Querámoslo o no, todos vamos en el mismo barco. La diversidad que por increíble casualidad floreció en este planeta es algo para maravillarse. En el caso de los humanos, la capacidad de pensar en el futuro y diseñar planes para afrontarlo, nos ha hecho pensar que somos especiales, que podemos apañárnoslas sin ayuda de lo que nos rodea. Hemos creado dioses celosos, rabiosos y vengativos, para nuestra desventaja. Curiosamente tienen sentimientos fundamentalmente humanos. ¡Ah! Es que somos hechos a su imagen y semejanza. ¿O será al revés?
Siempre he sido crítico de los dogmas religiosos y siento mucha curiosidad acerca de su surgimiento y sobre todo acerca su capacidad de mantenerse por generaciones. Muchos de los peores crímenes en la historia de la humanidad se han perpetrado en nombre de algún dios (incluyendo al de la mayúscula). Odio hacia las mujeres, los homosexuales, los indígenas, los negros, los judíos, los musulmanes, los científicos, el perro y el gato. Las religiones organizadas, por lo menos en Occidente, han visto su poder reducirse dramáticamente, para bien de, nuevamente, las mujeres, los negros, los indígenas, los científicos, los homosexuales...
Las iglesias siempre han considerado a la ciencia como su “enemiga”. Y lo es. Pero en pleno siglo XXI, negar evidencias y estudios a punta de mitos y leyendas, es dar pataditas de ahogado. Entiendo que algunos ambientalistas sean considerados extremistas, sobre todo bajo la mirada del sistema económico extractivo que nos mueve, para el cual el capital natural es remplazable por el capital creado por humanos. Extremistas son extremistas, aunque sea por un motivo tan noble como la paz. Lo mismo se puede decir de los corderos descarriados de las Iglesias, pero esto sí es la tapa. Los dejo con algunas bellezas que me encontré. Cabe resaltar quiénes son los que dicen lo que están diciendo, o más bien, cuál es su trabajo: representar los mejores intereses de un pueblo “avanzado”, “democrático” y sobre todo, laico.
En esta entrevista, el senador James Inhofe utiliza aquel famoso texto basado en cuentos y leyendas de una primitiva tribu del desierto. En resumen, este padre de su patria dice que “[l]a arrogancia de la gente que piensa que nosotros, los seres humanos somos capaces de cambiar lo que él [el dios de la mayúscula] está haciendo con el clima es para mí algo escandaloso”, y que como lo dice Génesis 8:22, “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán”.¡Hm!
En este video, John Shimkus utiliza también a Mateo, quien aparentemente dijo que la Tierra solo desaparecerá cuando dios (el de la mayúscula, supongo) declare que es el fin. Peor aún, utiliza de forma inadecuada datos científicos para soportar su argumento (¿durmiendo con el enemigo?). Termina con esta joya: “hay un debate teológico acerca de que este es un planeta hambriento de carbono”.
Sigamos. Joe Bartondijo en abril de 2013 que hay una “divergencia en la evidencia” y que el “gran diluvio” es un buen ejemplo de cambio climático que evidentemente no fue causado por el abuso de la energía fósil.
Para terminar, volviendo a lo de pensar que somos especiales (como tan vehementemente nos lo recuerdan las Iglesias organizadas del mundo y algunos personajes del mundo político, financiero e industrial, entre otros exitosos líderes empresariales de nuestra sociedad), Rick Santorum, inmortalizó esta joya (Internet nunca olvida): “fuimos puestos en esta Tierra como criaturas de dios [el de la mayúscula, supongo] para ejercer dominio sobre ella, para usarla y administrarla sabiamente para nuestro beneficio, no para el beneficio de la Tierra”.
Hoy me ensañé con las religiones antiguas (muchos detectarán cierto sesgo hacia una en particular), pero otras religiones modernas (p.ej. la que habla de una “mano invisible”) no se salvan de la crítica. Este panel independiente de científicos(incluyendo por supuesto a varios economistas) concluyó que “los beneficios del calentamiento global exceden enormemente cualquier estimación plausible de sus costos”. Este artículo, por ejemplo, insinúa que el cambio climático es bueno porque ahora los niños en Groenlandia pueden mecerse en columpios situados en exteriores. Este otro caricaturiza el problema con un oso polar surfeando, y en este se cita a alguien que dice que “la idea de que el cambio climático representa una amenaza para la existencia de los seres humanos es para reírse”. En este documental (¡hm! Me pregunto quién lo hizo), se habla de una África más verde y de un planeta más productivo (ciertamente no fueron los africanos). ¿Será que el abuso de fertilizantes, pesticidas, de la modificación genética y de la capacidad de bombear agua de un lugar a otrotendrá algo que ver?
Está bien refutar los resultados de estudios científicos; es esto precisamente lo que enriquece alaciencia. ¿Pero basados en historias? Hasta Bobby Henderson, en su Evangelio del monstruo de espagueti volador, presenta un argumento que encuentro más elocuente y lógico (y por ahí derecho gracioso),conectando al cambio climático con los piratas. Tal vez estos políticos necesitan vivir en carne propia las consecuencias del clima, en muchos casos atribuibles al cambio climático. Y ya alguien propuso una solución (activar subtítulos en castellano):
https://www.youtube.com/watch?v=efAUCG9oTb8