El cierre de las discotecas en la ciudad de Tuluá (Valle del Cauca) se ha convertido en un verdadero problema, ya que las personas no cuentan con un sitio para continuar la rumba y han optado por rematar en la carrera 40 con salida sur, justo en la Universidad Central del Valle del Cauca (UCEVA).
En la salida sur de Tuluá, en la carrera 40, se ha venido presentando una problemática que se repite todos los fines de semana. Esta genera caos y desorden en la vía, las cuales afectan a la comunidad, pero aún más a los conductores que necesitan atravesar la ciudad a altas horas de la noche, como las personas que manejan mulas, camiones o vehículos particulares.
Los fines de semana a las 3:00 a.m., que es cuando cierran las discotecas que están ubicadas alrededor de la carrera 40, las personas con ganas de seguir la rumba se van para las afueras de Tuluá y se ubican en la entrada de la Unidad Central del Valle del Cauca (UCEVA) para realizar los famosos “remates y piques”.
El remate consiste en seguir la rumba en un sitio específico, poner la música a todo volumen y seguir consumiendo alcohol o drogas. Cuando todos están en extrema euforia es cuando se da paso a los llamados “piques”. Son más de 100 motocicletas corriendo a toda velocidad por la glorieta, obstaculizando así la vía a los conductores que necesitan transitar por ella, colocando en riesgo la vida de quienes lo practican y de los que no tienen nada que ver con estos remates.
“Nosotros en realidad no tenemos operativo para esos remates fuera de la UCEVA y sectores aledaños, ese tema lo tiene la policía”. Estas fueron las palabras de Brayan Mejía, agente de tránsito en Tuluá, cuando le preguntamos sobre el tema. Esto nos hace pensar que la responsabilidad recae en la Policía Nacional.
De los 260.610 habitantes de la ciudad de Tuluá, 2.390 personas salen durante el fin de semana a divertirse. Sin embargo, solo 980 de los asistentes a discotecas asisten al llamado remate. Dicha situación es muy preocupante, pues este evento es organizado sin autorización alguna.
De acuerdo con las estadísticas que maneja el Departamento de Movilidad y Seguridad Vial de Tuluá, en el transcurso del año 2017 se han presentado 30 accidentes los cuales han dejado 8 muertos en el lugar y se teme que el índice siga creciendo por falta de control en la UCEVA. Un caso que llamó la atención para los ciudadanos fue el de Michael Jaramillo Domíngez, un joven de 25 años que murió a causa de los piques que se realizan en la carrera 40.
El rector de la UCEVA se negó a la entrevista, mostrando poco interés en lo que sucede en las horas de la noches en la Unidad Central Del