Retírese Magistrado Jorge Pretelt Chaljub, no legitime una práctica tan desaprobada por la sociedad y que raya en la buena fe de aquellos, quienes creemos en lo poco que nos queda como justo en la Rama Judicial. Porque si usted se queda ¿En quién más podemos confiar? ¿En usted? Si no es una Corte Constitucional digna y conformada por un capital humano del más alto nivel ¿Dónde van a para los Derechos?
Su insistencia al no abandonar esa alta dignidad del Estado deja mucho que decir. Sólo está el asomo de que quiere primar el derecho particular sobre el derecho general de toda una sociedad. Mejor abdique y continúe sus negocios ‘inter partes’ en otro lado; pero eso sí, bien alejado de esa honrosa magistratura. O usted es un funcionario público y atiende a la sociedad y sus necesidades, o se ocupa de sus coimas en su casa, ya que no esconde su deseo y ambición de hacerle favores a sus amigos, esos de las empresas para las que ha trabajado o donde ha tenido familiares y amigos.
Usted podrá tener todos los ánimos de quedarse, pero le aseguro que ya no tiene la autoridad moral para decidir si se queda o se va. Sólo basta la sanción social que ha sido más que evidente y que ha rechazado tajantemente sus actuaciones aparentemente dolosas.
¡Qué fiasco! Más de uno no ocultamos el anhelo de soñar y llegar algún día a esa alta corte como para que un magistrado de su desfachatez borre con los pies la labor que otros han hecho de manera impoluta con las manos.
No manche el prestigio de quienes dejaron un punto alto cuando pasaron por ese tribunal. A usted le ha quedado grande ostentar el título de magistrado; le ha quedado gigante ser un ciudadano respetable para esa corte porque no es meritorio de serlo. Sí, a usted, a quien la ética profesional le ha servido de adorno para mascarla y luego arrojarla a escupitajos.
¿Ética? Sí la ética. Tal vez usted y otros cuantos abogados como Abelardo de la Espriella, quien dijo que el Derecho y la Ética no tenían relación, no estén familiarizados con esa corta palabra, porque al parecer dentro de su vocabulario siempre ha permanecido empolvada.
Señor abogado, carece de cualidades que no le son inherentes a su naturaleza, entre otras cosas la de ser jurista. No se limpie la porquería de sus bolsillos, sus palabras y sus amigotes con el honor de la institución de justicia más respetada del país. Ni siquiera lo intente. Necesitamos funcionarios públicos competentes y rígidos en su ética.
No sé si su señoría está anclado al puesto, contra viento y marea, por más compromisos del tipo Fidupetrol, o sus parecidos. No lo sé, pero su insistencia recae en algunas coincidencias. No sea tan obvio, por ejemplo: el caso Altos del Campo versus la constructora de Alejandro Char Chaljub en Barranquilla [1] [2]; o el caso de los raizales de la isla Tierra Bomba (sur de Cartagena) versus los García Romero [3]. Estas, no pueden ser meras casualidades.
Los colombianos le exigimos que renuncie. No lleve más lejos esa práctica de quienes lo pusieron allá. Su puesto tiene nombre y se llama uribismo. Ya no aceptamos más, que en este país se pasen por la faja la justicia y que se burlen de manera rampante de las instituciones. Si es posible renuncie usted y los otros magistrados quienes alcahuetean el 'modus operandi' que carcome nuestro sistema, a eso que le llaman corrupción.
¡Está a tiempo! Que se depure esa gran corte, porque no queremos simplemente una corte de oro; no sólo anhelamos que los fallos tengan un brillo decente. Imploramos una corte de diamante donde esté al servicio de la sociedad y no de unos pocos; que sea rígida e inquebrantable, pulcra, de avanzada y, sobre todo, insobornable.
APUNTE:
¿A caso, el señor magistrado tendrá miedo de renunciar, perder su fuero, que su proceso salga de la Comisión de Acusaciones de la Cámara (mal llamada Comisión de Absoluciones), no ser absuelto y ser juzgado como a todos los cristianos en este país?
Twitter: @Alonrop
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[1]. http://www.las2orillas.co/las-urbanizaciones-pueden-aplastar-alejandro-char/
[2]. http://www.eltiempo.com/colombia/barranquilla/afectados-de-urbanizacion-altos-del-campo-en-barranquilla/14471230
[3]. http://www.elespectador.com/opinion/caso-pretelt-muchas-coincidencias-columna-547360