Cuando se cumplen 53 días de guerra en Ucrania el ejército ruso está más cerca que nunca de apoderarse de la estratégica ciudad de Mariúpol. Moscú intimó a los soldados ucranios que aún resisten en la ciudad sitiada a ‘rendirse o morir’. Kiev advierte que en caso que sus soldados sean ‘eliminados’ suspenderá las conversaciones de paz definitivamente, y previene que 'a falta de acuerdo con los rusos' ningún corredor humanitario funcionará el domingo.
Todo indica que las horas están contadas para los soldados ucranios que mantienen los últimos focos de resistencia en la estratégica ciudad de Mariúpol. El presidente ucranio Volodimir Zelensky habló la noche del sábado al domingo para advertir que ‘la situación en Mariúpol es tan grave como puede serlo. Simplemente inhumana’.
Poco antes el ministerio ruso de Defensa emitió un comunicado exhortando a los soldados ucranios a abandonar las armas, antes de las 06:00 de este domingo, tiempo de Moscú. ‘Todos aquellos que hayan abandonado las armas tendrán la garantía de salvar la vida’, precisa el texto citado por la AFP.
Previendo un desenlace fatal, Zelensky advirtió que la ‘eliminación’ de los soldados atrincherados en lo que queda de la ciudad, ‘pondría fin a cualquier negociación de paz’. Al mismo tiempo, como lo ha hecho desde hace 53 días, el presidente ucranio pidió a los países occidentales suministrarle ‘todas las armas necesarias’ para romper el prolongado asedio de la ciudad portuaria localizada en la entrada del mar de Azov.
Las autoridades ucranias advirtieron que no fue posible alcanzar un acuerdo con los rusos para permitir que la población civil pueda salir de las zonas de combate. Ante ello, ‘ningún corredor humanitario funcionará el domingo’, precisó la viceprimera ministra Irina Vereshchuk.
El Programa Alimentario Mundial que depende de la ONU estima en unos 100 000 civiles, sobre una población de alrededor de 450 000 habitantes antes del inicio de la guerra, estarían al borde de la hambruna.
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