falta de rellenos sanitarios, todo esto nos muestra un triste panorama social agravado, en algunas áreas urbanas y rurales, por la disputa territorial entre organizaciones al margen de la ley que han destrozado emocionalmente a muchísimas familias y han tirado a la basura el desarrollo económico de sus gentes: nuestros hermanos costeños. Basta ya.
¿Por qué razón tenemos que sobrevivir así: sumidos tanto en el olvido como en la pobreza y la ignorancia? Me niego rotundamente a aceptar “que los pueblos tienen el gobierno que se merecen” para mí que esa sentencia está amañada; me inclino mejor a aceptar que “los pueblos tienen derecho a su autodeterminación, a escoger su propio futuro con dignidad, responsabilidad, libertad, soberanía y autonomía” si nosotros los costeños somos gente sana y buena y además, somos inmensamente ricos, porque nuestra tierra es riquísima en recursos:
Tenemos gas natural, carbón, níquel, etc.
Tenemos en la Sierra Nevada de Santa Marta, todos los pisos térmicos, tierra fértil y de bellos paisajes naturales, potencialmente turístico e hidroeléctricos.
Tenemos una inmensa plataforma marina y submarina de incalculable valor pesquero, turístico y minero sin explotar aún.
Tenemos inmensas planicies de sabanas aptas tanto para la ganadería como para la agricultura a escala industrial y para la producción de energía solar.
Pero lo mejor que tenemos en la costa, es su gente, ese es realmente nuestro mayor potencial y nuestro mejor recurso: el humano.
¿Qué estamos esperando entonces para comenzar la explotación a niveles industriales de esos incalculables recursos naturales y potenciales y generar miles de empleos para los costeños?
¿Qué el gobierno central inicie tanto los estudios como los proyectos? No, no, no, el gobierno históricamente no ha venido y jamás vendrá con tales intenciones, tradicionalmente sus intenciones han sido otras; entonces ¿qué opción le queda a la gente de la Costa Caribe Colombiana? La única opción posible es: ESCAPAR DEL GOBIERNO CENTRAL. Pero ¿cómo lo haremos?
Nueve departamentos de Colombia conforman la Región Caribe Colombiana, y exceptuando al Cesar, todos tienen costa sobre el Mar Caribe: Guajira, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba, Antioquia y Chocó que también tiene costa en el Océano Pacífico. San Andrés, Providencia y otros islotes y cayos, conforman la parte insular del país en el Mar Caribe.
Podemos y debemos fundar una NUEVA NACIÓN con los territorios de la parte insular y de los siete primeros departamentos, para que Colombia conserve salida a ambos mares; tendríamos así una nueva nación que bien podríamos llamar República Costa del Sol Caribe, la cual tendría una extensión de 140.059 km2.
DEPARTAMENTOS
SUPERFICIE EN KM2
San Andrés Y Providencia
44
Guajira
28.848
Cesar
22.925
Magdalena
23.188
Atlántico
3.386
Bolívar
25.978
Sucre
10.670
Córdoba
25.020
TOTAL
140.059
El primer paso para fundar la nueva nación, será adelantar una campaña de información y difusión de esta iniciativa a nivel de estos ocho departamentos, encaminada a realizar un REFERÉNDUM, para que todo el pueblo costeño decida si desea o no la independencia de Colombia, al igual que lo intentó, el año pasado (2014), el pueblo de Escocia, al intentar independizarse de Inglaterra; ese es el modelo a seguir, porque esta iniciativa costeña, jamás será una utopía, si votamos todos los costeños habilitados para participar libre e inteligentemente en el debate, tanto en las modernas tribunas (las redes sociales) como en las urnas el día señalado para la votación y la victoria.
Nosotros, también, como gente de paz y civilizada que somos, lo intentaremos al igual que los escoceses, por los medios democráticos permitidos por nuestra constitución política. Nada de violencia, nada de armas, nada de sangre, nada de alterar la paz ni el orden público y los promotores y los promulgadores de la iniciativa de independencia y el pueblo costeño en general, aceptaremos gustosos la decisión que mayoritariamente arroje la votación del pueblo soberano. Eso sí que es democracia.
Usted, mi querid@ amig@ y paisan@, como estudiante, como docente, como empleado, como desempleado, como líder comunitario, como ama de casa, como independiente, como gobernante, como líder político, pero como costeñ@ al fin, conocedor (a) tanto del espíritu costeño como de nuestra idiosincrasia y con evidente sentido de pertenencia por la bella región que nos vio nacer, es un@ de los llamados a promover esta iniciativa, que efectivamente sacará la Región Caribe del atraso económico, de la pobreza y de la ignorancia. Porque todos somos responsables de la calidad de vida de nuestro pueblo y porque todos “somos costeños y más ná” como dice la canción popular.
Amig@ si usted está verdaderamente interesad@ en obtener mayor información al respecto, favor contactarme a través de Facebook o [email protected] o @humbertoartetab; que con todo gusto le informaré sobre el acontecer de esta loable y noble iniciativa, que indudablemente redundará en una mejor calidad de vida para todo el pueblo costeño.
El espíritu de los pueblos costeños, representado por el águila real, irreverente e impertérrito se levanta ahora y extiende sus alas soberanas sobre el Mar Caribe, sobre la Sierra Nevada de Santa Marta y sobre las extensas planicies de su rica y hermosa tierra costeña, que antaño perteneció a sus nativos raizales y a sus verdaderos descendientes debe ahora retornar para siempre, por derecho propio.
Gracias por enriquecer esta iniciativa con tu presencia, lectura, comentario y apoyo económico, apostándole a un futuro brillante tanto para la nueva nación Costa del Sol Caribe como para sus gentes.
Cordial saludo, su amigo Humberto Arteta Burgos.