Uno no sabe si reírse o llorar después de oír a Óscar Iván Zuluaga afirmar que "si gana Petro, Rusia intervendrá en Colombia".
Aterra sobre todo la ignorancia, el cerebro tan pandito que lo habita y su poca capacidad para interpretar y poner en contexto un hecho tan crucial como el que está ocurriendo en Europa.
Qué desastre cuando este sesudo planteamiento viene de alguien que no solo aspira a llegar a la presidencia, sino que es parte de quienes nos han gobernado durante cerca de 20 años.
Con el ánimo de manipular, qué poca valía y qué caricatura hace de un hecho que podría llegar incluso a desencadenar una tercera guerra mundial.
Ya ve al elector asustado e imaginando que, alcanzado el triunfo de Petro, tendremos a los tanques y misiles rusos derrumbando el monumento del señor caído en Monserrate y destruyendo la catedral de Nuestra señora de Chiquinquirá.
Más grave aún que para ese momento ya no estará al frente del Ministerio de Defensa alguien que haya sido hijo de militar, nacido en hospital militar y estudiado en colegio militar, como el actual Diego Molano.
Muy pobre manera de encarar una campaña electoral cuando, a falta de planteamientos, no les queda otra opción que la de intentar deslucir la imagen de quien con inteligencia y argumentos los tiene asustados por su inminente derrota.
Qué cinismo, además, que tales exabruptos vengan de aquellos que en su propio suelo le dijeron no a la paz y siguen atizando los fuegos de la guerra, que es de lo que están acostumbrados a nutrirse política y electoralmente.
Dejemos que Zuluaga y Federico Gutiérrez, quien lo secunda en sus babosadas, sigan viendo en el pueblo a una masa eternamente idiota y maleable. Ojalá la historia les mostrara que están equivocados.
Si Petro dijo "Qué Ucrania ni qué ocho cuartos", no es porque considere que este sea un hecho irrelevante; al contrario, es porque él sí entiende qué es lo que está pasando. Aquí y allá.
*Economista-Magister en estudios políticos
