Sin duda que son muchos los temores sobre la reforma pensional en curso y variados los puntos de vista sin saber exactamente hacia donde nos llevan, porque no se puede decir que la sociedad participo.
El Estado lleva años buscando salidas a lo que llaman la bomba pensional sin encontrar una salida salomónica, el factor financiero es el meollo del asunto y el pago de las futuras pensiones.
Factor este de expertos económicos que alejan a las mayorías de su discusión. Y, de su definición dependen la calidad de vida de todos los trabajadores y funcionarios del país y de sus familias.
Por lo tanto en su discusión deberían de participar todos los actores, y no confiar en las decisiones a un congreso desprestigiado y lentejo que ya en épocas pasadas fue funcional a gobiernos neoliberales , y grupos económicos, que alejaron la posibilidad de pensionarse a la mayoría de los trabajadores y funcionarios.
En el gobierno del cambio el tema esta sobre el tapete y hay preocupación por lo que se va a aprobar, producto de acuerdos políticos entre el gobierno ,y los congresistas , con la ausencia de una verdadera representación de todos los trabajadores y funcionarios del país.
Antes todos los trabajadores vinculados laboralmente de alguna forma soñaban con llegar a viejos y pensionarse. Cuando se es joven, entre los 20 y 30 parece mucho tiempo y lejano esa posibilidad de pensionarse. Después de los 30 y hasta los cuarenta se ve como algo posible. Y, después de los cuarenta, que el tiempo empieza a correr más rápido se comienza a revisar como va el tiempo cotizado para cuando al llegar a los cincuenta se esté preparado para esa etapa.
Es un asunto cultural, social, económico, político, y de vida que incumbe a toda la sociedad y al hombre trabajador.
Por eso las cajas de compensación empiezan a preparar a sus afiliados desde los 55 para esa nueva vida. Que debe ser la más placentera.
Hoy en día los jóvenes postmodernos, que son inmediatistas y viven es en ahora, el presente, no sueñan con pensionarse, además porque el empleo en el sector privado es temporal, se imponen los contratos cortos, igual, a pesar de su inconstitucionalidad en el sector público. Hay desinterés, conformismo e ignorancia en los jóvenes.
El que es empleado público de carrera, o trabaja en una empresa privada grande y estable, una multinacional, o una empresa pública prestadora de servicios, tiene mayor estabilidad, y puede avizorar un futuro más estable.
De ahí la responsabilidad que tienen los decisores y actores gubernamentales, el movimiento social, las veedurias, universidades y, toda forma de organización civil, de que trabajadores y funcionarios, sus familias y las futuras generaciones se pensionen, y estas se democraticen, y sean bien pagas. Y en un futuro cercano, cuando el desempleo sea mayor, y la inteligencia artificial acabe con el trabajo, todos tengan una renta o pensión mínima y vital.
Es el reto histórico del gobierno del cambio.
El tiempo pasa implacable e imperceptible, y la llegada a esa meta, e incluso si se parte antes de tiempo, o se sufre un accidente los descendientes tendrán unos derechos pensionales.
El tema no es menor , es vital, y hay que estar atentos a lo que decidan el gobierno del cambio y los padres de la patria.