En 2010, en Buenaventura, nace la Red Mariposas de Alas Nuevas, conformada por diversas organizaciones de mujeres afrodescendientes con una sólida trayectoria de trabajo comunitario. Estas organizaciones se unen para combatir todas las formas de violencia y opresión que afectan la vida de las mujeres afrodescendientes, indígenas y rurales en este importante puerto del Pacífico colombiano.
Gracias a su trabajo comunitario, las lideresas de la Red comenzaron a identificar numerosos casos de violencia contra las mujeres en Buenaventura, que provenían de diversas fuentes, como parejas sentimentales y grupos al margen de la ley. Sumado a esto, muchas víctimas sufrían en silencio, algunas de ellas desplazadas por la violencia o en condiciones de marginalización.
En relación con lo anterior, es importante señalar que, según la Unidad para las Víctimas (2023), más de 1.2 millones de personas afrodescendientes en Colombia han sido incluidas en el Registro Único de Víctimas (RUV) debido al desplazamiento forzado. Particularmente, en Buenaventura se registran 326.190 víctimas de este fenómeno, esto lo convierte en el municipio con la tasa más alta de desplazamiento forzado en el país.
Es importante destacar que 8.385 mujeres afrodescendientes han sido víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual en el contexto del conflicto armado, lo que representa el 21,6% del total de víctimas de estos hechos en Colombia, según datos de la Unidad para las Víctimas (2023).
Por otro lado, la historia detrás del nombre de la organización refleja el espíritu de este grupo de lideresas, quienes se dedican a transformar las vidas de otras mujeres y a llevar esperanza en medio de la adversidad. Así lo relata Fabiola Rodríguez Salazar, representante legal de la Red:
Llegamos a una casa en donde una niña nos comentó que habían asesinado a su papá, y entonces le preguntamos a ella que cómo se sentía. Ella dijo que se sentía como una mariposa con las alas rotas. Entonces, nosotras, a raíz de eso, empezamos a darle forma al nombre, como Mariposas Alas Rotas. Después, ya nos transformamos en Mariposas de Alas Renovadas. Y dijimos: ‘Bueno, con eso de alas rotas no podemos volar, y con lo de renovadas tampoco; va a ser lo mismo’. Entonces, le pusimos el nombre de Red Mariposa de Alas Nuevas, construyendo futuro.
Las integrantes de la Red deciden, a pesar de enfrentarse a un contexto de riesgo para ellas mismas, brindar apoyo emocional, psicológico y formativo, además de contribuir a la reconstrucción de los proyectos de vida de mujeres víctimas de diversas violencias.
Cuando una mujer enfrenta heridas emocionales, psicológicas o espirituales, su camino puede volverse más difícil. Situaciones como la violencia intrafamiliar, el abuso, la falta de oportunidades económicas o vivir en un entorno marcado por la violencia afectan profundamente su bienestar. Es fundamental reconocer estas realidades y brindar apoyo para que pueda sanar y recuperar su fortaleza. Leida María Moreno (integrante de Mariposas).
A lo anterior se suma el deficiente acceso a los servicios de salud mental, como lo expresa Moreno:
Existen psicólogos, pero no llegan a donde necesitamos que lleguen para acompañar a las mujeres. Nos referimos a las mujeres rurales, afrodescendientes e indígenas, que no reciben atención en salud mental debido a la falta de voluntad tanto a nivel local como nacional. Por eso, nosotras comenzamos a hablar de sicoespiritualidad y de los saberes ancestrales, utilizando el comadreo como herramienta. Leida María Moreno
El comadreo es una estrategia sicosocial utilizada ancestralmente por las comunidades afrodescendientes del Pacífico colombiano. Su objetivo es crear espacios de diálogo basados en la confianza y la sororidad, donde las mujeres puedan expresar de manera segura y libre las problemáticas que las afectan, como la violencia de género.
De esta manera, a través de rituales, ceremonias, acciones simbólicas y narraciones, las mujeres pueden compartir sus recuerdos más dolorosos, a veces por primera vez, sin temor al estigma o la discriminación. Esto constituye un paso fundamental hacia la autosanación, tal como lo mencionan las lideresas de la Red.
Esta práctica ancestral se da en un contexto en el que las mujeres víctimas habitan en barrios marginalizados de la ciudad, en donde conviven con sus agresores y temen hablar o denunciar las violencias basadas en género que padecen.
