Reinaldo, lo que hiciste con la mano… ¡lo borraste con el brazo entero!
Empezamos bien, muy bien para estar enfrentando a la única selección todavía invicta y puntera del campeonato en su propia casa.
Parecía arriesgado jugar 4-3-3 sin los centrales titulares, sin embargo, las cosas en el primer tiempo pintaron de maravilla para Colombia, sin olvidarnos, claro, de las habituales voladas de Ospina, nuestra mayor seguridad. Reinaldo tuvo la inteligencia y la valentía de plantear un juego táctico, algo que muy pocos técnicos saben lograr de buena manera. Demostró conocer su plantilla a cabalidad, como un buen jugador de ajedrez que reemplaza las piezas faltantes con lo que tiene para no caer. Todo un estratega.
Yairo manejó muy bien la pelota junto a Barrios y Lerma que contuvieron varias arremetidas poderosísimas. Wilmar, como siempre, en uno de sus tantos actos de valentía, arriesgó su participación en la segunda fecha, y como un guerrero, la perdió con tal de evitar un avance de Neymar. Por la banda, Raphinha, una de las mayores amenazas, apenas pudo encontrar un par de ocasiones, pues Mojica apoyado en Yairo, anuló su potente desequilibrio.
Lucas Paquetá, Fred y Casemiro no estaban generando nada más adelante de los tres cuartos, Colombia en cambio, en un par de combinaciones brillantes logró perturbar a Alisson. El equipo funcionó como un sniper que espera atento el descuido de su víctima para arremeter. Resumiendo más brevemente, incluso Tesillo estaba teniendo una presentación sobresaliente, algo nunca antes visto.
Hasta la mitad del partido se notaba que Colombia mantenía un control pausado que desesperaba al ataque Brasilero al punto de llevarlos a disputar todos los balones con reclamos fuera de lugar. Neymar, impresentable anoche, fue fiel prueba de ello cuando encaró y agredió al árbitro, algo imperdonable para cualquiera, excepto para él y menos en su casa. Pero dejemos a un lado las decisiones arbitrales y la laxitud de la Conmebol con Brasil, eso es otro tema ya conocido.
Volviendo a nuestra selección, a pesar de las amarillas, nos fuimos al descanso con la esperanza de aprovechar el segundo tiempo para incluir jugadores más activos en ataque que pudiesen servir de puente entre el medio campo y el arco rival. Toda la ilusión estaba puesta.
Tite, que estuvo observando juiciosamente a su rival, regresó con un cambio de tuerca. Fred, su único jugador amonestado, dejaba la cancha por Vinícius. El mensaje estaba claro, se venía un ataque más vertical y certero, había que terminar de afianzar para tomar decisiones y continuar con la estrategia, pero fue justo allí que Reinaldo perdió la cabeza.
La grieta que inició el derrumbe se abrió diez minutos después del segundo pitazo inicial. Al minuto 55 de juego, Reinaldo decidió que era buena idea reemplazar a Mojica por Cuéllar, con la noción, seguramente, de volver más duro el medio campo y aprovechar la polivalencia de Yairo. Gravísimo error.
Reubicar al mejor jugador colombiano del primer tiempo en una posición que demanda un esfuerzo físico mucho más grande, fue verdaderamente el error. A partir de ahí, Yairo dejó de aparecer en la elaboración y empezamos a verlo muy descontextualizado. Gustavo, que es un gran jugador, no supo entrar con el ritmo que demandaba la mitad de la cancha y su falta de juego le pesó mucho a la selección.
Tite, que continuaba observando muy atentamente, no tardó en actuar y apenas diez minutos después vimos ingresar a Antony, la revelación de las últimas fechas, el talentoso extremo del Ajax que fungió de taladro para la delantera por el lado del Yairo desubicado que intentaba apoyarse en Gustavo Cuéllar, pero no encontraba forma de contener los ataques.
Reinaldo, que a esas alturas parecía estar viendo otro partido, decidió calcar el cambio de Tite pero con los nuestros.
Aquí me detengo para decir que Luis Fernando Díaz era la única preocupación para la defensa verdeamarela. Sacarlo, en la práctica, suponía buscar alguien que inquietara e incomodara más que él, incluso cuando al inicio Brasil perdió una ficha en la mitad de la cancha se pudo aprovechar para sumar al ataque y sorprender. Sin embargo, Reinaldo no pensó que para generar más en el ataque, quizás se debió sumar gente y no simplemente continuar con la idea que poco resultado mostraba.
¿Las consecuencias de las malas decisiones? Seis minutos después, Lucas Paquetá convirtió tras una buena jugada que iniciaría Brasil explotando su mejor recurso, (tristemente brindado por la misma selección Colombia) el error del rival.
Aquí me vuelvo a detener para hablarle personalmente a Rueda: decime, Reinaldo, ¿para qué querés salir jugando si no sabes? ¿O es que acaso no te diste cuenta todavía que tus jugadores no saben salir jugando? Porque creo que toda Colombia, incluídos varios de tus rivales, son super conscientes de eso. Por favor, no lo repitas, no insistas más con ese truco innecesario que lo único que suma son inseguridades.
Después del gol no queda mucho más para decir que tampoco se entendió la salida de Wilmar. Para ese momento ya sabíamos que él ni Mojica pueden jugar en Barranquilla el martes. ¿Entonces para qué reemplazarlos? Hay muchas preguntas, Reinaldo, necesitamos tus respuestas.
Voy a ser directo: Reinaldo, te equivocaste y es hora de admitirlo con humildad, antes de que sea demasiado tarde. Demasiado tarde para ti, demasiado tarde para Catar y para la misma selección. Si te eligieron a ti por es porque la federación confía en tu experiencia y experticia, nadie duda de tus logros al frente de grandes equipos, pero hoy necesitas mirar desde otro ángulo, escuchar otras voces y empezar de nuevo.
Recriminarle algo a James, Borja, Muriel o incluso el mismo Roger, es tremendamente injusto. Reinaldo es el único culpable de la derrota, que aún no parece tan trágica porque todavía podemos sumar y estamos vivos.
Las cuentas son claras: Si ganamos todo en casa y empatamos contra Venezuela de visitantes, vamos derecho al mundial, aún perdiendo contra Argentina en Buenos Aires.
Paraguay, Perú y Bolivia en casa, nueve puntos tremendamente ganables teniendo en cuenta que esos rivales están prácticamente eliminados. Venezuela de visitante, al menos un punto que nos evite el repechaje.
Cuatro partidos para aprender a ganar, a proponer, a liderar y a imponer nuestro ritmo y estilo. Cuatro partidos para demostrar que merecemos un cupo el otro año.
Todo, Reinaldo, está puesto para ti, para que logres lo que todos queremos, no lo dejes pasar y recuerda lo más importante, escuchar.