La Feria del Libro de Bogotá es más que Planeta, Panamericana y Penguin Random House. Sin demeritar el gran aporte en materia literaria que han hecho estas empresas a Colombia.
Yo trabajo en una editorial colombiana que participa en la Feria. Esta empresa fue creada por colombianos, que le han apostado a autores e ilustradores de nuestro país, y que a pesar de que incurre en mayores costos, no se ha dejado seducir por los precios de impresión chinos, y le ha apostado a invertir en Colombia. La feria no es un espacio que vuelve a las editoriales millonarias, de hecho, entre los elevados costos de arriendo y diseño, las promociones y el personal adicional, no queda nada de ganancia monetaria. Aunque, sí nos deja una gran ganancia cultural; al ver que convertimos a un adulto mayor en un poeta moderno, a un niño en soñador, o a una niña en la próxima Gabriel García Márquez.
Es verdad que la Feria tiene muchas cosas por mejorar como el pabellón de diseño gráfico o la promoción de artículos que no tienen nada que ver con el libro, y esa es una lucha que ya se está dando al interior del gremio. Sin embargo, sí hay cosas muy buenas que valen la pena: nosotros sí damos promociones, tenemos libros que dan felicidad de leer, y que exaltan los valores y la idiosincrasia nacional. Así que, yo sí quiero invitarlos a que sigan yendo a la Feria y que crean en la materialización del sueño de tener una Colombia lectora y educada en el futuro.