El director de la Escuela de Cultura de Paz de la UAB, y autor de los “anuarios de Procesos de Paz”, Vicenç Fisas, ante la crisis que se ha desatado en Colombia respecto al proceso de paz con las FARC, considera oportunas las siguientes reflexiones, en aras al pronto restablecimiento de las negociaciones:
1 – Las reglas establecidas por el Gobierno y las FARC, para enmarcar las negociaciones, incluía un punto con la siguiente redacción: “La mesa (de negociación) es autónoma; nada de lo que ocurra en el exterior, incluidos los eventos de la guerra, afecta a las discusiones”. Eso significa que el proceso quedaba bloqueado, por común acuerdo entre las partes, de cualquier acontecimiento relacionado con el enfrentamiento armado. Paralizar las negociaciones, por tanto, significa incumplir con este compromiso, habitual en los procesos de paz.
2 – Al iniciarse las negociaciones, las FARC reclamaron un alto el fuego bilateral y tratar el tema del cese al fuego al inicio de las conversaciones, posibilidad que fue rechazada por el presidente. No procede, por tanto, lamentarse de las bajas o retenciones entre fuerzas militares cuando se ha rechazado la posibilidad de evitarlas desde el inicio.
3 – En lo corrido del año 2014, y en base a las informaciones proporcionadas diariamente por El Tiempo, El Colombiano, El Espectador y Semana, el conflicto armado ha producido un mínimo de 126 víctimas mortales, de las que 69 (un 54.8%) corresponden a miembros de las FARC, y 35 a miembros del Ejército o la Policía (27.8%). Desde la perspectiva de la cultura de paz, hay que lamentar cada uno de los muertos, sean de un lado o de otro, cuando se habrían podido evitar con un alto el fuego. En cualquier caso, hay que considerar siempre a todas las víctimas, no sólo a las de un lado.
4 – En un enfrentamiento armado, sin alto el fuego de por medio, lamentablemente es lógico que se produzcan combates con muertos y capturas de personal armado o de naturaleza militar, sin que ello sea considerado como “secuestro”, que es cuando se captura a civiles. Cuando se trata de fuerzas armadas es más razonable hablar de “capturas”, “retenciones”, “prisioneros de guerra” o términos equivalentes.
5 – Para que estos sucesos no se multipliquen en el futuro, y en aras a preservar los beneficios que se derivarán de un acuerdo final de paz, la Escuela de Cultura de Paz pide al Gobierno y a las FARC que avancen la discusión de alcanzar un alto el fuego y un cese de hostilidades, con la consiguiente liberación de todas las personas retenidas
Barcelona, 18 de noviembre de 2014