A comienzos de esta semana se desató una tormenta política por la renuncia de la Misión Carismática Internacional en cabeza de la Dra. Claudia Rodríguez de Castellanos al Centro Democrático, este hecho generó dentro del mundo político, medios de comunicación y actores políticos, diferentes especulaciones, algunas de ellas sin sentido del por qué de esta decisión.
Pero con lo que nadie contaba, era que hoy 23 de noviembre se realizara ante el Consejo Nacional Electoral la solicitud de otorgar nuevamente la personería jurídica del Partido Nacional Cristiano, para fungir como protagonista en la próxima contienda política del 2018.
El Partido Nacional Cristiano nació a finales de la década de los 90 abriendo la puerta para la participación de los cristianos en política. Mientras duró hasta su posterior desaparición por cuenta del acto legislativo 1 del 2003 este partido logró obtener representación en el Congreso de La República, en el Concejo de Bogotá, en la Constituyente de 1991, de la cual fueron protagonistas garantizando la libertad de conciencia y de cultos y manteniendo en el preámbulo de la Constitución la palabra Dios.
Despues del 2003, la Dra. Rodríguez y su movimiento han tenido participación en los partidos de la escena política nacional, siendo reconocidos por obtener en las últimas elecciones nacionales y regionales, congresistas, diputados, concejales y ediles en diferentes regiones de Colombia.
Su trabajo por la comunidad se ha visto reflejado en la ley mujer cabeza de familia, la ley del teletrabajo, la protección de la niñez y la familia, la creación del primer Instituto de Protección y Bienestar Animal de Latinoamérica, y sumado a esto son el único movimiento que ha brindado un rol protagónico a la mujer en la política, solo hay que ver el porcentaje de las mujeres que han ostentado diferentes cargos de representación política durante su historia (alrededor del 70% han sido mujeres).
Esta nueva movida abre la posibilidad para que los cristianos en Colombia, quienes demostraron su poder político en el plebiscito y también para aquellos que comparten sus ideales, tengan un espacio propio que tiene historia y que definitivamente hará historia.