En relación con la renuncia de Evo Morales y la crisis política que devino, hago las siguientes reflexiones:
Primero, Evo se equivocó al no permitir la segunda vuelta, donde habría ganado sin necesidad de dudas sobre fraude.
Segundo, hace dos años estuve en Bolivia, en la parte de la sierra y vi avances en viviendas rurales, el agua se declaró derecho fundamental, La Paz desarrolló un interesante sistema de transporte por cables aéreos y los indígenas se sentían orgullosos y reconocidos. Había una resistencia hacia el vicepresidente, se decía que él era quien gobernaba.
Tercero, creo que en Bolivia hay un problema étnico: la sierra, indígena, y Santa Cruz, blanca y mestiza. Revisen vídeos de las marchas en contra de Evo y verán que los rostros de los líderes y de las masas no son de indígenas, todo lo contrario se observa en quienes lo apoyan. Esto puede llevar al país a un riesgo de fragmentación.
Cuarto, Evo, al igual que todos los mesías latinoamericanos, no supo formar nuevos liderazgos que lo reemplazaran y por ello, buscó aferrarse al poder. Error de errores.
Quinto, el futuro dependerá de quien asuma el gobierno, el líder de la oposición ya fue presidente y fue nefasto para el pueblo, al punto de haber sido depuesto por un movimiento popular liderado, justamente, por Evo.
Sexto, creo que se viene una era de privatizaciones de la explotación de los recursos mineros, Bolivia es rica en litio, así como de las empresas públicas.
En conclusión, esta crisis pone en riesgo los avances sociales y económicos en el país que bajo el gobierno de Evo dejó de ser el más pobre de Sudamérica.