Uno pensaría que los analistas políticos y los presentadores de los medios de comunicación hacen sus comentarios de manera sensata, pero termina dándose cuenta que solo siguen los lineamientos de los dueños de los canales.
Los resultados de las votaciones del 11 de marzo para el Congreso y las consultas para elegir candidatos a la presidencia por la derecha y la izquierda salieron tal y como se preveía. Por la derecha Iván Duque y por la izquierda Gustavo Petro. La votación por Iván Duque si bien fue alta para un político nuevo en estas lides, fue muy similar a la que sacó Zuluaga en la primera vuelta de las elecciones cuando perdió la presidencia con Santos y de la cual Vargas Lleras fue el vicepresidente. En ese entonces presidente y vicepresidente ya tenían el apoyo de la maquinaria política que ha sido aceitada a lo largo de la historia con contratos de diferente tipo, casas, puestos de trabajo, subsidios, becas, etc. Y que siempre ha elegido a los candidatos a la presidencia siguiendo la tradición del frente nacional, en el que se turnaban el poder liberales y conservadores y que ahora lo siguen haciendo de familia en familia, ante la decadencia de los partidos, debido a la corrupción.
Por eso resulta muy apresurado que los analistas de los medios de comunicación den como ganador de estos comicios al Centro Democrático, sin analizar el proceso histórico que estos siempre han tenido. Para el Senado, el CD mantuvo casi la misma representación de la pasada elección, en cambio para la cámara a pesar de que tuvieron un aumento significativo, los resultados no les dan la autonomía suficiente por lo cual tendrían que contar con el apoyo de otros partidos para la aprobación de cualquier proyecto.
Los analistas poco se han referido a los partidos del centro, que son los que conforman la bancada del poder y cuya unidad les permite aprobar a pupitraso limpio cualquier iniciativa que tengan sus integrantes. Esta bancada está representada por Cambio Radical, el partido que mejor le fue en estas elecciones, el Partido Conservador, el Partido Liberal y el partido de la U, juntos tienen más de cien representantes tanto en el Senado como en la Cámara.
Decir que al presidente Santos le fue mal porque el partido de la U perdió representación en el Congreso es una absoluta falacia, digna de analistas que ignoran o se hacen los que ignoran la mecánica que siempre han seguido los dueños del poder para hacerle creer a la gente que son diferentes el uno del otro, aunque al final terminan siendo aliados de acuerdo a sus estrategias, como sucedió hace poco entre Pastrana y Uribe después de haberse acusado y ofendido por delitos que todo el mundo conoce.
En un debate público televisado en las elecciones del 2014, Santos y Vargas Lleras se prometieron apoyo en caso de que alguno de los dos pasara a la segunda vuelta. No en vano Santos lo nombró como su fórmula vicepresidencial y le permitió que manejara toda la contratación de los ministerios de Transporte y de vivienda.
Santos fundó el partido de la U junto a Óscar Iván Zuluaga, cuando era ministro de Hacienda de Andrés Pastrana, contando con las disidencias expulsadas del partido liberal que apoyaron la reelección de Uribe. El expresidente Uribe apoyó la primera candidatura de Santos frente a Antanas Mockus y luego fundó su partido el Centro Democrático para lanzar la candidatura de Zuluaga ante la imposibilidad de ser elegido para su tercer mandato. Ahora el turno sería para Vargas Lleras, por eso varios de los integrantes de la U regresan a sus partidos de origen, de ahí que unos bajan y otros suban en la conformación del congreso.
El presidente Santos antes de las elecciones llamó al palacio de Nariño a los principales integrantes de algunos partidos por lo que suscitó aparentes reclamos de Gaviria, de Pastrana y de Uribe. Ya anteriormente los medios televisivos habían mostrado el encuentro de Uribe y Vargas Lleras en el eje cafetero y el encuentro de Uribe y los Char en Barranquilla que son incondicionales con Vargas lleras, y todo orquestado con los medios de comunicación.
