Asiduamente las personas me preguntan sobre mi estado civil, es normal en entrevistas de trabajo y trámites legales, pero empieza a ser abrumador cuando la cosa toca fondo y es tema en reuniones familiares, motivo de chiste y de frases como: "Te toca salir más Ale", o la mejor: "Yo te presento a un amigo, pero sal...". Por otra parte están esos amigos que valoran la soledad, la comparten conmigo o simplemente hacen halagos como "Vas a encontrar alguien que te soporte las locuras". Y es que precisamente allí radica el lío. Hay una serie de reglas que han hecho que yo siga soltera y con muy poco interés de tener una relación con un hombre, son reglas estimadas por mí misma con válidos argumentos que defenderé a capa y espada, pues tampoco pretendo tener un estándar bajo a la hora de encarretarme con alguien:
1. Nada nos fascina, sorprende o maravilla como a otras mujeres: Las mujeres por lo general estamos acostumbradas a una serie de halagos, pero lastimosamente a una mujer como yo y como muchas que conozco, ya nada nos sorprende y por eso frente a cualquier detalle o gesto de romantiquería no tenemos otra palabra además de GRACIAS. ¿Por qué nada nos deslumbra? porque tenemos expectativas altas. Tampoco es necesario esforzarse por pensar el plan perfecto para una mujer ya que podemos ir y venir a donde sea que quiera sin estar esperando las típicas palabras "Te llevo a donde tú quieras". Un hombre romántico tiene mucho por perder, porque antes que un detalle prefiero a un hombre con carácter y determinación.
2. Radar de citas ON: Siempre hay opciones disponibles para las personas solteras, hay un sin número de actividades, planes, lugares y personas para todos aquellos que no pensamos en compromisos por ahora. Un hombre que esté conquistando a una mujer verraca debe entender que cuando ustedes no ofrecen alguna invitación, nosotras perfectamente podemos pasar el día en casa, en un spa, en cine o con otra persona, nuestras opciones nunca se verán agotadas ya que vivimos en un mundo donde reinan las interacciones sociales. También es bueno que ustedes tengan su vida y su mundo, hagan sus asuntos con total independencia y no esperen a que aceptemos todas sus invitaciones.
3. Pagamos lo que consumimos: Muchas veces ha sido visto como un acto descortés, pero no me importa. Funciona bajo la lógica entre "Tengo dinero para pagarlo" y limita con "No quiero deberle a nadie", teniendo en cuenta que eso puede ser más adelante un reproche sin censura en alguna discusión. No voy a negar que muchas veces no pago porque simplemente el tipo resulta ser adorable y no quiero dañar la química, pero eso si... le hago saber que será una de las pocas veces que eso ocurra. En ocasiones pasa lo contrario y resulto ser quien paga la cuenta porque se me viene en gana y el tipo es descomplicado e igualitario y entiende mi dialéctica.
4. Somos seres litigantes, benevolentes y sarcásticos: Al contrario de muchas mujeres no nos apenamos al decir nuestros desaciertos y los asumimos con valor, no hay problema en decir "Choqué el auto" sin pensar que el tipo crea que las mujeres conducimos mal. Podemos hacer chistes y mofa sobre la película que acabamos de ver juntos sin limitarnos a decir cosas para impresionar, por el contrario nuestros comentarios podrían hacerle entrever al susodicho que somos quienes llevamos las riendas de la cita. Gozamos de un humor negro y sarcástico que pueden llegar a vacilarte de la manera más elegante y diplomática. ¡Con nosotras ni piensen que las citas van a ser como las que tuvieron en la secundaria! Lo que hay es carácter.
A mi me gustan los hombres verracos, con vida y expectativas, decisión, carácter, poder y humor. ¿Mucho pedir?