Las mujeres llegan con desconfianza, con miedo, con temor, con toda esa zozobra. Pero a través del comadreo, nosotras comenzamos a brindarle confianza. Y ella empieza, ahora sí, a narrar lo que ha pasado. A veces, nos toca también compartir nuestra historia para poder ganar esa confianza.
Este colectivo de mujeres recorre los barrios de Buenaventura tejiendo una red de apoyo psicosocial, donde el rescate de saberes y prácticas ancestrales juegan un papel fundamental. Por ejemplo, crean unos eventos denominados Las Lunadas. Estos son encuentros comunitarios que fortalecen la solidaridad entre vecinas, por medio de chistes, poesía, comida, canto, baile y la bebida tradicional de viche. Su objetivo es unir miedos para resistir, renovar esperanzas, recobrar energías y preservar las esquinas comunitarias.
Este trasegar de las lideresas de Mariposas no ha sido fácil, tanto por las historias de vida que se encuentran como por las barreras que enfrentan para llevar a cabo esta loable labor. Con respecto a lo anterior, Leyda comenta:
Nos ha tocado crear estrategias para enfrentar la violencia, porque nos toca a entrar a barrios que están demasiado peligrosos. Algunas instituciones nos dicen: ¿ustedes cómo hacen?, pero siento que son las ganas de seguir ayudando a nuestras amigas, hermanas y compañeras, lo que nos permiten entrar a esos territorios y seguir haciendo incidencia.
Las mariposas de Buenaventura no solo brindan apoyo psicosocial a las mujeres víctimas de distintas violencias; transversal a este proceso, también cuentan con una Escuela Itinerante Antirracista, Pacífica y Política, cuya misión es reconstruir las vidas de las mujeres mediante la enseñanza de sus derechos, prácticas de autocuidado, estrategias de resistencia y re-existencia, empoderamiento personal y político, y feminismo negro e indígena.
Adicionalmente, la Red también hace incidencia ante las autoridades locales para que brinden soluciones a estas crisis humanitarias que viven las mujeres en Buenaventura y sus zonas rurales.
Nosotras analizamos que a las mujeres indígenas siempre se les rechazaba, porque se les decía: “Ah, es que ustedes tienen un gobierno propio”. Entonces, nosotras también creamos una estrategia para defender a estas mujeres y que ellas conozcan cuáles son sus derechos y cómo hacer las reclamaciones ante las autoridades.
Estas lideresas gozan de un gran reconocimiento en Buenaventura por su trayectoria y por contribuir al bienestar de las mujeres silenciadas e invisibilizadas. Ellas reconocen que el camino es largo y que los desafíos son muchos; sin embargo, entregan su vida al servicio de esta causa.
La misión de la Red está en cada rincón en donde hay una mujer negra, porque siento que lo que hacemos desde el corazón y de manera transparente. Entonces, debemos estar en cada rincón donde haya una mujer negra, una mujer indígena, alguien de la población que quiera ser escuchada y abrazada. Leida María Moreno
A futuro, la Red quiere extender su accionar a todo el Pacífico colombiano y trabajar por una política pública enfocada en la sicoespiritual que incorpore prácticas y saberes ancestrales para la recuperación de la salud mental en las mujeres racializadas.
A propósito, Leida María Moreno también expresa:
"Nosotras, las mujeres, seguimos siendo estigmatizadas y señaladas. Seguimos siendo pordebajiadas; siempre que estamos en algunos espacios, nos toca hablar más duro, nos toca lucharla, y seguimos en un contexto donde la mujer es la más afectada, porque pierde hijos, porque pierde territorio... Entonces, creo que una de las problemáticas más grandes es el no reconocimiento hacia la mujer, pero también el no reconocimiento de la mujer negra bonaverense, porque nos meten a todas en el mismo canasto y lo que hacen es acción con daño.
Por último, es fundamental destacar que esta organización forma parte del ecosistema de trabajo colaborativo liderado por Pacífico Task Force, que articula acciones para fortalecer la justicia étnico-racial en las comunidades afrodescendientes del Pacífico colombiano.
Este artículo fue elaborado por Pacífico Task Force a partir de testimonios obtenidos mediante entrevistas semiestructuradas a integrantes de la Red.