El 15 de enero del 2023 HBO estrenó la serie The Last of Us. Muchos fans del videojuego estaban a la expectativa de cómo sería esta adaptación ya que ni las películas ni las series de televisión han tenido mucho éxito a la hora de mostrar los universos de los videojuegos. Aunque después de los primeros episodios muchos ya la aclaman como un gran triunfo, tanto la serie y en su momento el videojuego, ha causado debate por la forma como ha mostrado a personajes LGBTIQ+, las cuestionables formas de hacer videojuegos y preguntas filosóficas que plantea el mismo mundo postapocalíptico.
Para quienes no conocen la serie, ésta muestra un mundo devastado lleno de criaturas conocidas como los Infectados. Nos paramos desde el punto de vista de Joel, un hombre que perdió a su única hija durante el primer brote y, veinte años después, se convirtió en un contrabandista rudo y cerrado que solo intenta salir adelante. Cuando se le asigna la tarea de pasar de contrabando a una adolescente, Ellie, a un grupo de milicianos rebeldes conocido como las luciérnagas, Joel comienza a pensar, lento pero seguro, que podría haber algo en su vida por lo que valga la pena luchar una vez más.
Preguntas filosóficas
Desde el comienzo The Last of Us nos bombardea con preguntas importantes ¿Cuál sentido puede tener la vida cuando hemos perdido todo lo importante para nosotros? ¿Si ya nada importa qué tipo de relación puedo tener con los otros seres humanos que me rodean? ¿Si todo está permitido cual es el límite? ¿Qué nos hace mantenernos en comunidad? ¿Cuáles vidas son más valiosas, las personas que son cercanas a mi o la de los otros? ¿Sobrevivir lo justifica todo? Incluso los mismos personajes deben enfrentarse a una pregunta difícil de resolver ¿son los zombis solo seres descerebrados? o como dice Ellie “Esas cosas de ahí fuera. ¿Qué pasa si la gente todavía está adentro? ¿Qué pasa si están atrapados allí sin ningún control de su cuerpo?
Los personajes deben tomar decisiones morales que impactan no solo en sus propias vidas sino también las de otros. Algunos grupos, como los caníbales, justifican su práctica por la necesidad de sobrevivir, mientras que otras pequeñas comunidades consideran correcto robar a individuos para obtener sus recursos. En un momento clave de la trama, tanto Ellie como Joel se enfrentan a una difícil decisión moral: sacrificar su propia felicidad y supervivencia en beneficio de la humanidad, o conservar lo que más valoran en sus vidas, arriesgando el destino de la especie humana en el proceso.
Criticas al desarrollo del videojuego
Como videojuego The Last of Us no ha estado exento de controversias. Por un lado, es conocida la explotación laboral que compañías como Naughty Dog somete a sus trabajadores. Incluso en una industria en la que las horas extra son omnipresentes, donde es casi imposible encontrar un juego que no sea el resultado de semanas o meses de crisis, Naughty Dog se destaca.
Sus juegos, incluida la serie de aventuras Uncharted y el innovador The Last of Us de 2013, están ampliamente considerados entre los mejores, con una fidelidad gráfica ultrarrealista y el tipo de detalles meticulosos que no verías en otros juegos. Disparar a un saco de grano en Uncharted 4 haría que el saco se desinflara mientras la cebada salía de él. Enfocar una linterna en la cara de Ellie en The Last of Us la llevó a parpadear y alejarse. Esos detalles existen porque Naughty Dog ha construido una cultura de perfeccionismo, donde los juegos tienen que ser geniales, sin importar el costo humano.
En un reportaje realizado por Jason Schreier algunos desarrolladores afirmaban:
Incluso un animador que trabajó en The Last of Us explicaba en un tweet que “para el demo que se mostró en septiembre pasado, los animadores del juego trabajaron más de lo que jamás había visto y requirieron semanas de recuperación después. Un buen amigo mío fue hospitalizado en ese momento debido al exceso de trabajo. Todavía tenía más de medio año por delante. Ha habido otros desde entonces”:
For the demo shown last September, the gameplay animators crunched more than I've ever seen and required weeks of recovery afterwards. One good friend of mine was hospitalised at that time due to overwork. He still had over half a year to go. There have been others since.
— Jonathan Cooper (@GameAnim) March 12, 2020
Controversias LGBTIQ+
Por otro lado, incluso la revista Forbes se ha preguntado si la serie de juegos promueve una agenda “woke” es decir en forzar ideas LGBTIQ+. Si bien The Last of Part II tiene una puntuación de 95 en Metacritic por parte de los críticos, en las redes muchos fans han hecho explicito su disgusto por esta supuesta agenda “woke”, hasta el punto de calificar 3,4 sobre 10 con 24.400 reseñas negativas. Muchos se cuestionan cómo en un universo postapocalíptico puede ser que Ellie tenga interés por otras chicas o que existan personajes trans, sin embargo, la pregunta que debería hacerse es ¿Por qué no? Pareciera que el verdadero disgusto consiste en que el videojuego hace representaciones realistas y positivas del espectro LGBTIQ+, personas de color, personas en varios puntos del espectro de la salud mental y personas cuyas discapacidades les impiden acceder y disfrutar plenamente de la mayoría de los juegos.
Cuando se reveló el personaje del juego Abby, su apariencia, junto con algunas filtraciones que revelaron la existencia de un personaje trans dentro del juego, sacó a la gente transfóbica de las sombras. Abby no es el típico personaje femenino de videojuegos. Es musculosa y puede valerse por su fuerza, su infancia no la retrata como clásicamente "femenina" e incluso su escena de sexo no se presenta para el disfrute masculino. Luego se revela que un personaje completamente diferente, Lev, es en realidad el personaje trans. The Last of Us: Part II hace todo lo posible para incluir la historia de un hombre trans como parte de la narrativa, incorporando estigmas culturales y comunitarios específicos en ese sentido, pero Abby se llevó la peor parte de la transfobia de los jugadores simplemente porque no cumplía el estereotipo de mujer que resalta su sensualidad y femineidad en los videojuegos.
Luego, las criticas llegaron a la serie por el mismo tema cuando en el capítulo 3 se mostró la relación entre dos personas del mismo sexo masculino y luego en el capítulo 7 “lo que dejamos atrás” se dedicó enteramente a narrar el primer beso de Ellie con otra chica que conoció en su sector. En una entrevista realizada por GQ UK Bella Ramsay comentaba “tendrán que acostumbrarse. Si no quieres ver el programa porque tiene historias gay, porque tiene un personaje trans, eso depende de ti y te lo estás perdiendo”. No obstante, solo basta mirar los comentarios realizados en plataformas como Metacritic para encontrarse cosas como: “Basta de agenda LGTB", "¿Por qué LGTB? ¿Por qué no enseñar a una pareja heterosexual?", "Basta ya de propaganda y cultura woke idiota", "Otra mierda woke para volver a la gente blanda", "Incómodo de ver" o "Capítulo asqueroso de inclusión forzada".
Nos queda esperar si HBO seguirá siendo fiel a los personajes del videojuego, o si para evitar tensiones por parte del público omitirá personajes racializados, LGBTIQ+ y con diversidad cognitiva.