Cambio Radical se sabe que es el partido del exvicepresidente. El Partido Conservador que estuvo con el gobierno de Santos, si tiene dignidad, difícilmente apoyaría a Duque después de que Pastrana insultó a todo el partido y de que la ex ministra antigua conservadora hizo lo mismo armando tolda aparte con Duque para la vicepresidencia. El partido de la U influenciado por el presidente consolidaría esta unión y a esta se le sumarían los votos de la dirigente del grupo religioso que anteriormente apoyó a Uribe y que hace poco subrepticiamente, le manifestó su apoyo a Vargas lleras. De cumplirse este pronóstico Vargas lleras no necesitaría de nadie para pasar a la segunda vuelta.
Vargas Lleras en su afán de atraer a los conservadores y a los militares retirados, nombra como su fórmula presidencial a Juan Carlos Pinzón, una unión que de darle resultado, le pondría candado a esta alianza con tintes presidenciales. Pero también corre el riesgo de desviar el apoyo que le podría dar el partido de la U y el partido liberal por unirse a un personaje, que el presidente Santos denominó ser “lo peor de la condición humana”.
Por parte del Centro Democrático, si Uribe logra convencer a los Char y Marta Lucía hace lo mismo con el conservatismo, pondrían en riesgo el paso de Vargas Lleras a la segunda vuelta y estarían obligándolo a unírseles, si es que este quiere ser parte del próximo gobierno. Sería una unión casi que imbatible, que estaría asegurando para Duque no solo el paso a la segunda vuelta, sino la presidencia de la república. Si no lo consiguen, serían ellos los que estarían arriesgando seguir en la contienda política, ya que no cuentan con más aliados posibles, además Duque y su Vicepresidenta enfrentan para el país un dilema a la hora de gobernar, teniendo en cuenta que los expresidentes Uribe y Pastrana son intensos, les gusta intervenir en todas las decisiones y se niegan a salir de la escena política.
El partido liberal sin contar con ningún otro apoyo, más que los votos que le añada su vicepresidenta Clara López, obtenidos durante su ministerio de trabajo, le resultará difícil pasar con De la Calle a la segunda vuelta y tendría que esperar los resultados de la primera para decidir a quién apoya, si es que hay segunda vuelta.
Petro estaría en la misma situación que el Partido Liberal, de no lograr que se concrete la unión con la alianza por Colombia que los llevaría a la segunda vuelta, aunque Fajardo ha sido reiterativo en no aceptar esta unión, lo que los dejaría por fuera a ambos de la contienda por el poder, ya que ninguna de estas dos fuerzas estaría dispuesta a apoyar a Vargas Lleras y mucho menos al CD. Solo le quedaría a Petro contar con el apoyo de los grupos de izquierda minoritarios y apelar con su discurso a incentivar las bases populares con miras a encontrar ese respaldo que le permita derrotar la maquinaria electoral que ya pareciera tener asegurado el triunfo. El nombramiento de Ángela María Robledo como su vicepresidenta fue una buena decisión para acercarse a las mujeres y porque no, a la Alianza por Colombia.
Por parte de la Alianza por Colombia, representada en Fajardo, que no puede contar con el apoyo de De la Calle por cuenta de los requisitos legales en primera vuelta y se niega a conformar con Petro una unión que pondría a temblar la maquinaria electoral, basa su paso a la segunda vuelta en contar con el apoyo de votantes de los diferentes partidos inconformes con estas alianzas, cansados de la polarización en que han sumido al país las extremas derecha e izquierda y en seguir despertando el apoyo de los indecisos que han visto en este partido lo único decente y rescatable para la transformación de un país que ha llegado a los niveles más altos en cuanto a corrupción e indignidad y cuya participación en las elecciones sería la única posibilidad que tendría la Alianza por Colombia para derrotar la maquinaria enquistada en el estado, evitando que el país siga atado a la polarización otros cuatro años y que los mismos de siempre sigan derrochando el presupuesto de un país cada vez más empobrecido y sin posibilidades de salir adelante.
Está en los ciudadanos de bien la decisión, todo por un país mejor.