Ella misma lo acepta. Es una víctima más de este ritmo que desde hace poco más de una década se apoderó de emisoras y discotecas. El dorado, su último álbum, es una muestra de cómo el reggaetón se apoderó de su música. De las doce canciones que tiene, cinco son colaboraciones con otros artistas. Dos con Maluma, una con Nicky Jam, otra con el rapero francés Black M y otra con Carlos Vives. Tres de éstas ya habían sido éxitos; La bicicleta, chantaje y me enamoré, que fue dedicada a su esposo Gerard Piqué.
Fueron más de tres años sin grabar. Estuvo a punto de llamar a Sony Music, la disquera con la que ha trabajado desde el inicio de su carrera, para decirles que no iba a regresar. La maternidad y la vida de familia se habían convertido en sus prioridades.
Entre las canciones hay de todo. En unas se entrega al reggaetón pero también hay espacio para darle gusto a sus seguidores desde la época de Pies Descalzos. Una de esas es Toneladas. Después de haber experimentado distintos géneros con la misma canción, decidió que sería grabado a piano y voz. Cuando se dio a la tarea de buscar un pianista en Barcelona, se acordó de las melodías que escuchaba cada mañana al llevar a sus hijos al colegio. Así fue como la profesora de música de su pequeño Milan terminó siendo parte de esta álbum.
Este fue uno de los eventos de la semana pasada en Miami, donde ofreció un concierto gratuito para sus fans. Aquí canta junto a la profesora de música de su hijo Milan, que la acompaña en el piano.
A diferencia de otros lanzamientos de la cantante, este fue más austero. No era el tipo de evento que se hubiera esperado teniendo en cuenta la fama de la estrella. Fue la noche del 25 de mayo en Miami al que solo 200 personas asistieron. La mayoría eran periodistas invitados por la disquera. Shakira realizó una rápida presentación de algunas de las canciones del álbum. Entre los invitados estuvo el regguetonero Nicky Jam, quien se subió a la tarima para cantar Perro Fiel, canción que interpretan ambos. Igual hizo con Prince Royce, con quien cantó Deja Vu.
La primera vez que Shakira se acercó al reggaetón fue en 2006 cuando grabó La Tortura con Alejandro Sanz. En ese entonces, el ritmo apenas se estaba posicionando en Latinoamérica. Artistas como Daddy Yankee o Ivy Queen lo estaban trayendo desde Puerto Rico, su lugar de origen. Sin embargo, pasaron diez años para que la barranquillera volviera a bailar reggaetón. Ella por su parte, responde que el ritmo del reggaetón no es nada nuevo. Estaba presente desde la antigüedad en culturas del medio oriente y africanas.
El resultado no pudo haber sido mejor. El vídeo de Chantaje, con Maluma, ya tiene más de 1300 millones de vistas en youtube. La canción se lanzó como un sencillo independiente en octubre de 2016 y en su nuevo álbum está Trap, su segundo dueto con Maluma. A las dos horas de la medianoche en Miami, el disco ya era número uno en 35 países.
Ella sabía que la iban a criticar por hacer reggaetón y no le importa. Piensa que no hay nada de malo en el hecho de que las redes sociales y las nuevas tecnologías le hayan dado a la gente la posibilidad de decidir qué es lo que quiere oír. Sabe que la radio ya no es dueña de nada. Mientras se agota el medio millón de copias físicas del álbum que la disquera sacó, ella no descuida por un minuto su faceta de madre. Ya anunció que la gira de promoción de este álbum no será menos modesta de lo que fue el lanzamiento en Miami. Atrás quedaron los tiempos en que su carrera era la única prioridad. Ahora están Sasha y Milan que siempre la esperan en casa.
