Muchos años después, frente al mismo pero diferente pelotón de fusilamiento, se encontraba Temístocles Machado Otrodia (1). Entre disparo y disparo recordaba su vida, en el momento exacto en el que todo oscurecía. Macondo pasaba entonces por tiempos excepcionales, vientos de cambio aireaban los edificios alzados majestuosos, al lado de las casas aún de madera y paja. Las mariposas amarillas volaban después de tantos años por las calles ya pavimentadas, para ver como la nueva guerra llegaba a su fin.
Temístocles creció en Macondo, jugaba en el río de aguas diáfanas junto a esas piedras que parecían huevos prehistóricos, fue madurando con las historias de don Aureliano sobre la Antigua Guerra que terminó con el Tratado de Neerlandia, pero la Nueva Guerra, entre los muchachos del monte y los muchachos del gobierno, marcó su vida y por muchos años, el destino de este pueblito tropical, que ya no era de veinte casas al pie del río, había crecido y se había extendido, y aunque parezca irreal, por un momento pudo alcanzar la paz.
Temístocles veía un rayo de luz para Macondo después de cinco décadas de nueva guerra, donde el asesinato de líderes del pueblo era sistemático o así lo veían todos pero nadie decía nada, porque en este pueblo al parecer nunca pasaba nada. Después de llegar a un punto donde las cosas no podían empeorar, los señores de la guerra comenzaron a dialogar, pero no todos querían la paz, había quienes temían contar la verdad. Se aprovecharon de la peste del olvido para llamar las cosas no por su nombre sino por su elección, y en los nuevos aparatos de comunicación, nombraron al bien como mal y la paz perdió.
Aún con esta realidad, en Macondo se firmó la paz, algunos rebeldes llegaron a la ciudad, aunque las comunidades seguían viviendo en precariedad, sin embargo, a estos rebeldes los comenzaron a matar, al igual que los líderes que bajo tierra están, pese a la mezquindad el pueblo busca acabar, con ciento un años de soledad que a Macondo desangrarán, en las urnas fueron a manifestar, su voluntad de acabar con los corruptos que en el poder están, aún con esto, los de siempre lograron ganar con números y rayas que luego un tal fiscal explicará.
Como en una fábula fantástica, contra todo pronóstico el pueblo a segunda vuelta logró llegar, pero el resultado de antemano se sabe ya. Macondo condenado está. Y mientras todos sigan divididos e indiferentes en su lugar, el miedo reinará y seguramente como Temístocles muchos acabarán, sin poder ver el futuro que a Macondo esperará, víctimas de la misma violencia que en el pasado a García Márquez logró desterrar…
(1) Personaje en honor a Temístocles Machado el mártir de Buenaventura. Líder social asesinado el 27 de enero del 2018 en Buenaventura.