El Banco de la República admitió hace pocos días que “el PIB se desacelerará más de lo esperado”, lo que muchos llevábamos meses diciendo: la estrategia de las autoridades económicas es asfixiar la economía, mediante el incremento de las tasas de interés, haciendo más caro para los ciudadanos consumir y para los empresarios invertir. Pero se les fue la mano y el crecimiento económico para el tercer trimestre de 2016 será peor que el del primer semestre, tanto por una mayor contracción de la oferta como de la demanda.
A pesar de estar aplicando medidas contrarias a las de países desarrollados, que buscan estimular su economía para generar más crecimiento, la dupla Santos-Cárdenas está obsesionada con la receta neoliberal de estabilidad macroeconómica para complacer a la especulación financiera, aunque esta signifique menos ingreso disponible para los hogares, menos exportaciones y menos producción.
Como parte de la política oficial, se presentó otra reforma tributaria que —a estas altura—- es evidente que el Congreso de la República va a pupitrear, así como lo hizo con las dos anteriores de este mismo gobierno. Sin debate, se aumentarán los impuestos indirectos que garantizarán la totalidad del nuevo recaudo, mientras los demás puntos son para la negociación parlamentaria.
La canasta básica familiar se hará más costosa, contrario a los comerciales televisados del Ministerio de Hacienda que anuncian “canasta familiar sin IVA”, en un evidente caso de publicidad engañosa que la Superintendencia de Industria y Comercio y la Autoridad Nacional de Televisión deben investigar.
El efecto en la canasta familiar de un aumento de 19 % en el IVA
será 25 veces mayor para un hogar de salario mínimo,
en comparación al peso que tendría sobre el salario de un ministro
Si se aprueba la reforma, el 1 de enero de 2017 el aceite de cocina costará $125 más, los espaguetis subirán $300, las salchichas $186 adicionales y el chocolate $ 192 pesos más. Asimismo, el efecto que el aumento de los precios de la canasta familiar tendrá si se aumenta el IVA al 19 % será 25 veces mayor para un hogar de salario mínimo, en comparación al peso que tendría sobre el salario de un ministro, lo que convierte el incremento del IVA en una propuesta regresiva que viola la constitución y profundiza la desigualdad.
Como ninguna evidencia le sirve al Gobierno y a la unidad nacional en el Congreso, la defensa de los intereses de la mayoría de ciudadanos no puede estar en sentarse a negociar puntos de una reforma que no tiene modo de arreglarse, sino en la movilización ciudadana que ponga en evidencia a los congresistas que votarán a favor de lesionar los bolsillos de los colombianos. No te dejes tumbar, tumbemos la reforma, es la consigna que se anuncia desde la Red por la Justicia Tributaria.
