Peláez, en su obra, nos lleva a una partida
Hoy, en Medellín Luis Fernando Peláez abre su exposición “Sombras” en la galería La Balsa. En estos trabajos la luz viene de la oscuridad de las sombras. El artista se inventa una manera de encontrarle al hombre el paso del tiempo que se queda en la memoria.
Se trata de un descubrimiento donde se ven los otros desde la geografía de la ciudad donde se especula la presencia de los otros. Una arquitectura inventada por la tapa de un baúl donde presentimos un largo viaje.
Otra vez y con sus diversos mecanismos, Peláez, en su obra, nos lleva a una partida. Unas veces tiene el mar como testigo y en otras, sus maletas se van en un tren distante que no llega a ninguna estación. Todo se va para no volver, se mira desde lejos, desde la bruma de la nostalgia o como ahora desde las sombras de luz de la luna. Se trata de otra distancia de lo cotidiano en los reflejos de la noche.
El artista antioqueño siempre nos ha mostrado un otro lado del misterio. Se trata de entender el tiempo y el espacio como eternos, como finitos o infinitos. Verse y entenderse en un espacio de nadie. Eso es él: un poeta.
Si reparamos en sus trabajos de puertas encontramos la misma instancia. No hay espacio ni trayecto solo se trata de objeto que nos traslada a una memoria sin llevarnos a ningún lado. Son símbolos de un transcurso y en esta exposición hacen parte de sombras.