Más de 70 mujeres que venían trabajando un proceso de reportería femenina en el departamento de Putumayo se congregaron el pasado 2, 3 y 4 de febrero para reafirmar que la paz también se hace desde la comunicación.
En este proceso que duro más de seis meses de capacitaciones y de retos por disminuir las brechas tecnológicas, educativas y de comunicación que sobrellevan las mujeres del campo, se logró consolidar un grupo de reporteras en siete municipios del departamento de Putumayo, las cuales recibieron piezas de visibilización como chalecos, gorras, agendas y un morral, así como varias grabadoras periodísticas y una cámara de fotografía que facilitará contar desde el ojo femenino y desde la ruralidad las situaciones a las que se enfrentan en el departamento.
Este proyecto de mujeres rurales, comunicación para la paz, nació de Rosa Ceballos, Amanda Lucia Camilo, Maria Oneida y Dilia Canamejoy que hacen parte de la Asociación del Mujeres del Municipio de Puerto Caicedo (Asociación ASMUND) y de la Ruta Pacifica, quienes lograron hacer realidad esta apuesta con el apoyo de Colombia Transforma y la Red de Radios Comunitarias Cantoyaco, quienes facilitaron la formación de las mujeres participantes.
“Las mujeres han tenido que enfrentar situaciones difíciles para aportar a la paz y a la defensa del territorio y uno de nuestros deberes como medios comunitarios es estar al tanto de las estrategias que las mujeres rurales vienen proponiendo. Por eso haber sido parte de este proceso nos ha permitido un aprendizaje conjunto con las mujeres rurales, la apertura de espacios en los medios para temas de género, así como la creación de colectivos de producción para continuar con la reportaría rural”, comenta Liverman Rengifo de Cantoyaco.
“Hay una apuesta de mujeres rurales acompañadas de mujeres urbanas como ASMUND y la Ruta Pacifica que queremos construir paz en este territorio y que lo podemos hacer desde la comunicación comunitaria y ellas puedan convertirse en el canal del departamento: informar y comunicar. Estamos dispuestas a seguir aportando a la paz desde la comunicación”, expresa Amanda Camilo lideresa de la Ruta Pacifica y Asmun.
El proyecto permitió a muchas mujeres acercarse por vez primera a un computador, usar una grabadora u hablar por micrófono. Así lo cuenta Amalfi Caicedo de 57 años y quien toda su vida la ha dedicado al campo a lidiar la supervivencia de sus cinco hijos en medio de matas de coca, yuca, plátano y petróleo. “Hoy toqué por primera vez un computador y escribí mis primeras palabras. Yo casi no sé leer, pero para hacer radio, yo interpreto y hablo. Espero esto siga adelante”.
Un proceso que cree en la posibilidad de que la comunicación sea una herramienta para mejorar la vida de las mujeres del campo con la visibilización de situaciones y la exigibilidad de sus derechos como actoras de este proceso en el cual la construcción de la paz del departamento del Putumayo se hace con la mujeres.
Así mismo la lideresa Amanda Camilo expresó su agradecimientos a las participantes del Municipio de San Miguel, específicamente del corregimiento de Puerto Colón y a la Institución Educativa de San Carlos, así como a las Mujeres del Valle del Guamuéz pertenecientes al Placer, el Tigre, la Hormiga; La inspección de Tesalia con sus veredas Simón Bolivar, El triunfo y Burdines-en orito; a las mujeres de Puerto Asís, corredor Puerto Vega Teteye; Mujeres de Puerto Leguizamo, inspección de Puerto Ospina; el municipio de Caicedo del casco Urbano, de la inspección de San Pedro, Arizona, villaflor y estudiantes del Colegio José Antonio Galan; así como a las mujeres de Puerto Guzmán, sectores del casco urbano, como inspección de santa lucia, el Jauno y Bututo por ser parte de la Red de Reporteras femeninas del departamento. Así como a las mujeres de estos municipios que como alianza departamental de mujeres de vida del Putumayo participaron.
Próximamente estarán circulando en las radios comunitarias 26 programas radiales que nacieron de este proceso y que cuentan además de las difíciles condiciones de la mujer putumayense, sus sueños, alegrías y sentires. Entre las historias se podrán conocer casos de violencia de género, la perdida cultural de las mujeres indígenas y afro a raíz de la violencia armada y simbólica, las llamadas “mulas”, el reclutamiento y las luchas femeninas con las petroleras, entre otras.